Lunes, el día en que su tortura semanal solo daba comienzo. Mingyu despertó gracias a los rayos del sol que apenas asomaba por su ventana y en parte por el exquisito aroma a café recién hecho. Se bajó de la cama casi cayendo al suelo y se vistió tan rápido que no notó que se puso el saco al revés, pero luego lo acomodaría. Ahora necesitaba probar aquel delicioso desayuno que le esperaba en su escritorio. Devoró los ricos panqueques y de un trago ingirió su café, tomando sus cosas para bajar las escaleras.
Se cruzó con su madre que acomodaba los últimos detalles de los tres almuerzos que había prometido preparar para el moreno y sus amigos. Había de todo en esos recipientes térmicos, hasta envió un termo con una sopa casera para compartir. Al ver la dedicación de la mujer, Mingyu sonrió y la abrazó por la espalda, besando su mejilla dulcemente.
Buenos días, madre. – dijo apoyándose en la mesada, al lado de Jihye mientras colocaba las tapas de las loncheras y las envolvía en un pañuelo grande.
Buenos días, tienes el saco al revés. – su madre sonrió. Normalmente Mingyu se preocupaba demasiado por su apariencia, pero hoy además de andar descuidado, estaba particularmente cariñoso. – no necesitas comprarme con gestos, hago esto porque quiero. – apretó las mejillas de su alto hijo.
No intentaba hacerlo, solo quería darte los buenos días normalmente... – hizo una cara tierna, logrando que los dos rieran. – Perdón por ser un mal hijo... – la abrazó nuevamente, pero esta vez ella le correspondió, apoyando su cabeza en el pecho del menor, escuchando sus latidos. Era tan agradable cuando él se portaba así, le gustaría que su relación fuera así de agradable siempre.
Solo eres un tonto, pero no eres mal hijo... – Sonrió la mujer, despegándose del meloso abrazo, para darle los almuerzos. – Asegúrate de compartir con tus amigos, pero tu también come bastante... Ahora vete, que llegas tarde... – hizo puntitas de pie para besar la mejilla de su hijo y luego lo empujó hasta la puerta, haciendo señas de ahuyentarlo mientras este le saludaba sonriente desde la calle. – ¡Y acomódate ese saco, por dios!
¡Sí, mamá, nos vemos! – le lanzó un beso y corrió hasta la parada del autobús. Ni él mismo sabía por qué estaba tan contento esa mañana.
Por suerte, ese día llegó a tiempo, o más bien, cinco minutos antes, lo que le dio tiempo a charlar con los chicos y hablar de su nueva profesora de inglés. Sí, más gente nueva, parecía que pronto esa escuela explotaría de sobre poblada. Observó como llegaba Wonwoo y le sonrió, recibiendo una casi sonrisa por parte del mayor, quien luego de ese gesto, le ignoró para sentarse tras él. Jihoon no paraba de lanzarle miraditas cómplices al notar el saludo "amistoso" de esos dos.
Dicen que la profesora nueva es muy bonita... – comentó Seungkwan con un rastro de envidia.
Comentan por ahí que es hija de un empresario millonario y que su belleza es heredada de una diosa griega. – inventó Woozi para seguirles el juego.
Pues a mi me contaron que es una actriz famosa. – continúa Mingyu con la broma.
Dudo que sea más hermosa que yo... – apareció el rubio de largos cabellos, los cuales llevaba atados y soltó para presumir de su belleza, logrando que su novio peli naranja le volviera a recoger el pelo en una coleta.
Nadie es más hermosa que tú amor.. – dijo el chico sonriendo.
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Caminos cruzados. (CANCELADA :c)
FanfictionAcompañen a Mingyu en su día a día en la escuela, donde todo cambiará gracias a la llegada de un nuevo alumno que no es tan nuevo en su vida. El pasado de estos chicos comenzará a revolverse. ¿Logrará que Wonwoo lo perdone o los viejos rencores será...