Capitulo 2. Hola, Matt

13 0 0
                                    

*Se escuchan gritos en la cocina*

—¡Maldita sea, no puede ser que seas tan distraida, un favor, solo eso te pedí!—mi madre gritaba enojada a mi hermana.

—¡Lo siento, sabes que tengo que alistarme para la escuela!— contestó mi hermana con la misma actitud.

—Ojalá Serena se preocupara tanto por la escuela como tú, pero no, prefirió dejarla, ¿para qué? para "ayudarme con la casa", pero todo lo que hace es dormir todo el jodido día.

¿Qué acaba de decir? ¿Que no la ayudo? Ella trabaja todo el día y la que hace todo aquí soy yo, lo único que ella hace es la cena, ¿qué quiere que también haga yo eso?

Mi hermana toca la puerta.

—Serena, dice mamá que me lleves a la escuela, ella va tarde al trabajo —dice mi hermana desde el otro lado de la puerta.

—¡Ya voy!— grité.

Me puse pantuflas y me fui en pijama, igual no pensaba bajar del carro.
Llegamos a la escuela, mi hermana bajó y yo di la vuelta hacia casa.
En el camino vi a un chico con Bonnie amarrado a una correa.

—¡Oye tú! Ese es mi Bonnie, ¿qué haces con mi Bonnie?— le grité mientras estacionaba el carro.

—Así que se llama Bonnie. —sonrió.

—Si, y es mi perro.— creo que no sabía si estar molesta o sonreír de vuelta.

—Tranquila, iba a dar un paseo con el y a colgar volantes con mi numero por si se le había perdido a alguien, llego ayer por la noche a mi casa. —aun sonreía.

—Pues ya encontraste a su dueña—¿de verdad me estoy comportando yo así?

—¿Y como puedo saber que es tuyo?

—¿Tú crees que me pondría a reclamar en pijama por un perro que no es mío?— mierda, estoy en pijama.

—Bien, tienes razon, sobre todo por la ridícula pijama que usas— se reía.

—¿Puedes darme a mi perro ya para poder irme?

—Oye, solo bromeaba, en realidad me parece que te ves muy linda, pero supongo que no estas de humor.

—Lo siento, ¿si?, tuve una noche dificil, desperté de mal humor y encima veo a un desconocido con mi perro— si que soy estúpida.

Pues... podemos arreglar eso.

—¿Me darás a mi perro?

—Si, pero no solo eso, sino que te diré mi nombre.

—Bien, ¿cómo te llamas?

—Soy Matt, ¿cómo te llamas tú?

—Serena.

—Bonito nombre, Serena— una sonrisa volvió a su rostro — Mira, yo acabo de mudarme, en realidad no conozco a nadie, y te agradecería que me mostraras un poco sobre esta ciudad, quizás no nos conocimos de la mejor manera, pero supongo que podemos llevar una buena amistad si a la siguiente vez que nos veamos no me gritas— se rió.

—Oh, claro. En realidad yo llevo años viviendo aquí y tampoco conozco a nadie, pero conozco bien la ciudad, ¿Te doy mi numero?

—Si, te llamare mañana.

—Esta bien.

Me despedí de él y subí al carro.

Que lindo que era, no debí tratarlo así. Quizás por eso no soy buena haciendo amigos, debería dejar de ser tan impulsiva.

Llegué a casa y mi madre ya se había ido, así que deje a Bonnie en el sillón y subí a mi habitación a ponerme un pantalón y un suéter para ir a comprar algo de comer para ambos.

—Bonnie, ven— le puse su correa y nos fuimos a la tienda.

De vuelta de la tienda miré a ese chico de nuevo, a el que me había salvado la otra noche, quise correr hacia el pero subió en un carro y no lo alcanzaría ni volando.

Paraíso artificialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora