Capitulo 23

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Veinte minutos después de caminar Emma gritó.

- Al fin! La fortaleza! Maldita sea, creí que jamás llegaríamos - novecientos metros más adelante había una gran fortaleza de noventa metros de largo y veinte de alto aproximadamente, era grande, de piedra con musgos en las paredes, no habían ventanas, solo una puerta, una gran puerta de madera que no era fácil de alcanzar, había un enorme foso de por medio.

- Oh, por dios, gracias al cielo - dijo Mary.

- Me duelen las piernas ¿saben? lo irónico es que me duelen las piernas de tanto caminar por una mujer que detesto - dijo David irónico.

- Si, la que yo amo, por eso lo haces, porque eres mi padre y se supone que me apoyas - dijo Emma molesta.

- Crees que no lo hago? Porque estoy aquí? porque crees que aún no la he matado? - preguntó David molesto.

- Dahhhhh - dijo Emma sin darle importancia a David.

- Basta de este tema, ya estaba hablado - dijo Mary - cómo le vamos a hacer para pasar?

- Yo tengo la solución perfecta, tómense de mis brazos - dijo Emma poniendo los brazos en jarra para que sus padres se sujetaran.

- Bien... - dijo Mary aferrándose al brazo de su hija.

Emma hizo un movimiento de mano y desaparecieron en una nube de humo blanca, esperando reaparecer en la fortaleza. Pero en vez de eso aparecieron en unas rocas que sobresalían de las paredes de la fortaleza, un paso en falso y serían la cena de lo cocodrilos.

- Qué fue lo que pasó?

- Emma... piensa, esto es una prisión para gente con magia, como hechiceros o magos, creíste que no estaría protegido contra la magia? Emma... - dijo Mary algo decepcionada de su hija.

- Lo siento, traten de tomarse de mi, vamos - David y Mary se acercaron todo lo que pudieron a Emma sin caerse hacia el foso hasta llegar a Emma.

- Listo, bien... debí haber hecho ese truco cuando estábamos prisioneros en el castillo de la reina roja - dijo Emma pensativa.

- Si... - respondía David mientras Emma los movía hacia donde estaban en un principio.

- Como vamos a hacer para entrar allí? - preguntó Emma.

- No lo sé... - respondió Mary mirando la enorme fortaleza.

- Ustedes son lo que vivieron en este tipo de mundos, con magia y problemas extravagantes, ustedes busquen una solución, yo estaré allí esperándolos - dijo Emma señalando un espacio en el suelo a unos pocos metros de donde ellos se encontraban.

- No puedo creer que vaya a decir esto pero... Emma puedes usar tu magia para aparecer un arco y tres flecha con gancho para escalar la gran pared?

- Bien... - dijo Emma haciendo su manos hacia adelante y apareciendo un arcón su mano derecha y las tres flechas con gancho dentro de una estuche en la otra.

- Dios... magia... - dijo Mary sacudiendo su cabeza y tomado las cosas de las manos de su hija.

Mary tomó una flecha que estaba atada a una cuadra, se preparó, apuntó, respiró y lanzó, la flecha cayó en el lugar justo, luego repitió lo mismo con las dos otras flechas, los tres se tomaron de los extremos de las cuerdas y corrieron hasta el precipicio saltando y al final golpeándose contra la pared de la fortaleza amortiguando el golpe con las piernas, comenzaron a escalar por la pared hasta llegar al techo, en donde había una pequeña escotilla por la que entraron y cayeron dentro del lugar, lleno de celdas asquerosas, oscuras, frías y desagradables con personas.

- Aiden! Aiden! - comenzó a gritar Mary.

- Nieves? - se escucho decir una voz masculina detrás de ellos.

- Aiden, estás bien, creí que algo te había pasado, que te habrías vuelto loco.

- No, nada de eso, mi amor por ti me mantuvo cuerdo todos esto años - Mary y Aiden quedaron en silencio mirándose.

David aclaró su garganta para hacer reaccionar a Mary.

- Oh si, ellos son mi esposo y mi hija...

- Qué? Estas casada? Y tienes una hija que... te ves mayor de lo que eres... en realidad eres muy linda - dijo Aiden entrecerrando sus ojos al ver a Emma.

- De hecho tenemos la misma edad... y gracias - dijo Emma con una sonrisa.

- Cómo?

- Una larga historia para otra ocasión - dijo Emma.

- Sáquenme de aquí por favor - dijo Aiden mientras Emma trataba de abrir con magia la cerradura pero Emma salió volando.

- Bonita pero tonta, debí imaginarlo... es rubia (No quiero ofender o l@s rubi@s) es una prisión para personas que usan la magia, no crees que este lugar no está protegido? Qué clase de gente han enviado para salvarme.

- Los únicos que se dignaron a venir por ti.

- Allí hay unas palancas, bajen la primera, la segunda, la tercera arriba y la cuarta en el centro - dijo Aiden señalando a unas enormes palancas que habían en una pared a pocos metros.

- Bien - Emma caminó hasta donde Aiden le había iniciado, se paró a un lado e intentó bajarla.

- Oye - le susurró Aiden a David.

- Si? - dijo acercándose.

- Ayuda a tu hija idiota!

- Oh claro si... Emma espera yo te ayudo.

- Lindo hombre por el cual me cambiaste.

- Solo está  mal estos ultimos días, ella está saliendo con Regina la recuerdas?

- Alto, hablas de Regina la que yo conozco, la Reina Malvada? - dijo Aiden preocupado.

- Es misma pero ahora solo es la Reina, y tampoco es reina, ahora vivimos en otro mundo.

- Aún no entiendo. Porque viniste por mi luego de tantos años?

- Emmmm... una persona a la que Emma quiere mucho...

- Regina está poseída - dijo él interrumpiendo.

- Ya está, todos movimos - dijo David.

- Excelente - dijo Aiden, parecía emocionado.

- Porque no pasa nada? - preguntó Emma.

- Porque ahora es mi turno de jugar - dijo Aiden levantando las mano en el aire y haciendo unos rayos en ellas, las juntó y las puso sobre la cerradura de la celda la cual salió volando por los aires.

- Bien...

- Y ahora, a donde vamos - preguntó Aiden saliendo de su oscura y fría celda.

- Supongo que a nuestro mundo - dijo David levantando sus hombros.

- Y ese cuál es? - preguntó Aiden curioso.

- La tierra - respondió Emma.

- Bien, ya me estaba aburriendo de Wonderland - dijo frotando sus manos.

A SwanQueen adventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora