Capítulo 24

106 10 2
                                    


Estoy nerviosa y no sé que decirle a Igneel. No sé como tomarme todo lo que me acaba de decir.

-Igneel: ¿Algo que añadir Lucy?

-Lucy: Igneel...Yo...Vamos, no puedes obligarme a casarme con nadie.

-Igneel: No te voy a obligar. Solo te estoy poniendo encima de la mesa las cartas, quizás os he dado además un pequeño empujoncito, pero, sabes que en última instancia la que dice el sí quiero eres tú.

-Lucy: ¿Y si no estoy preparada? Has dado un "empujoncito", pero, quizás, te estás equivocando, porque con el dichoso empujón puede ser que me agobie y salga corriendo. ¿No lo has pensado?

Igneel me mira con una cara extraña. No sé descifrar su expresión y eso me desconcierta.

-Igneel: Lo que sí he pensado es que mi hijo es un golfo inmaduro, que anda con unas y con otras, que solo le atrae lo complicado, pero que se cansa al poco tiempo. Lo que sí he pensado Lucy, es que no quiero que te destroce la vida, porque sé que te quiere conseguir, sé más que eso, pero me voy a callar. ¿Y sabes? Cuando te vuelvas loca por él, cuando seáis más felices que nunca, te dejará, desaparecerá un buen día. Conozco a mi hijo, tú le vienes grande, los compromisos le vienen grandes y yo no quiero que las dos personas que más quiero en este mundo se hagan daño, porque yo sufriré más que ustedes. ¿Tan difícil es de comprender? Lucy...es un compromiso, podéis tomaros el tiempo que queráis hasta que finalmente se celebre la boda.

-Lucy: ¿Por qué dices eso Igneel? ¿Por qué crees que Natsu es así?

-Igneel: Oh vamos Lucy. Quizás lo que pasó con Yukino a ti no te parece mal porque lo hizo por ti, pero ponte en el lugar de esa chica. La ha dejado, destrozada, con la boda a medio montar, porque al niño se le ha antojado jugar con lo prohibido. No es la primera vez que hace algo así. No le culpo, su madre y yo no hemos sabido darle ejemplo.

Pienso las cosas fríamente. ¿Y si él tiene razón? Quizás me he dejado embrujar muy pronto, quizás él solo juega hasta que me tenga, y cuando lo haga...se acabó la partida. 

-Igneel: ¿Lucy? ¿Te encuentras bien?

Caigo en la cuenta de que llevo callada varios minutos, es más, noto mis ojos vidriosos. Me levanto de la silla, y sin decir nada, salgo corriendo, no sé donde, sólo sé que quiero acabar lejos de allí, muy lejos, donde pueda pensar con claridad, donde nadie venga a buscarme.

Sin saber como acabo en el lugar que Natsu me enseñó la noche pasada. Me siento en el césped y las lágrimas por fin corren como locas por mi mejilla. Recuerdo cada instante de ayer, y entonces, Laxus, el compromiso y las palabras de Igneel resuenan en mi cabeza.

El móvil vibra. Es Igneel, le cuelgo, me ha llamado varias veces ya. Apago el teléfono. No quiero saber nada de nadie.

Se hace de noche, no sé cuantas horas llevo aquí. He estado así, sentada como cuando llegué, mirando al horizonte. Estoy autoconvenciendome de que es hora de volver a casa, pero, ciertamente está muy lejos para volver andando y me da miedo ir sola de noche. Aún así, supongo que no me queda otra opción. 

Decido encender el móvil, puedo ponerme música por el camino, y si algo me pasa puedo llamar rápidamente a alguien.

25 llamadas perdidas, tres mensajes y 40 whatsapps. Lo ignoro. De repente, el teléfono vuelve a vibrar. Es Natsu. Descuelgo el teléfono, pero me quedo callada, no sé que decirle.

-Natsu: ¿Luce?

Empiezo a llorar. Sé que él sabe que estoy llorando.

-Natsu: No seas infantil. Date la vuelta, estoy a pocos metros de ti, no llores más.

Me doy la vuelta, efectivamente está ahí. Cuelgo el teléfono y él viene corriendo hacía mí.

-Natsu: ¿Sabes? Papá está muy preocupado por ti. ¿Qué ha pasado Luce?

-Lucy: Él... él...

-Natsu: Vamos Luce, tranquilízate.

Reúno todo el valor que puedo y le suelto la primera parte.

-Lucy: Me ha comprometido con Laxus.

-Natsu: ¿QUÉ?

Aquí viene, no lo voy a hacer muy extendidamente, porque no me salen a penas las palabras, pero debo decirle lo siguiente.

-Lucy: No se fía de ti. Dice que me vas a hacer sufrir, que soy un capricho.

-Natsu: ¿CÓMO? ¿CÓMO SE ATREVE ESE VIEJO? SI A PENAS ME CONOCE.

Miro a Natsu con cara sorprendida, está realmente enfadado.

-Natsu: Será cabrón. Me va a escuchar el viejo, ¿qué sabe acerca de mí para afirmar eso? ¿Qué sabrá él acerca de lo que yo pueda o no pueda sentir? Luce, ¿le creíste?

-Lucy: ...

-Natsu: ¿Le has creído eh?

-Lucy: Natsu...Yo...No lo sé. Estoy hecha un maldito lío. Nadie me deja ser feliz. No sé...Estábamos trabajando en ganarte mi confianza y esto, no pone las cosas fáciles. Yo solo quiero correr, irme de aquí. 

Natsu me mira con expresión triste. Me mata verle así.

-Natsu: Te entiendo. Sé que estás perdida, sé que no sabes a quien creer o qué. Sólo, sólo déjame ser tu claridad Luce, jamás me dolieron tanto las lágrimas de alguien, jamás tuve esta conexión. Confía en mí, por favor.

Le doy un beso en la cara. Decido no decir nada del tema. Estoy cansada.

-Lucy: Natsu. Vayamos a casa, mañana será otro día.

En mi cabeza tengo claro lo que voy a hacer. Mañana temprano voy a ir a ver a Laxus, le voy a decir lo que realmente siento, es hora de ser sincera, después, voy a irme con Cana a su casa unos días, es una amiga que vive en la playa y sé que estará encantada de recibirme. No le voy a decir a nadie donde voy, ni con quien, llamaré una vez al día para que sepan que estoy bien, eso es todo. Debo alejarme de aquí. Debo alejarme de todos.

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora