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—Ya te dije que no es mi culpa que no te luzca la ropa que te preste.—le dijo esa voz que tanto comenzaba a odiar.

El rizado bufó. Odiaba la fiesta. Se dirigía a un club al cual Louis lo había obligado a ir con la excusa que si se portaba bien, lo dejaría ir. Llevaban minutos caminando en medio de la noche, a lo cual si no estuviera acompañado con Louis y Zayn se hubiera tirado a llorar.

Volvió a mirar su atuendo y de nuevo la mueca de enojo se presentó en sus facciones.

Llevaba puestos unos pantalones negros que le quedaban de brinca charcos por la altura de Louis y le colgaban del culo a tal punto que sentía que utilizaba los pantalones guardapedos de Justin Bieber. Él no tenía tanto culo, pero en el área de la entrepierna le apretaba tanto que sentía que cualquiera que lo mirará podría darse cuenta del tamaño de su pene. Su pecho y abdomen estaba cubierto por una remera blanca y grande. Y calzaba unos vans negros mal abrochados a causa del apuro que Louis le daba en aquella casa. La palabra ridículo le quedaba bastante corta.

Justo cuando seguía dando pasos la música y gritos inundaron sus oídos. Pensaba huir pero, las posibilidades eran nulas. Estaba seguro que a donde quiera que fuera, Louis lo encontraría. Al momento de doblar en una esquina unas visualizó una larga fila de chicos esperando entrar. Y también como un grupo de chicas—las cuales por la escasa ropa que llevaban, Harry pensó que eran nudistas— le guiñaban el ojo a Louis. Por supuesto que no le molesto al rizado, sólo se sintió extrañado.

Miró de nuevo la fila y se enfado al pensar que estaría parado horas sólo para poder ingresar a un lugar donde no quería ni poner un pie. Bufó de nuevo. Fue cuando se dirigía a hacer fila detrás del último chico cuando una mano lo tomó del brazo.

—Sígueme.

Observó como Louis se lo llevaba a la parte trasera del club seguido por Zayn. Estaba perdido. Lo iban a matar y nadie se daría cuenta. Sin siquiera darse cuenta el castaño lo soltó.

—Estás sudando Harry.

Y fue cuando lo notó. No sabía si era por el miedo o por que Louis acaba de tomar su mano. Sabía que debía soltarse pero quería pensar que habría detrás de aquel club.

Suspiró aliviado cuando estaba una chica nudista justo a lado de una puerta que estaba seguro que conducía dentro de aquel lugar donde la música se podría escuchar desde una gran distancia. Entonces el alivio cambió a confusión al ver como esta chica devoraba al castaño y como este también le sonreía.

—Tommo. —sonrío aquella mujer de poca ropa, que sólo consiguió un asentimiento de Louis.

—Tenemos que pasar. —susurró el castaño.

La chica pareció brincar de emoción al escuchar aquella simple oración por parte del castaño.

—Ya sabes lo que pido. —dijo con tono seductor—son tres de ustedes por lo tanto quiero tres besos.

Harry sintió confusión. ¿Quería un beso de cada uno? Por que el definitivamente no pensaba besarla. Ella no era real, era sólo un espejismo. Como todas aquellas chicas que se creen perfectas, cuando saben que no lo son. Más a parte no quería imaginarse por qué lugares se había pasado su boca. Hizo una mueca de asco.

—No pienso besarte. —habló por primera vez ganándose una carcajada por los presentes.

—Tú no niñito, Louis lo tendrá que hacer.

Y entonces entendió, ella quería a Louis. La miró con atención y vio como está prácticamente se derretía por el castaño mientras este sabía lo que tenía que hacer.

One night |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora