Los juegos del hambre: versión de Peeta

Capítulo 6

Luego del desfile, nos dirigieron hacia el Centro de Entrenamiento. Allí es donde pasaremos el resto de nuestros días hasta que empiecen los juegos. Es un lugar muy lujoso.

Cada distrito tiene su propia planta, que esta integrada por muchas habitaciones que nose que función cumplen.

Effie Trinket realmente se esta ocupando de su trabajo. Es decir, gracias a ella llegamos a tiempo a todos los lugares a los que debemos asistir, siempre habla maravillas de nosotros (o al menos eso dice ella), y hoy ha estado intentando conseguirnos patrocinadores todo el día, según ella conoce a todas las personas importantes del Capitolio; y sin hablar de lo positiva que es en todo momento. Se ve que ella y Haymitch (quien, desde el desfile no aparece. Seguro que debe estar enborrachandose, lo cual no me interesa si es que él cumple su parte del trato), deben estar esforzándose por hacer todo lo posible por nosotros antes de entrar a la Arena. ¿Serán así con todos los tributos que llegan? No, no lo creo. ¿Entonces, por qué será que hacen todo esto? Creo que es una pregunta que quizá nunca pueda responder. La voz de Effie interrumpe mis pensamientos.

-Pero he sido muy misteriosa- dice ella refiriéndose a los patrocinadores-, porque, claro, Haymitch no se ha molestado en contarme su estrategia. Sin embargo, he hecho todo lo posible con lo que tenía: que Katniss se había sacrificado por su hermana y que los dos lucharon con éxito por superar la barbarie de su distrito. Por supuesto, todos tienen sus reservas, porque son del distrito minero. Así que les he dicho, y ha sido muy astuto de mi parte <<Bueno, si se ejerce la suficiente presión sobre el carbón, ¡se convierte en una perla!.>>

Effie sonríe orgullosa, y Katniss y yo nos miramos sin comprender demasiado lo que acaba de decir. Ambos sabemos que eso no es verdad, pero ¿Qué más da? ellos no lo saben; y al decir verdad fue muy astuto de su parte sacar esa conclusión, aunque se equivoqué.

-Por desgracia, no puedo cerrar tratos con los patrocinadores. Sólo lo puede hacer Haymitch. Pero no se preocupen, lo llevaré a las negociaciones a punta de pistola, si es necesario.-

Aunque tenga muchos defectos, realmente apreció a esta mujer por la determinación que tiene.

Katniss y yo nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones hasta que este la cena. Al llegar a mi cuarto me doy una ducha, me pongo una camisa color azul cielo, unos pantalones y unos zapatos negros. Luego me recuesto en mi cama y espero a que me llamen para la cena. Trató de descansar y olvidarme de la realidad, aunque sin mucho éxito. Me distrae de mis pensamientos una persona que toca mi puerta. Era Effie, para decirme que es hora de la cena. Me levantó de mi cama y voy directo a el comedor. Nadie está en la mesa. Estoy a punto de sentarme, cuando Cinna me llama para que me una a él y a Portia en el balcón. Cinna es un hombre muy amable. Me contó que ese balcón es uno de los lugares más tranquilos que hay en el edificio, porque es el unico lugar donde no hay cámaras. Además, también me dijo que no debía acercarme demaciado al borde porque tenía un campo de fuerza por si algún tributo tenía la idea de escaparse.

Cuando Katniss llega a la sala acompañada de Effie, nos sentamos a comer. Katniss lleva el cabello suelto, lo cual la hace lucir realmente hermosa. Nunca la había visto con el cabello de esa forma, es decir ella nunca lo lleva suelto, siempre usa una trenza. Trató de despegar mi vista de ella, porque no quiero que me encuentre mirándola tan fijo.

Haymitch llega justo cuando están sirviendo la cena. Un hombre se acerca a Katniss y a mi, y nos ofrece una copa de vino. Yo la niego, pero ella se ve indecisa hasta que la acepta. En su rostro se nota que nunca lo ha probado, aunque intenta disimularlo. Me sorprendo al prestar atención en Haymitch y notar que esta sobrio y aceado. Me alegra pensar que tiene intención en cumplir su parte del trato.

Hay algo raro en el ambiente; es decir no se escuchan los gritos de Effie o los comentarios groseros de Haymitch (que hace siempre sólo para irritar). Creo que todo esto se debe a nuestros estilistas, que provocan un efecto de civilización en todos nosotros. Me agrada que ellos estén con nosotros, al fin y al cabo han demostrado que son una parte muy importante de nuestro equipo.