Ventana.

202 13 0
                                    

Tengo frío. Hace frío.
Después de tu partida, no ha dejado de hacer frío.
O quizá, yo tengo frío porque no hay quien me arrope con mantas en las madrugadas. No hay quien me acompañe a tomar café por las noches. No hay quien me lleve por las mañanas a fumar.
Hace frío y no es invierno.
En la ventana del tren, mi respiración opaca el cristal y escribo tu nombre hasta ver como se desvanece poco a poco más. Y es que desde que te has ido aquí hace frío siempre. Menuda tormenta de nieve calló ese día de tu partida.
Y ahora en mi alma siempre hace frío, siempre tiemblo al recordar que ya no estás. Me haces tanta falta.
He recurrido a las mantas, al café, a los cigarrillos yo sola. Desde qué no estás, es la única manera para que deje de tener un poco menos de frío.

Lejos de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora