Te echo de menos amor,
a las puertas de otro invierno frío.
Te echo de menos donde vive la noche
y suplican los cuerpos otro beso mojado.
También, te echo de menos donde crecen las flores
y huelen las rosas.
Y envuelvo otra mirada tuya con el sabor de la tarde
y me voy a la orilla del mar para quererte, allí también te echo de menos.
Y donde viven los sueños. Y donde están las palabras.
Y en la almohada donde aún huele a ti. Y en el parque,
donde las hojas me preguntan dónde estás.
Y en la lluvia que cae y que es mojada y sincera como tú.
Y en nuestra roca del mar, donde revientan las olas
y se mojan nuestros sueños;
también allí, te echo de menos.