《Doble Cara》 VKook.

Confesiones

11.

《Taehyung》

-Oh, Jay. Eres muy bonita...-un nudo en mi garganta se formo- y te quiero mucho, pero mi cariño es diferente, es sólo como amigos. Y quiero agradecerte por siempre estar conmigo-la tome de las manos- pero yo solo te puedo ver como eso, lo siento.

-Oh, e-entiendo...- bajo su cabeza, sus manos temblaban un poco.

No dude en abrazarla, mis brazos rodearon sus hombros y apoye mi cabeza en la suya, ya que su estatura era baja. Jay es una chica extraordinaria, tímida al principio, pero cuando la conoces más es otra persona. Creo que siempre pasa con las personas, cuando las conoces más te das cuenta con quien estas lidiando.
Mientras la abrazaba cerré mis ojos, me dolía destruir las ilusiones de una persona, pero prefiero eso a sólo utilizarla, o aceptarla por pena... Eso causaría más daño. Además, hay otra persona que me interesa.
Me separe de ella cuando al parecer de encontraba más tranquila. La mire a los ojos, ella hizo lo mismo y me sonrió.

-Gracias por ser sincero. Nada va a cambiar.-

-No hay nada que agradecer.-sonreí.

Mentira.
Es obvio que las cosas van a cambiar, de alguna manera u otra. Siempre es así, no conozco ninguna situación en la que realmente nada haya cambiado, y si existe una... que suerte.

Ambos fuimos al salón, el receso había terminado y todavía había materias que tomar. Aparente tener interés por ellas, pero no funcionaba del todo. Horas después salimos, no tenía planes así que fui directo a mi casa. No supe nada de JungKook, tal vez está enojado conmigo, bueno ¿tal vez? Es obvio que lo está, prácticamente lo deje plantado y unas simples palabras no bastan.
Llegue a mi casa, deje mi mochila en el suelo y fui a la cocina, no me había alimentado lo suficiente en lo que llevaba del día, así que fui a ver lo que había. Examine los alimentos que habían, pero mi apetito era grande y estos no me llenarian. Cerre el refrigerador y saque mi celular, caminaba hacia la sala mientras llamaba a una pizzería. Contestaron y ordene una de peperonni, mi favorita, llegaría en media hora, mientras esperaba a que llegara subi a mi habitación a cambiarme y realizar de mis tareas.
Tiempo después el timbre sonó, supuse que era la pizza así que tome dinero y baje rápidamente. Al abrir la puerta me encontré con JiMin, quien no dudo en pasar y darme un abrazo segundos después.

-Hola, ¿que tal, me extrañaste?- exclamó mientras caminaba hacia la sala.

-Claro- cerre la puerta y sonreí.

-Que bien, yo también.- se acercó a la pantalla, el parecer buscaba algo.

-Sí... ¿Que buscas?- crucé mis brazos.

-Oh, lo siento- río. ¿No tienes consola?

-Oh, buscas eso. Claro, esta arriba en mi habitación.

-Perfecto, vamos.- se dirigió a las escaleras y subió.

Estaba apunto de subir, cuando tocaron el timbre, me dirigi a la puerta y abrí. Del otro lado de encontraba el repartidor, quien amablemente me dio la pizza, le di el dinero y propina, agradecí y cerre. Fui a la cocina por vasos, servilletas y el refresco, subí y a mi suerte la puerta se encontraba abierta. Vi a JiMin entretenido con el videojuego, deje las cosas en el escritorio y me le quede viendo.