Tengo miedo.

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¿Miedo a qué? Al tiempo.

Al tiempo que pasa tan rápido sin que yo pueda asimilarlo. Al tiempo que no se digna a permanecer en mi memoria dejándome como una "alzheímica" prematura.

¿Por qué tiempo? ¿Acaso me odias? Por qué pasas como un halcón en picada para matarme a cada segundo. Por qué no me dejas sentir la edad que realmente tengo, los años pasan y yo me siento igual.

¿Realmente he crecido? ¿Acaso soy mayor? Porque para mí todo se ve igual y se siente igual, y yo ya no quiero seguir siendo una niña, aun cuando ha pasado tanto tiempo desde que dejé de serlo pero dentro de mí el reloj está detenido.

¿Será por eso que no recuerdo nada? Y al decir nada es obvio que estoy exagerando, pero es algo que realmente me asusta. Me he metido en tantos problemas por no haber hecho lo que tenía que hacer, y todo porque se me olvidó hacerlo. No es una excusa, no lo hago a propósito y me siento realmente mal por eso.

¿Acaso no es obvio que tengo miedo? Si ahora soy así qué pasará cuando envejezca. Me obligo a mí misma a repasar las cosas una y otra vez para no cagarla de nuevo. Tengo miedo a envejecer, no por perder la belleza o quedarme sola; tengo miedo porque el tiempo vuela y yo no avanzo, y me aterra que no haya hecho nada con mi vida antes de que esta se acabe. Miedo de no poder hacer todo lo que sueño hacer, aprender todo lo que me falta por saber y visitar todos los lugares que no he visitado

Tengo miedo, mucho miedo.

Si tan solo los días tuvieran más horas, o las semanas más días, quizás así pudiera sacarle más provecho; quizás así podría ponerme al día con el calendario. Porque hasta ahora me ha tocado obligarme a mí misma. Madurar porque me toca no porque naturalmente me he llegado.

No sé cómo explicar cuán asustada estoy, cómo se compite con el tiempo, cómo se pelea con él ¡Es imposible! Intento hacerme su amiga pero siempre me regresa mi amabilidad con un maltrato.

Busco y busco la forma de terminar este escrito en forma esperanzadora, igual como hice con los otros, pero simplemente no puedo. Este es un rival mucho más fuerte que yo. Así que lo dejo hasta aquí, para saber si alguna otra persona se siente igual a mí y, quizás así, encontremos la esperanza de no estar solos y que nuestros problemas no son tan únicos ni tan grandes como parecen.

Reflexiones de una Almohada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora