Capitulo III

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"Ella me emociona y me asusta, realmente no como es eso posible"

La fiesta había llegado a su fin, Nix y Walter estaban oficialmente comprometidos.

Con tantas buenas noticias, Archie se había sentido ahogado, así que, disculpándose con todos, salió a la acera a tomar un poco de aire. La sigilosa Jordan lo había seguido, curiosa

Lo vio sentado, tirando de las mangas de la sudadera para cubrir sus manos.

Se ve muy tierno- Pensó la chica, sonrojándose levemente ante lo que su mente estaba imaginando. Él y ella, besándose, sin miedo del futuro, y de si funcionaría o no.

Aprovechó que Archie no había sentido su presencia para acercarse y tapar los ojos del chico. Llevó sus labios al oído de Archie y susurró:

-¿Quién soy?- Sintió como su relajado cuerpo se tensaba y se volvía a relajar.

-Eres, si no me equivoco, la chica más guapa del mundo- corrió las manos de Jordan y se giró.

Un Archie de catorce años la miró directamente a los ojos.

-Jordan- Susurró. Sus rostros estaban a centímetros.

-¿Si?- Preguntó temerosa, no era común que Archibald estuviera así de serio.

-¿Podría besarte?

***

Jordan quedó paralizada al ver a su mejor amigo al pie de la puerta. Sentía sus mejillas tensas debido a las lágrimas y el temblar de sus labios. Rogó que Walter no la dejara sola con él, pero al parecer, nadie escuchaba sus súplicas.

-¿Qué haces aquí?- preguntó seca. Su pequeño discurso de hace algunos minutos le había quitado hasta el último grano de dignidad que tenía, sabía que no servía de nada hacerse la fuerte.

-Necesitamos hablar- se acercó lentamente, sentándose a los pies de la cama.

-¿Ahora quieres hablar?- no sabía si era la idiotez de su amigo, o el efecto de la menstruación, tal vez ambas, pero de un momento a otro ya no se sentía triste, si no furiosa.

Archie guardó silencio, toda la seguridad que había reunido al hablar con Phoenix se fue en el momento en que vio el estado de Jordan.

-¿Qué tal si digo que ahora yo no quiero hablar?- su voz sonaba fría, tal y como quería.

-Cuando estabas con Walter parecía que me tenías que decir algo- susurró el chico.

-Tal vez ahora me arrepiento.

Archie la miró a los ojos, de la misma manera en que la miró antes de besarse, hacía ya dos años. Se levantó y acercó su cara a la de ella.

-Si yo hubiera dicho eso- le susurró contra sus labios- no estaría arrepentido, por más dolido que me sintiera- le dejó un suave beso en la mejilla y se fue en silencio.

Jordan estaba indecisa, no sabía si quedarse ahí, o buscarlo y decirle que no era verdad, que no se retractaba.

Tenía miedo de tomar la decisión incorrecta y luego... arrepentirse.

***

Archie estuvo de pie frente a la casa de los Morgan por veinte minutos, esperando. Jordan nunca salió.

Rendido, metió las manos en los bolsillos de sus pantalones, acomodó su chaqueta de cuero y caminó a casa en silencio, con la mente gritándole que volviera, que la besara y le dijera que la amaba, tal y como en las películas clichés románticas que Jordan tanto odiaba. En secreto, Archie rogaba por que algún día él tuviera el valor de hacer eso.

Todavía seguía esperando.

Pateó una roca, ¿Por qué siempre tenía que esperar?

Esperar a que Jordan diera señales.

Esperar a tener valor.

Esperar por el momento indicado.

Giró a la izquierda, justo ahora no quería ir a casa. Estaba furioso y amaba demasiado a sus hermanas como para que lo vieran en ese estado de nuevo.

Iba tan ensimismado en sus pensamientos que no supo cómo ni cuándo chocó contra una chica.

-¡Idiota!- le chilló- ¿Qué no ves que hay gente pasando?- la chica tenía un cono de helado vacío, y al bajar sus ojos a la camiseta rosa de ella, se dio cuenta de donde estaba el resto del helado.

-Lo siento- le ofreció una sonrisa coqueta. La chica no era guapa como Jordan, pero tenía algo que la hacía lucir... peligrosa.

Quizá si se distraía unos minutos con ella, su mente olvidaría por un momento a Jordan.

Eso esperaba.

***

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