High School DxD [x Lectora]

Capítulo 7

Narradora Pov

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Fuiste curada por Ryas, después de eso Akeno empezó a vendarte.

—Parece que tardara más de lo común en recuperarse—dijo Akeno.

El pelirrojo que estaba en la ducha hablo—El poder que utilizo el exorcista vagabundo fue muy fuerte.

—Vagabundo, dices...¿Eso también es para los demonios?—preguntaste.

—Hay muchos que pasaron por alto a los esclavos de los ángeles caídos que fueron expulsados de la iglesia—explico Kiba.

—Entonces significa que Ashio...¿Es un exorcista vagabundo?—(T/n) pregunto en tono serio. Kiba bajo la mirada.

Ryas salió con una toalla alrededor de la cintura—En este caso, tú eras un demonio y el un esclavo de un ángel caído—camino hacia ustedes—Esa es la realidad.

—Jefe...

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«Soy débil. Soy demasiado débil. Soy solo un peón. No pude hacer nada.» pensaste en el chico rubio.

—¡Eso no sucederá!—te levantaste bruscamente de la cama.

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«Trabare duro...¡Y entrenar mi cuerpo!» pensaste.

Te encontrabas en un parque, más específicamente en la zona de juegos de los niños. Tu cuerpo se encontraba adolorido, caíste al suelo.

—Es inútil—murmuraste.

Recordaste como lo habían tratado «No...él está con ese sacerdote psicópata.» te levantaste del suelo.

—¿(T/n)-san?—una voz te saco de tus pensamientos.

Miraste al dueño—¿Ashio?

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El rubio miro la comida, se encontraban en un lugar de comida rápida.

—Este...Ashio-kun...—hablaste.

—¿S-si?—respondió.

Sonreíste suavemente—Esta es la forma en que se come, príncipe—diste un mordisco a la hamburguesa.

—No tenía idea de que hubiera formas de comer—levanto su hamburguesa, te dio una mirada con sus mejillas sonrojadas, antes de dar un mordisco a la hamburguesa—¡Delicioso!

Reíste—Por cierto, ¿Por qué estabas en el parque?

Ashio evito tu mirada—Bueno...estaba en mi descanso, así que pensé que podía caminar por la ciudad—mintió—Y este...te vi, (T/n)-san, y...

—¡Ashio!—lo llamaste de repente.

—¿Si?—respondió.

—¡Hay que divertirnos un rato!—dijiste animadamente, dándole un giño.

Se sonrojo—¡Sí!

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Fueron a diferentes lugares, después caminaron a donde estaban un montón de máquinas, de repente Ashio se acercó a una máquina, donde había peluches de Ratchu.

—¿Qué pasa?—preguntaste.

—No es nada—respondió.

Miraste los peluches—¿Te gusta Ratchu?