Capítulo 6

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Tener la esperanza vana de que todo vuelva a ser a como era antes, hace que todo el mundo se venga abajo. Bueno. No todo el mundo, es sumundo y la tercera semana marca que la crisis ya terminó para todos los demás y Louis no sabe cómo lidiar con ello. Hay una expectativa, no hablada, pero puede sentirla, comenzará a estar bien de ahora en adelante. Lo cual, es interesante, porque ayer con mucha calma y cuidado salió al balcón y quemó la chaqueta de la universidad de Harry, con su propio encendedor, y luego quebró dos platos que no encajaban en el lavavajillas.

Su madre se regresa a casa, obviamente, y no es que él esperara que se quedara para siempre, es solo que es estaba esperando que se quedara para siempre. Hace parecer que se encuentra perfectamente bien, ayuda a su madre a empacar y espera cinco minutos, solo en caso que haya olvidado algo y vuelva a entrar por esa puerta, hasta que se acurruca en el sofá con las rodillas presionadas contra su pecho e intenta no sentirse la persona más solitaria en el mundo.

No sabe cómo hacerlo. No sabe cómo pasar a la segunda fase como todo el mundo parece estarlo haciendo, sobre todo porque no tiene idea de lo que conlleva a la fase dos. Se siente exactamente igual a como se sentía el primer día, antes de que le pudiera contar a alguien, mucho antes de que pudiera levantarse del piso de la cocina, solo que ahora siente como si estuviera destinado a sentir algo diferente. Es como si su sangre ya no está obligada a hervir de ira cuando piensa en él, y ahora puede estar consignado a querer salir a la calle, y está destinado a, Dios, qué, tiene derecho de llamar a sus amigos, o salir a hacer algo más que llorar, dormir o estrellar su puño contra la pared, y entonces, la imagen de Harry regresa a su memoria y ya ni siquiera sabe cómo lidiar con eso.

-Mierda -le dice al apartamento vacío, mientras se recuesta lentamente en el sofá-. Joder. A la mierda, mierda, mierda, mierda. Mierda.

Se detiene, y se siente demasiado tranquilo.

-¡Mierda! -grita y lo hace otra vez-. Mierdaaaaaaa lo grita lo más fuerte que puede, sosteniendo la a tanto hasta que sus pulmones están a punto de salirse de su pecho.

Está a punto de gritar más fuerte, pero es cortado por un golpe en la puerta, y Jesucristo, si resulta ser un vecino que viene a decirle que baje la voz regresará a su plan original de quemar todo, y esta vez incluye el edificio.

Cada vez que llaman a la puerta, una pequeña parte de él espera que sea Harry.

Sin embargo, esta vez, no se trata de él. Abre la puerta con el corazón en la garganta, y resulta ser Niall. Louis le pardea a él por un largo rato, porque literalmente no ha visto a nadie más que a su madre y a Zayn, y al chico de la pizza y a Lottie a través de Skype durante tres semanas.

-Hola -dice Niall, como si se estuviera presentando a una fiesta y no al fin de la existencia de Louis-. Traje cervezas.

Niall. Cervezas. Su cerebro tiene un corto circuito en este momento, pero puede hacer esto. Se aclara la garganta.

-Soy más un hombre de licor fuerte en estos días -dice Louis débilmente-, pero. Um. Pasa adelante.

Si Louis tuviera que hacer apuestas sobre donde se está quedando Harry, Niall no estaría al final de su lista. Probablemente, siendo realista, esté con un grupo de personas las cuales Louis no conoce, con Lou Teasdale o con alguien más, pero si tuviera que escoger a alguien de los cinco con quien pudiera salir Harry, ese probablemente sería Niall.

Y no es nada personal, porque Louis quiere a Niall más de lo que le gustaría admitir, lo quiere más que una olla llena de fideos y sus jeans Topman combinados, pero no va a permitir que alguien venga aquí y diga las cosas que Harry tiene que decir.

LIKE A BASTARD OH THE BURNING SEA || One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora