El silencio, se había hecho presente. Sólo habían pasado cinco minutos en los cuales, tenía puesta aquella bata. La voz de Scott y Drew, ya no hacían eco por el pasillo, y estoy segura de minutos antes de escuchar el coche de Drew, marcharse. Respire profundo y coloque mi mano sobre la perilla, para abrirla y salir del baño. Recorrí el pasillo con rapidez y al llegar a las escaleras escuche aquella voz aguda decir;
-¿No te llevaras tu toalla?
Cerré mis ojos unos breves segundos y después giré mi cuerpo mientras mis ojos se abrían y mi rostro comenzaba a expresar seriedad. Observe a Scott, de pie junto al comedor con sólo un bóxer cubriendo su cuerpo. Eleve mi ceja izquierda y comencé a caminar hacia donde él se encontraba. En todo momento era consiente que aquella bata que tenía puesto no dejaba nada de mi cuerpo a la imaginación de él. Me detuve a una distancia corta a la de él, y mire la toalla que sostenía su mano izquierda. Observe sus ojos por unos segundos y después desvíe mi mirada hacia la toalla. Extendí mi mano derecha para tomar la toalla, pero este la llevo a su mano contraría.
Sus ojos recorrieron cada parte de mi cuerpo sin perder algún detalle. Coloque mi mano izquierda frente a su rostro y chasquee tres veces mis dedos.
-La mirada aquí depravado –susurre con sarcasmo, mientras señalaba mis ojos.
-Pero si tengo una mejor vista en otra parte –comento mientras mostraba una sonrisa.
-Claro, pervertido
-¿Eso piensas? –dio un paso hacia enfrente, quedando a una distancia mucho más corta de mi- ¿Quieres que lo sea, Yelim? –pregunto en un tono retador.
-¿Qué demonios piensas que soy? –la sangre comenzó a hervirme por dentro del coraje que sentía en ese momento- No soy una de tus zorras Scott, aléjate de mí y puedes conservar mi toalla para que tus noches placenteras te sean más ardientes.
Dicho lo anterior y media vuelta y así sin toalla comencé a caminar hacia las escaleras.
Subí las escaleras con rapidez sin mirar atrás, no deseaba hacer algo de lo que después me arrepintiera. Solo eran veinte escalones, así que al llegar a la planta alta camine hacia mi habitación y al entrar comencé a quitarme la bata. La deje caer al piso y me puse de pie frente a mi cama. Unos segundos después escuche como la puerta de mi habitación se cerraba y colocaban el seguro. Gire mi cuerpo y miré a Scott, acercarse con rapidez hacia mí. Con sus manos rodeo mi cintura y pego mi cuerpo al suyo. ¿Qué demonios le pasa? Sus labios se pegaron a los míos y comenzó a besarme. De inmediato respondí aquel beso, pero coloque mis manos sobre su pecho, apenas pude ponerlas por lo cerca que estaba de mí. Lo empuje unos centímetros y lo abofeteé.
Lo observo de arriba abajo y veo que no trae ropa ya.
-¿Qué demonios? –susurré.
Mordí suavemente mi labio inferior y lo tome del brazo izquierdo y lo jale hacia mí para volver a comenzar aquel beso. Sentía su lengua dentro de mi boca, por lo que hice lo mismo hasta que ambas comenzaron a rosarse. Deslice mis manos por sus hombros hasta llegar a sus redondas y firmes nalgas dando un apretón a estas.
Separo sus labios de los míos. Me observa.
-¿estas segura? –susurra.
Asentí. Me empuja hacia la cama. Abre mis piernas y se coloca de rodillas frente a estas. Toma ambas con sus manos y las eleva y abre más. Comienza a deslizar su lengua por todo mi sexo y comienza a chupar y lamer. Después siento como introduce su lengua en mi vagina. Me arqueo y hecho mi cabeza hacia atrás dejando escapar un agudo gemido. Llevo mis manos a mis senos y los aprieto. Siento como mis pezones de endurecen y la adrenalina corre por mi piel. El placer lo podía sentir.
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Yelim Hot [EDITANDO]
RomanceQuerido padre: La noche de hoy, esta espléndido. Desearía que estuvieras aquí. Mamá insiste en que debo dejar de escribir algo que nunca leerás. ¿Es cierto? Al contrario de ella, pienso que si lo harás. Sigo esperando tu regreso, pero cada día q...