-capitulo 4-

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Al siguiente día Selena no se levanto como los otros, ya no peleo con la alarma por haberla despertado de sus hermosos sueños, en los cuales era feliz, ahora había un motivo por el cual tenía que levantarse.
después de meditar toda la noche se dio cuenta que no debía alejar a Dylan solo por que ella no creía que fuera todo lo que él decía, después de una charla exhaustiva con el espejo se dio cuenta que si era linda, y que ese muchacho que le hablo tenía buenas intenciones.

Se encontraba estacionando su moto cuando lo vio a lo lejos entrando a la escuela, el no era de los chicos que pasaba desapercibido, no era popular pero era considerado uno de los mas guapos de la High Scool y con ese rostro y cuerpo ¿quien no lo pensaría?.
Selena se adentró rápidamente para llegar a su casillero en donde tubo una pelea interna para decidir si saludaría a Dylan. Y  si estaba dispuesta a hacerlo. Para su suerte al cerrar el casillero se dio cuenta que el venia entrando al pasillo ¿Como saludarlo? Se preguntaba está y como un efecto involuntario levanto la mano y la meció exageradamente mientras lo miraba con una sonrisa estando al borde de estallar en un ataque de pánico, Dylan la vio pero al igual que ella el pensó demasiado esa noche y se dio cuenta que una mujer como Selena nunca se fijaría en él, decidió ignorarla como todos, sin saber que le aria un daño enorme, entonces cuando el vio a Selena saludándolo tan efusiva se emociono pero corrió la mira y entro en el salón de química dejando a Selena con un sentimiento amargo, un nudo en la garganta y la mano acalambrada. se volteó para abrir nuevamente el casillero, ella no sabía exactamente que es lo que estaba haciendo, pero aprovecharía todas las ventajas de ser invisible, tomo lápiz y papel y escribió una nota la cual doblo y dejo al fondo del casillero junto con su libro de dibujos, cerro el casillero y se dirigió a su clase de física.

-Resuelvan el ejercicio de la pizarra, no olviden que estas soluciones químicas no son iguales- decía el profesor mientras apuntaba la pizarra- Luego llamare al pizarron para verificar que estén trabajando.
Dylan ni siquiera había oído la mitad de la clase, faltaba media hora para el receso y el solo podía pensar en Selena y como la había ignorado, no podía creer que una mujer ocupara sus pensamientos por tanto tiempo, haciendo eso perdía lo noción de este.

-Muy bien Carolina, siéntese- le dijo el profesor a la alumna que resolvió el primer ejercicio en la pizarra -Bueno, señor O'Brien pase adelante- dijo el profesor extendiendo el bolígrafo en dirección a Dylan pero este se encontraba en otro mundo -¿Señor O'Brien esta bien?- si no es por su compañera de banco que le peñisco el no se hubiera inmutado.

-Si, si- dijo para levantarse -¿Este es el ejercicio- soltó mientras miraba extrañado a la pizarra?.

-Si, Apresúrese que queda poco tiempo- dijo el maestro mirando de reojo el reloj en su muñeca izquierda.

-Okay- dijo Dylan suspirando, no tenía idea de lo que había en la pizarra ni mucho menos de como saldría de ese aprieto, el maestro era muy estricto respecto a prestar atención en clases, Dylan estaba perdido -¿Como se hacia?- preguntó con una sonrisa tímida que derritió a la mitad del salón incluyendo hombres, pero no al profesor que lo miraba con cara de pocos amigos.

-Señor Dylan como se atreve usted- Decía el profesor Alejandro pero fue interrumpido por el timbre a media frase -Se a salvado Señor O'Brien... Pueden irse alumnos nos vemos el próximo martes -Regaño a Dylan para pasar a despedirse de los compañeros de este.
Dylan paso la tarde con sus amigos, caminando de salón en salón, como hacia todos los días, no hacia nada en especifico, lo único fuera de rutina eran los talleres a los que asistía los días martes y jueves, en cambio Selena lo siguió a todos lado para ver que hacia, ¿cuál era la razón de ignorarla? Ni el lo sabia pero lo estaba haciendo y muy bien.
Ella lo siguió donde quiera que fuera seria poco decir que esta contó cuantas veces pestañeaba en el día.

El fin de semana cuando Selena se encontraba recostada sobre su cama observando el techo sus pupilas se dilataron convirtiendo sus ojos marrones en negros, negros de amor y odio, cada vez que le sucedía eso ella no era consiente de lo que hacia, se volvía sumisa de su conciencia que le dictaba que hacer. Ella quería a ese chico, algo de ella lo necesitaba, pero lo odiaba ¿Por qué?, ¿Por qué la ignoro?, no tenía la menor idea. Tomó su celular y comenzó a escribir todo lo que Dylan hizo ese día, ella seria su sombra, ella sentía que estaba enamorada pero la verdad es que solo estaba obsesionada.
Selena descargo una aplicación llamada recordatorios que protegió con muchas claves dentro de su celular, era como un cuaderno en el cual se podía escribir lo que fuera, hacer tablas, poner alarmas, entre otras cosas.
Y ese día fue cuando se transformó.

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Muchas gracias por esperar, ahora la novela sera narrada en primera persona para que conoscan la historia de esta chica.

La obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora