Capitulo 12

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- Lo sé, los de mi familia somos muy valientes, lástima que si sigues con ella - dijo Cora señalando a Emma - no vas a poder seguir con la valentía en la sangre sin tener hijos - Regina se tensó - ah, no, espera, eso te lo arruinaste tu sola cuando tomaste la estúpida poción.

- Cállate! - le ordenó furiosa Regina poniéndose a llorar.

- De que está hablando? - preguntó Emma preocupada al ver que Regina comenzaba a llorar.

- De que en una intento de arruinarme... - Cora no pudo hablar porque Regina la interrumpió.

- Que te calles! - gritó Regina llorando más y más, tomando sus rodillas con los brazos y poniendo se cabeza entre las piernas.

- ... tomó una poción que hace que no pueda concebir nunca más en la vida - dijo Cora con una voz desafiante.

- Regina? porque hiciste eso? - preguntó Emma preocupada.

- Lárgate de aquí! Lárgate de mi casa! Fuera! Fuera! Te doy veinte segundos para salir o te juro que te mato - dijo parándose furiosa y ahogándose en sus lágrimas -
ya bastante tengo con saber que me arruinaste una vida con Daniel, no voy a dejar que me arruines otra con Emma!

- Bien - dijo Cora dándose la vuelta a punto de salir de habitación.

- Espera! - le dijo en vos baja Emma a Regina que estaba nuevamente en el suelo devastada - ¡OYE! - le gritó Emma a Cora, mientras se daba la vuelva, tomó un abrecartas que estaba en la mesa y se lo lanzó a Cora, ella lo detuvo con su magia a milímetros de se cara, le dio la vuelta apuntándolo hacia Emma y a dos centímetros de llegar a su cara el abrecartas se detuvo y cayó a los pies de Emma en el suelo.

- Feliz luna de miel - dijo Cora  con una sonrisa malvada dejando sobre un sillón las dos habichuelas que Regina le había pedido. Emma estaba en una especie de un corto shock, sacudió su cabeza y se sentó en el suelo con Regina, la abrazó, le dio una beso en la cabeza y comenzó a acariciarle el cabello sin decir nada, solo dejando que se desahogará en el llanto.

- Lo siento Emma, siento no habértelo dicho antes, siento habértelo ocultado, haberte mentido - dijo mirándola a los ojos.

- No, está bien, es un tema doloroso, no querías tocarlo, querías enterrarlo en el pasado y está bien, hay algunas cosas que hay que dejarlas así, esa era una de ellas.

- No, yo quiero que haya sinceridad en esta relación, sin mentiras - dijo secándose las lágrimas de la mejilla derecha.

- Bueno, ya que nos estamos sincerando yo tengo algo que decirte, una vez puse una rata muerta en tu oficina.

- Qué? - preguntó Regina separándose un poco de Emma para poder verla más y mirándola confundida pero algo feliz, al parecer le había causado gracias, ella nunca había visto una rata muerta en su oficina - jamás vi una. Lo dices para animarme.

- No, es porque me arrepentí y la saqué de tu oficina, mi amor por ti era más fuerte que mi sentimiento de venganza.

- Creo que debo decir gracias - dijo secándose las lágrimas que le quedaban en la otra mejilla con la manga de la ropa.

- Vamos a la habitación, descansa un poco, le diré a Henry que se quede con Mary hoy, que yo me quedo contigo y mañana seguimos con la búsqueda de David ¿bien? - dijo Emma acariciando el cabello de Regina.

- Gracias por hacer esto - dijo Regina mientras ambas iban subiendo las escaleras.

- Qué? No debes agradecerme, yo te amo y haría lo que fuese por ti, es mi trabajo hacerte feliz, y no sólo porque sea la salvadora.

- Puedo hacerte una pregunta? - dijo Regina algo triste aún.

- Claro, lo que sea - dijo Emma deteniéndose a medio camino en la escalera.

- Porqué le lanzaste un cuchillo a mi madre si podrías haber utilizado tu magia y ya estaría muerta - dijo Regina algo confundida.

- Es porque no quería matarla, si quería pero no quería, lo hice por ti, para que tu hicieras lo que quieras con tu madre, perdonarla, vengarte, matarla, lo que sea. Lo que sea te apoyo - dijo Emma dándole un beso a Regina y siguieron subiendo las escaleras.

- Te amo sabias? - dijo Regina poniendo una sonrisa en su rostro.

- Si....... pero me gusta que me lo repitan - dijo Emma entrando a la habitación y dándole otro beso.

- Pues entonces, te amo, te amo muchísimo hasta el infinito y mucho más allá - dijo Regina sentándose en la cama.

- Yo también.

Ambas se recostaron boca arriba en la cama, Emma tomó su teléfono y le envió un mensaje a Mary
"Regina tuvo un problema, yo me voy a quedar con ella esta noche en su casa ¿puede Henry quedarse en casa?"
"Claro ¿qué le pasó a Regina?"
Respondió Mary al segundo.
"Nada, luego hablamos de ello"

- Listo, está solucionado, no molestias por todo el día y la noche, estás libre, ahora descansa ya son las 14:24 pm y debemos comer - dijo Emma levantándose.

- No tengo hambre - dijo aún con un tono triste en la vos, hablaba pesado, como si algo en su interior hubiese muerto.

- Gina... - estaba diciendo Emma.

- No, Gina, no.

- Bien, Regina, ya pasó Cora se fue, no está, lo de la poción, vas a superarlo, viviste todos estos años sin problemas, no dejes que un encuentro con tu madre lo arruine.

- Lo sé, lo siento, quiero comer hamburguesas - dijo Regina con un todo de rendición en la voz.

- Okay - dijo Emma extrañada.

- Era broma, quiero ensalada - dijo soltando una risita.

- A la orden su majestad - decía mientras salía de la habitación.

Ya en la cocina preparó una ensalada, un sándwich y tomó dos frescos de la nevera, subió las escaleras y entró en la habitación y le dio la ensalada y el refresco a Regina luego de comer ni movió la boca en todo el día, estaba callada, triste, parecía una especie de momia súper sexy, Emma la estaba contemplado mientras Regina miraba un punto fijo en la pared, no parpadeaba, no quitaba la mirada de allí, Emma se estaba preocupando cuando un mensaje le llegó y el sonido la sacó de sus pensamientos.

A SwanQueen adventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora