Capitulo 3

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Las horas se volvieron minutos y los minutos segundos por lo rápido que pasaba la clase, al final el profesor termino con una tarea para todo el salón en grupo de dos, obviamente Craig y Tweek estaban juntos como grupo, no se necesitaron palabras o sonidos para saberlo. En cuánto el profesor volvió a poner atención a la pizarra sonó la voz del directo la cual decía que las clases quedaban suspendidas por posible ventisca.

Los muchachos sonrientes y, festejando salieron lo más felices del lugar, compartiendo la alegría de ser libres un día, excepto por unos cuántos incluyendo al par de mejores amigos. Por una parte Tweek pensaba que sin duda se trataba de un plan de los gnomos para dominar el mundo, con la idea en mente no noto que se jalaba los cabellos y los ticks se hacían más frecuentes.

De repente sintió como alguien intentaba separar las manos de los desordenados pelos del muchacho, subió la mirada y reconoció al instante la mirada sin descifrar de su mejor amigo.

-¿Cálmate, quieres? –Dijo el chico mirándolo fijamente, sabía perfectamente que no le gustaba, pero en realidad le preocupaba un poco lo que le pasaba.

-¡G-gah! C-Craig...–Desvió la mirada de los ojos azules del chico recogiendo sus cosas.

-¿Te parece si nos vamos? –Se acercó a la cara del contrario, a centímetros de besarse.

-S-sí...–Se levantó del asiento y ambos salieron del lugar, dejando a los del team de Stan solos.

-Suerte con tu novio Tweekers. –Musito Kenny por lo bajo.

Tweek alcanzó a oír y se sonrojo inmediatamente, cosa que Craig no tardo en ver y hacerle su seña a Kenny. En el transcurso del camino hubo un silencio incomodo por ambas partes hasta que salieron de la preparatoria y vieron como la ventisca se hacía más fuerte. Al rubio se le veía más que asustado. Ya se iban a despedir y ése minuto ambos se dirigieron una mirada que no duro mucho ya que el azabache corrió y corrió tratando de llegar a su casa. Craig notaba que la ventisca no pensaba ser piadosa, sentía que se congelaba vivo. 

El corazón de hielo del chico comenzaba a latir más fuerte que antes con solo mirar al contrario, ¿Por qué me pasa esto siempre?, ¿por qué no dejo de pensarte?, estúpido Tweek, ¿por qué siento que te necesito ahora?.

Este frío no es el peor del que tú me haces sentir.

En medio camino oyó la voz de su salvador adicto al café, le hacía señas para que fuera a su casa y como nadie se preocuparía en la suya acepto con las mil y un preguntas en la cabeza. 

 El azabache inspecciono cada mínima cosa de la casa de Tweek y en ninguna de ellas estaba presente sus padres, bonita coincidencia, ambos solos y sin nadie a kilómetros.

- S-sabía que los gnomos harían esto, e-es su plan ¡gah!

-Tweek los gnomos no existen.-

- ¡Si existen! ellos se roban mi ropa interior. 

- Como sea. -Rodo los ojos con fastidio- ¿y tus padres?

-E-están en una convención, para mejorar el negocio y-y eso.

-Uhm...

El rubio fue a la cocina y por mientras Craig espero en el sofá, en el había una foto del chico cuando pequeño, sin previo aviso una sonrisa se dibujo en el rostro del chico, ni el mismo sabía que estaba sonriendo. El chico trajo consigo un café y un refresco, como no era de esperarse este no tardo mucho en beber del café, se sentó al lado del orbes azules y busco la razón de porqué sonreía,  el rubor no tardo mucho en aparecer por lo apenado que se sentía que viera eso. 

-Eres lindo de pequeño. -Exclamo el azabache.

-G-gracias Craig, p-pero, mejor subimos ¿quieres? -Trataba de no ahogarse en la pena y mantuvo lo que quedaba de cordura, lo cual bien se sabe que es mucha presión para el muchacho.

Craig asintió y agarro el refresco que le ofreció el contrario, ambos subieron a la habitación y se sentaron en la cama, muy cómodos por cierto. Por una parte Tweek bebía café y  realizaba constantes ticks, esto le pareció lindo al chico y se quedo mirándolo un rato, no se preocupo el haber derramado el refresco en sus pantalones oh no, sin duda aquello iba a ser de lo último que se preocupara. 



Así de solos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora