¿Está mal sentirse mujer?
¿Es acaso pretencioso decir que he crecido?
Mis curvas no son las mismas.
Tampoco lo es mi mirada.
Mis metas, mis sueños, mis anhelos...
Son todos diferentes a lo que solían ser.Madurar.
¿Cuándo se puede usar esa palabra?
¿Es arrogante pensar que se es maduro?
“Aún no has vivido mija".
La voz temblorosa de la vejez me sentenciaría con mansedumbre.
Razón tienen, aún soy joven.
Pero es imposible negar el cambio interno que ocurre en mí.
El externo no, ese le pasa a todos.
Crecer es inevitable y la pubertad es un proceso común.
La visión que se tiene del mundo, por otro lado,
la forma de responder a sus estímulos...
Eso es otra cosa.
Y en mí.
En mí aquello se siente muy distante a donde se encontraba hace 5 años, hace 2 años...
Hace un mes.Bien es cierto que el carácter y la madurez se hacen notorios cuando los problemas se atraviesan para ponerlos a prueba.
Bien es cierto también, que no he tenido muchas de esas oportunidades para que otros distingan externamente lo que yo percibo en lo interno.
Pero,
¿Qué me hace un mujer?
Legalmente lo soy,
físicamente puedo no aparentarlo,
mas estoy en proceso de emocionalmente convertirme en una.No me malentiendan,
no es algo forzado,
no es auto-inducido.
Este proceso de cambio se ha iniciado en mí tan sutilmente que ni yo me di cuenta cuándo comenzó.
Pero lo que antes resultaba atrayente ya no lo es más.
El jean y las converse dejaron de ser “cool",
el celular y la computadora perdieron su puesto de importancia.
Y el detonante de todo esto,
la causa de esta mutación que me ha llenado de satisfacción
es nada menos que mi Dios.
Desde el momento en que entró en mi vida
llenó el vacío que había en mí,
liberándome de impurezas y de vicios insanos.Quizás haya sido eso.
Ya libre de distracciones soy capaz de avanzar,
de evolucionar.
De basar mis decisiones en la razón,
inmutable y estable,
en lugar de basarlas en las fluctuantes olas de los sentimientos.
Solo gracias a Él soy quien soy ahora,
y nunca había estado tan feliz de ser quien soy.
Por amor a Él hago lo que hago,
y me enfoco en ser mejor en ello cada día.En fin,
ya no soy una niña,
no pienso, ni razono, ni acciono como niña.
Sea una mujer o no,
poco importa.
Mantener mi conciencia limpia
y mis manos en la obra,
es lo que verdaderamente me convertirá
en una persona madura.
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Reflexiones de una Almohada.
RandomNoches de insomnio, noches de inspiración. Todas esas cosas que pensamos y no decimos porque son muy difíciles de explicar y poner en palabras. Aquí dejo todas mis filosofías, mis preocupaciones, mis deseos; sin orden, sin coherencia; así mismo como...