Romance de plástico.

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Tuvo que pasar un mes para que te acostumbraras a vivir conmigo. Te sabías mis horarios de trabajo y de universidad. Me hablabas con más confianza y te veías más alegre. Mientras que yo no podía evitar quedarme viéndote como un perro se queda viendo la vitrina de una carnicería cada vez que estabas a mi lado, esperaba que no te  dieras cuenta.

Estaba estudiando para mi exámen de álgebra, bueno, se supone que estaba haciendo eso. Te miraba de reojo mientras regabas las plantas, luego te fuiste a la cocina y allí me dispuse a estudiar de verdad. Unos minutos después llegaste con una bandeja.

-Karma-kun, te traje té y...- Tropezaste con la alfombra y te desplomaste en el suelo con bandeja y todo. Las tazas se rompieron, pero a mí sólo me importaba cómo estabas tú. 

-¡Nagisa-chan!- Me levanté rápidamente para ayudarte.- ¿Estás bien?

-Si, lo siento. Limpiaré esto.- Recogías los pedazos rotos de las tazas sin darle importancia a la sangre que recorría tus manos.

-Nagisa-chan, estás sangrando. Suelta eso, te voy a curar.

-No, estoy bien.- Seguías recogiendo el desorden causándote más daño.

-Diablos, ven conmigo.- Antes de que pudieras negarte. Tomé tu brazo y te llevé hasta el baño haciéndote tirar los pedazos rotos de las tazas.

-Karma-kun, no es necesario.

-Claro que sí.- Respondí buscando en el botiquín.

Cuando encontré todo lo necesario me dispuse a curar tus heridas, aunque no tuviera casi ningún conocimiento en curación.

-¡Auch!- Te quejabas cuando aplicaba el alcohol en tu herida.

-Tranquila, falta poco.

-Lo siento, Karma-kun. Te distraje de tus estudios...

-Eso no interesa, sólo me importas tú en este momento.- Desvié la mirada de tu mano para ver tu rostro. Te habías sonrojado, cuando me di cuenta de lo que te había dicho la sangre comenzó a subir por mis mejillas.

-¿Ya... ya terminaste?

-Oh~ Sí.- Solté tu mano y miré hacia el piso.

-Gracias.- Lo siguiente fueron tus labios en mi mejilla izquierda. Un cálido beso tuyo en mi frío rostro bastó para calentarlo.

Otra vez el mundo se detuvo, todo menos nosotros desapareció y la sensación que tuve cuando te vi por primera vez invadió mi  mente.

-¿Karma-kun?- Agitabas tu mano de arriba hacia abajo frente a mis ojos.

-... ¿A-ah?

-jajaj- Soltaste una risita sonora. Era la primera vez que te escuchaba reír.- ¿Estuvo mal que te besara?

-No, Para nada...

...

Un día me dijiste que querías trabajar conmigo en la cafetería. Sigo sin saber el por qué. Tal vez te aburrías cuando me iba. Al final te dije que sí. Te encargarías de tomar los pedidos al igual que yo.

-Suerte.- Te animé mientras te entregaba la carta del menú.

-Gracias Karma-kun.- Fuiste a atender a unos chicos.

-Bienvenidos a Koro's Coffe ¿Qué desea?.- Atendí a una pareja de chicos de secundaria.

-Un capuccino y un café negro.- Dijo un chico con el flequillo tan largo que cubría sus ojos.

-Chiba-kun, el café negro de hace mal.-Dijo la chica de cabello anaranjado.

-No molestes Rinka.

Amor de plástico ||Karmagisa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora