Capitulo 6

2.2K 245 41
                                    

Hablaría de mi cumpleaños si hubiese sido algo interesante, pero no lo fue.

No sé por qué hablo en pasado, aún no ha terminado, pero bueno, en lo que ha transcurrido de mi cumpleaños no me ha felicitado ni yo a él. No lo he visto en todo el día.

Mi papá y mi mamá me llevaron a la heladería junto con Micaela y Dago, y después se fueron, cuando digo después me refiero a después de transcurrido veinte minutos. Nos quedamos allí sentados comiendo helado hasta que estuvimos seguros de que se habían ido de la cuadra. Después nos levantamos a caminar y le conté todo a Dago.

El me prometió limpiar mi laptop el lunes, me dijo algo así como que encontraría lo que sea que la había infectado y le había dado el acceso a Leo de poder controlarla. Aunque esté muerta de amor por Leo, no es lindo que el invada lo único que es mío, propio, de mi exclusiva propiedad. Hablo de mi privacidad. Yo también tengo mínimos secretos, tal vez ridículos, pero son mis secretos, yo no quiero que nadie lo sepa.

Está tarde y estoy agotada. Me vestí linda para mi cumpleaños, como una niña, como una pequeña linda princesa, con un vestido color azul marino apretado en el torso y suelto desde mi cintura hasta la mitad de mis muslos, junto a zapatos que combinaban. Me maquillé también, con el estilo smokey eyes, pero ahora estoy llorando. Todo es una basura.

No quiero sonar mala agradecida. Reí, y disfrute muchísimo con mis amigos, como casi todos mis cumpleaños, pero ahora estoy así por él. Porque no lo puedo sacar de mi cabeza. Porque en realidad quería abrazarlo. Porque quería besarlo. Quizás me hubiese sentido feliz si el me felicitara o yo a él.

Ugh.

Nunca me han gustado los cumpleaños en realidad. Solo ahora por él me alegro.

Un año más.

Ya tiene treinta años oficialmente. Oficialmente estoy enamorada de un tipo de treinta años.

Que me tiene loca.

Que me "acosa".

Que me gusta.

Que estoy empezando a odiar.

Voy a mi cuarto y me lavo la cara. Después camino a mi cuarto de redes y me tranco allí.

Son las diez de la noche. En la casa de los vecinos están haciendo una cena para celebrar el cumpleaños de mi Leo. Mi mamá está allá, mi papá no, esta no sé a dónde, yo estoy en mi casa porque no quiero verlo cerca de su esposa, es como si me clavara una daga siempre. Así que decliné la invitación de mi mamá.

Después de usar mi computadora de mesa, veo mi Laptop encima de la mesa de estudios. Un botón parpadea. Dios. ¿La había dejado encendida desde hace más de tres horas? La batería debía estar muerta. Pero no. No estoy loca. La apagué. Siempre lo hago. Entonces sonrío. Quizás está ahí. Quizás el la encendió.

Me levanto de mi silla giratoria y me siento en la plástica que está al frente de la mesa de estudio. La abro, y está en modo de suspensión. Se enciende a los segundos. Introduzco mi clave de seguridad, y al entrar al Inicio, aparecen tres notificaciones de mensajes. Entro a mi cuenta. Uno fue a las doce, cuando ya me había dormido:

«Es mi cumpleaños.» - 12:00am

«¿Y ya es tu cumpleaños?» -12:01am

«¡Feliz cumpleaños Mara!» 12:05am

Sonrío.

Y envío un mensaje:

«Feliz cumpleaños Leo.»

Secretos en el VecindarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora