Capítulo 20. Silvester.

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Capítulo 20. Silvester.

Entré a la enorme mansión con una sonrisa bobalicona en los labios. Liam era todo un sueño, un sueño con una hermana detestable, pero un sueño después de todo. Arya bajó corriendo las escaleras con Leah en brazos y me miró con una expresión de burla.

- Luces como si hubieras obtenido algunos buenos orgasmos la noche anterior—dijo fuertemente haciéndome jadear, pero antes que pudiera responder escuché unos tacones que pisaban fuertemente a medida que se acercaban a nosotras.

- Esas no son palabras para una señorita, Arya Caoimhe—voltee al escuchar la voz de la mamá de Arya, la señora Brea.

La mamá de Arya era una señora de unos cuarenta años, con hermoso cabello castaño y pequeños ojos verdes. Siempre llevaba una expresión severa en el rostro y era raro verla en Dortmund, ya que mayormente estaba en la capital, o fuera del país.

- Eso es porque ya no soy una señorita—susurró la morena entre dientes. No había alguien en este mundo con quien se llevara peor que con su propia madre.

- Realmente no sé que hice tan mal para merecer a una hija malcriada como tú—le reprocho la mayor de las dos pasando su dedo por su nariz—Eres una de las muchas razones por las que detesto venir a Dortmund.

- Bien pues, no es como que yo te extrañe mucho—le dijo ella con la voz igual de fría—. Realmente ahora entiendo por qué papá se buscó a una amante veinte años menor que tú, ni tu propia hija te soporta.

No podía creer que ambas se tratasen tan mal. Las dos necesitaban una sacudida, y aunque Arya actuaba mal, toda la culpa recaía en la señora Brea. Ella se había encargado de crear odio en el corazón de su hija desde el mismo momento en que se enteró que su perfecto matrimonio no era más que una farsa y que su queridísimo esposo la engañaba con su secretaria.

- Buenos días Lux—sonreí un poco forzadamente hacía ella y le di un asentimiento de cabeza.

- Buenos días señora Brea.

- ¿Ves, Arya? Deberías ser un poco más como Lux, ella sí que sabe de modales y respeto.

- Deja de soltar mierda, Brea. Eso pasa cuando tus padres te prestan la suficiente atención para enseñártelos. Es solo que lo míos estaban algo ocupados, uno revolcándose con una zorra que podría haber sido su hija, y la otra tratando de aparentar ante el mundo que tenía la familia perfecta, cuando-no-era-así.

- No puedo soportar escucharte ni un segundo más, Arya Caoimhe—se dio media vuelta y salió por las misma puertas por las que yo había entrado hacía apenas unos minutos antes.

- Ustedes dos bien podrían estar peleando por horas, y nunca tener un momento sin saber qué decirse—dije en cuanto estuvimos solas.

- Ella se lo merece, se ha comportado como una completa perra desde que llegó para pasar navidades con su queridísima hija—Arya rodó los ojos haciéndome reír—. Ahora bien, lo importante aquí no es si Brea está siendo una perra, porque siempre lo será, es que me digas qué tal tú noche con el caliente irlandés.

- Fue... una buena noche de sueño—ella me dio un empujoncito y dejó al cachorro en el suelo para dirigirnos al living y tomar asiento en los enormes sillones.

- ¿No hubo nada? ¿Ni un poco de toqueteo, manos debajo de la ropa, besos en lugares donde no llega el sol?—Solté una enorme carcajada y negué.

- Si hubieron algunos besos, pero nada comprometedor... solo fue de lo más dulce y... —ella alzó sus cejas y se acercó un poco más a mí— ¡Me pidió que seamos novios!

The Lux Reus Diaries (ILWAFS #2)~.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora