Reflexiones de una Almohada.

Viaje en el Tiempo.

¿Quién no ha querido viajar en el tiempo? Regresar a una época más sencilla, con menos problemas; además de ahorrarse unos cuantos de estos problemas. Honestamente, estoy harta de escuchar a aquellos que dicen...

"No cambiaría nada porque eso me hizo quien soy"

Solo es una forma de protegerse, de que las cosas resulten menos dolorosas. Puede que todo por lo que he pasado haya formado mi carácter y me haya enseñado mucho es cierto; pero si realmente es así preferiría ser otra persona, una que no haya hecho tanto daño a otros.

Soy quien soy por las decisiones que he tomado y puedo vivir con eso, pero qué culpa tenían otros ¿acaso ellos tenían que sufrir también para que yo sea quien soy ahora?

¡Por supuesto que quiero viajar en el tiempo! He pensado tanto en ello que se exactamente a qué edad quiero regresar y cómo haría las cosas de allí en adelante. Si tan solo pudiera llevarme el conocimiento que tengo ahora en aquel viaje, pero ahí está la ironía.

Sé lo que sé por lo que he vivido y si no lo vivo ese conocimiento se desvanecería, ya no sería volver en el tiempo, sería vivir dos veces, y la vida solo hay que vivirla una vez, de otra manera sería demasiado agobiante.

Pero tengo un secreto, hay muchas maneras de viajar en el tiempo y eso es lo que muchos no saben. Una de ellas es el cielo, el cielo nocturno para ser más específicos. Las estrellas están a tantos y tantos kilómetros de distancia que pasan años antes de que su luz llegue a la tierra. Cada vez que miro al cielo estoy viendo al pasado. Cuatro, cinco quizás 10 años atrás. No puedo cambiarlo, pero estoy viendo el mismo cielo que estuvo sobre mí todas las veces que me equivoqué y, también, todas aquellas en las que reí.

Pensar que el cielo que existe justo ahora sobre mi cabeza lo verá una yo muy diferente. Mayor ¿casada quizás? ¿con hijos? O cumpliendo su sueño de viajar por el mundo mientras otros les leen sus libros a sus propios hijos.

Y esa es otra forma, otro de mis secretos. No puedo vivir dos vidas, ni tampoco lo deseo, pero puedo preservar la que tengo para las futuras generaciones.

Ser escritor no es fácil, no es un talento muy sencillo de apreciar. El artista solo necesita unos segundos para que cualquiera que pase pueda notar su talento con solo una mirada. El cantante o bailarín lleva su talento consigo a donde quiera que vaya y no necesitan mucho esfuerzo del espectador para notarlo. En cambio nosotros, nosotros necesitamos tiempo.

Tiempo para pensar, tiempo para escribir, tiempo para editar, y editar y editar y edit...; y tiempo para ser apreciados, pues no todos disponen de lo suficiente para notar nuestro tan peculiar talento. Lo único que me consuela es que solo así seré inmortal y que puedo hacer inmortal al que se me antoje. La música cambia con el tiempo, al igual que el baile y la pintura, se renuevan en cada generación.

¿Quién le diría a Beethoven que después de ser la razón por la cual los CD's existen sería tan poco escuchado hoy en día? Dalí, DaVinci y Miguel Angelo son apreciados y admirados únicamente por los aficionados en su mismo campo. Pero Shakespeare sigue siendo Shakespeare y aunque Romeo, Julieta, Hamlet, y prácticamente todos sus personajes, murieron, él junto con ellos seguirá vivo en el papel a través de los años. Porque el papel es más fuerte de lo que parece y perdura en el tiempo cuando palabras llenas de verdadero sentimiento y pasión son escritas en él.

Así que si no puedo viajar al pasado lo haré hacia el futuro y me aseguraré que mi nombre sea conocido y hablaré de todos aquellos de los que nadie habla que, a diferencia de Aquiles, no buscan la gloria pero se la merecen con toda la razón del mundo. Y también hablaré de mí y de cómo se fue de cabeza mi mundo y mi único consuelo fue el papel y... un amigo muy especial.