Sfrenato

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Las pulsaciones en la nuca de Eve le daban una idea de lo sorprendida que se encontraba, todos, absolutamente todos los hombres del mundo eran una opción, excepto él, Logan, El Doctor Racotta. Su cabeza negaba, una y otra vez, tocando con la yema de su dedo índice el labio inferior que estaba algo hinchado.

-¿Por qué me besó?-logró soltar con el abdomen comprimido y las manos alrededor de éste.

-Porque...-empezó Logan, con una pisca de vergüenza en su voz, posiblemente preparaba una disculpa a su comportamiento incorrecto- Me gustas, Eve. Desde que te vi, no he dejado de...Bueno, no dejaba de desear éste momento, éste beso.-

-¿Un beso? Eso no fue un beso. "Eso", fue un idiota poniendo su boca contra la mía.-

-¿Porqué no me correspondiste? Yo...Tú...¿No?-

Ella agitó las manos en el aire mientras su cabello lo hacía por igual, con rebeldía cubrió los ojos sus ojos.

-¡Doctor Racotta! ¿Cómo te...Cómo se atreve a preguntarme tal cosa? Irrumpe en mi casa, me salva de caerme de espaldas, me acorrala y luego me besa para después decirme que le gusto, ¿Está seguro de no tener alguna clase de enfermedad mental?-

Él no dijo nada, ella comenzó a repasar las palabras en su mente y se lamentó al darse cuenta de su grosería, de sus malos modales, estaba siendo una perra.

-Está bien...Logan, escucha-ella dió unos pasos al frente con algo de cuidado para no bloquearse con algún objeto, era demasiado frustrante no poder siquiera ver sus pies andar- Yo...Bueno en primer lugar no entiendo el porqué te gusto, en segundo lugar, podría llamar a la policia ahora y te iría mal, muy mal ¿entiendes?-toma un rápido suspiro y se toca la frente- Y en tercer lugar, Mante no tarda en entrar, seguramente algo le ha detenido, pero no por mucho. Lo conozco y hará miles de preguntas, a pesar de tus actos deliberados pasados, no quiero marcar a la Policia, y no, no es porque no pueda encontrar el teléfono y teclear su número, soy ciega pero no torpe, la discapacidad está en la mente-

Logan, quien permanecía aún en silencio se acercó paso a paso, sus labios apenas rozaron la mejilla de Eve cuando le dijo:

-Me iré, Eve, pero lo hago porque quiero hacerlo...-se detuvo un momento para aclararse la garganta-Oh, lo olvidaba, tienes razón, no eres torpe, por eso sabrás que llamar a la policia no nos conviene-

Ella quiso darle una bofetada pero cuando alzó la mano al aire no encontró el rostro de él.
Se mantuvo de pie mientras retrocedía hasta tocar la pared, bajó la cabeza mientras sus brazos se enrollaban alrededor de su estómago, tenía la sangre ardiendo, sus ojos se cerraron, cómo si tratata de aliviar algún dolor interno, y era así, de pronto un dolor gobernaba su estómago, haciéndolo retorcerse. Ella se mantenía encorvada, mientras su respiración de vez en cuando, interrumpía el incómodo silencio. Los pasos la hicieron reaccionar, imaginó que tal vez sería Logan, volteó a todos lados con angustia y se enderezó.

-¿Quién es?-

Los pasos se silenciaron en seco.

-Eve, ¿estás bien? Te ves terrible, estás pálida y toda despeinada, ¿trataste de buscar el teléfono otra vez?-

Ella soltó un suspiro al reconocer la voz de Mante y se tocó la garganta aliviada, agradeciendo que el aire volvía a sus pulmones.

-Joder, por primera vez me alegro de que seas tú.-

-Ya, sé que estás enamorada de mi pero al menos no seas tan indiscreta-

-Venga, ayúdame, Zopenco-

Mante la mantuvo de pie lo suficiente para evitar que cayera, tenía la presión bastante alta debido a tal encuentro desagradable.
La subió hasta su habitación y le recostó de nuevo, asegurándose de cerrar la puerta y dejarla protegida. Ella se hizo bolita en su cama, después de tales sucesos era lo único que podía hacer para calmarse, en su mente habían miles de cosas, primeramente la sorpresa, ella siempre imaginó que sería Dalton quien vendría a verle y ¿por qué no? Hasta robarle un beso, pero eso sólo eran imaginaciones suyas, sólo eso. Sus ojos no se cerraban pero incluso podía sentir que los mantenía más abiertos que nunca. Entonces si, le gustaba a Racotta, Eve Rutherford era la chica que Logan quería, demasiado que procesar, en su vida pensó que eso pasaría alguna vez. Entonces había dos cosas, que Logan era un idiota, y que Dalton lo era aún más. ¿Cómo siquiera se atrevió a venir? Estaba loco, y lo peor, Logan también lo estaba, ¿habían planeado ésto ambos? No lo creía ella, Dalton estuvo muy distante de Logan cuando ella llegó, y mucho más lo estaba cuando Eve abandonó el Hospital, no era actitud de planear acosos, ¿o si? Ni idea. Las emociones revolotearon en el vientre de ella cómo agujas, tan hirientes y dolorosas. Además, Dalton era quien más despertaba emociones en ella...Más de las que quisiera admitir. No quiso siquiera pensar en los asuntos de Dalton ahora, mucho menos de Logan, ellos...probablemente son mayores que ella, aunque por sus cuerpos, los cuales ya ha tocado, tan tonificados y trabajados podía decir que aún eran jóvenes, su voz era la de un chico universitario, eso le daba a ella la idea de que no eran mayores de treinta años. Pero ahora lo menos que quería hacer era pensar en ellos, ya había tenido mucha dosis de Racotta y Bohr éste día, quería cerrar los ojos y no abrirlos más, quería llorar de rabia y coraje, quería romper cosas, quería olvidar cada momento, sólo quería no haberlos conocido, nunca, quería que ése día, ése mismo día en que ella sufrió el accidente, jamás hubiera sido Dalton, nunca, porque algo dentro de ella se lo decía, alguna razón desconocida, siempre estaría mal que Dalton fuese quien haya conducido.
De esa forma ella cerró al fin los ojos, mientras las lágrimas amenazaban en desbordarse, pero sólo fueron pequeños sollozos lo que ella escuchó antes de caer en los brazos del Morfeo.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2016 ⏰

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