Epílogo

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Bien, piensa, cuando se despierta la mañana siguiente, que la limpieza comience.

Tiene una taza de té entre sus manos y enciende la televisión para escuchar un poco de ruido de fondo, e intenta averiguar cómo empezar.

Se toma dos días para empacar las últimas seis semanas de destrucción, y su siguiente movimiento es limpiar su apartamento y aclarar su mente. Lo hace cronológicamente, empieza por el baño, recoge los cristales rotos que se encuentran en el estante y compra todo nuevo; cepillos de dientes, rasuradoras, jabón, champú, y todas las cosas que rompió. Va a la sala de estar y borra todos los programas de mal gusto que grabó desde que Harry se fue, arregla los cd, dvd y los discos de Harry, los cuales, de hecho, nunca decidió romper. Lava su ropa y tira a la basura todas las camisas de Harry que rompió y todos los jeans que cortó, y guarda el resto, justo al lado de sus cosas. Hace a sus manos temblar, pero lo hace. Arregla el estudio y guarda en el estante todas las cosas de Harry, y con mucha calma recoge el libro de Cómo Decorar La Habitación De Tú Bebé, el cual no lo ha visto en todo este tiempo. Es difícil, realmente difícil, pero no lo hace llorar, solo lo pone detrás de la estantería para otro día, para un futuro no muy cercano.

Le toma bastante tiempo poder cambiar las sábanas, pero está decidido a hacerlo. De alguna manera, pasar por todo esto, se siente como una de las cosas horriblemente profundas que ha hecho. Casi se siente como una victoria, es justamente el qué sigue; que ha estado buscando.

Lo deja sin aliento, y piensa que es algo bueno.

Y entonces, tiene que tomar una decisión.

-Buenas tardes, residencia Tomlinson, habla Daisy -parlotea su hermana en la línea, y Louis sonríe con tanta fuerza que le toma un momento poder responder.

-Hola dulzura, ¿te acuerdas de mí?

-¡Lou! -grita-. ¡Te extraño!

-También te extraño lindura -dice-. Escucha, llamaré pronto, lo prometo, ¿pero

podrías decirle a mamá que necesito hablar con ella?

-Sí -dice antes de gritar, ¡Mamá, es Lou! Y ni siquiera pasan diez segundos, y la oye peleando el teléfono con Daisy y escucha el micrófono pasar por su cabello.

-Louis Tomlinson, ¿has escuchado mis respuestas a tus malditos mensajes?

Se ríe y se estremece al recordar la cantidad de mensajes que ha ignorado todo el fin de semana.

-Lo siento -dice y suspira un poco-, han sido unos días muy extraños.

Ella no dice nada, y oye el tintineo cuando levanta una copa de vino, apaga la televisión y aleja a las niñas.

-¿Qué sucede, entonces? -pregunta tranquilamente, y toma suspiro muy profundo.

-Tengo que preguntarte algo, y quiero que me digas la verdad -dice lentamente.

-De acuerdo.

-Crees que. -Comienza, y cierra sus ojos-. Crees que es estúpido, o, algo como, no lo sé. Débil. ¿Si decido volver con él?

Ella no dice nada durante un largo tiempo, a pesar que la oye golpear sus uñas contra la copa, sabe que aún sigue ahí.

-Creo que -ella dice lentamente-, tú eres la persona más importante en cualquier decisión que tomes, así que no. No creo que seas ninguna de esas cosas. Incluso si resultas pensar que eres tú el que cometió el error. Creo que es lo más valiente que puedes hacer, el perdonar a alguien.

LIKE A BASTARD OH THE BURNING SEA || One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora