-capitulo 3- parte 1

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Tocaron el timbre para el receso y aun Carter y Dylan no encontraban a ninguna Selena, decidieron ir a la cafetería a comprar algo para saciar la sed y el hambre que tenían por deambular por todos los pasillos de la escuela, ambos se sentaron en la mesa que siempre ocupaban, estaban a tres mesas de la cocina y desde hay se veía todo. Carter buscaba a algunas de las Selenas que su amigo le había nombrado que podrían ser la supuesta chica, mientras Dylan miraba por la entrada de la cafetería cada rostro que entraba en esta, este volteo a mirar a Carter y cuando lo hizo noto a su Selena de perfil sonriéndole a la señora que atendía en el lugar.
-Carter hay esta. Dijo Dylan muy entusiasmado, se iba a parar cuando Carter lo tira del brazo logrando que este se enfocará en el.

-¿Donde?. Dijo Carter algo ansioso.

-Ahí- Apunto Dylan donde hace menos de tres segundo había visto a la chica que le robo el aliento, pero ya no estaba hay, ella había desaparecido ¿acaso ella no es real? Se preguntó este algo cabreado, nunca se había sentido tan frustrado.

-Hey, Bro, creo que.... Deberías descansar, la verdad estas sin lentes y alomejor eso te afecto, es solo tu imaginación, relájate- Dijo Carter en un tono comprensivo frotándole la espalda a su mejor amigo de infancia que parecía muy aturdido con la idea.

-Selena, trae tu trabajo, ya es hora-. Dijo la profesora desde su escritorio, Selena solo asintió con la cabeza y se puso de pie para dirigirse a paso rápido hacia la maestra que la esperaba con una sonrisa de oreja a oreja, ella llego rápidamente y le paso su cuaderno a la maestra, había escrito en la misma pagina en donde había dibujado los ojos de Dylan O'brien. Selena se encontraba a un lado de la profesora expectante a su reacción ante lo que ella había escrito, cuando la maestra termino la observo con una mirada perdida.

-Selena, esto es maravilloso, eres una niña muy talentosa. Le dijo a Selena con una sonrisa enternecedora y ojos cristalizados, ¿eso habrá sido por lo que escribí? Se pregunto Selena en su mente, ella negó lentamente y le quito el cuaderno a la profesora, justo en ese momento tocaron el timbre y ella corrió a su banco a guardar sus cosas para volver a correr hacia la cafetería, debía ir rápido por que siempre se llenaba, decidió que se tomaría el día libre sentada en el árbol del patio dibujando, Escribiendo o escuchando música como lo hacia de ves en cuando, al llegar a la cafetería no se demoró nada en salir ya que llego casi de las primeras, al tomar sus galletas y la caja de la leche se fue a zancadas hacia el patio y como siempre el árbol estaba solo, tan solo como ella.

Para Selena ese árbol era inspiración, la hacia sentir relajada y aunque nadie la notara en este mundo se sentía anexa de este y de sus problemas que la acompañaban, la soledad ya no era un tema bajo ese árbol, solo ella y su cuaderno, mejor compañía que nada.

-Sabes algo Carter, tienes razón, me tomare el día pero me iré a sentar en las bancas del patio. Dijo Dylan muy decidido.
-Bien, Bro, te iré a dejar para que no te vayas a caer. Le dijo su amigo tomándolo del brazo.

-Muchas gracias, ahora apresurémonos o llegaras tarde a clases.

-Sabes perfectamente que por mi me perdería todas las clases. Solo Carter con un tono de burla.

-Lose solo quería bromear contigo. Le respondió Con un suspiro Dylan.

Carter sujetaba del codo a Dylan mientras caminaban hacia la salida, había poca gente pero Carter visualizo una banca solitaria cerca de uno de los árboles del patio, el caminaba decidido hacia la banca mientras Dylan intentaba caminar al mismo ritmo mirando el suelo para no tropezarse con el césped mal cortado, pero algo en su interior lo hizo mirar hacia el frente y ahí la vio, era la chica de los ojos marrones, ¿debía decirle a Carter? Era su duda pero no lo hizo, ya estaba convencido de que esa muchacha no era real y era solo parte de su imaginación.

Carter lo dejo en el lugar para dirigirse dentro del colegio, obviamente que no iba a clases sino a perder todo el día gastando bromas a los demás.

La obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora