Escuché los pasos de alguien por el pasillo, cada vez se acercaban más a mi habitación, instintivamente guardé las hojas y los lápices en el cajón izquierdo del escritorio, apagué la lámpara y corrí hasta mi cama —bueno, eso intenté—, me tropecé con unos zapatos y hasta con un oso de peluche que no sabía de donde había salido. Lo bueno es que... llegue viva ¿no?
El pomo de la puerta de mi habitación giró y tomé las cobijas de un tirón para ponerlas sobre mí, di la vuelta y cerré los ojos, fingiendo estar dormida.
Escuché el sonido de la luz de mi habitación encenderse y luego un suspiro, el de mi madre, claro, lo distinguía en cualquier parte.
— ¿Estas... dormida? —preguntó dudosa al tratarse de una estupidez si estaba dormida o una muy buena para comprobar si estaba despierta, aunque en cualquier caso seguía siendo estúpida.
Obviamente, no respondí.
—Hey... ¿Qué es esto? —se preguntó ella misma, me tensé inmediatamente, abrí el ojo derecho y vi como caminaba hasta mi escritorio y se agachaba, justo al lado del cajón en donde había guardado las cartas hace un minuto...
Segundos después se volvió a poner en pie y escuché como arrugaba un papel.
—Bah, tonterías —se dijo a sí misma y salió de la habitación sin antes mirar de reojo a mi cama, y obviamente, a mí— Y no me creas tan estúpida, sé que estas despierta —esbozó una pequeña sonrisa y escuché como cerró la puerta.
Quedé confundida con sus palabras, ¿cómo se había dado cuenta de que estaba despierta?
***
N/A: ¡Holaaa! ¿Como estan? Bueno... hoy les traigo una nueva parte, espero que les guste mucho.
Con muchísimo amor, Sofia.
*Narración dedicada a: DanielaDiaz198
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25 cartas a ti.
Short StoryEn una noche de Abril decidí hacer algo para entretenerme mientras vencía el insomnio. Tuve dos opciones frente a mi, una era dibujar y la otra, era escribir. Preferí escribir cualquier cosa, después contemple lo que había escrito y me di cuenta que...