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Se refugió detrás de aquel bote de basura que se encontraba a unos pasos más profundos del callejón. Inhalo aire que había dejado escapar durante aquella corrida, para según él, salvar su vida. Pero que tonto era. Louis sabía donde vivía, lo sabía todo y él, ahora se encontraba siendo parte del juego del cazador y su presa. Y obviamente....iba a perder.

Otro disparo lo hizó arrojar el aliento que había adquirido para volver a dejarlo sin aire. El callejón no tenía salida, justo como los que miraba en sus películas de terror favoritas. Pensaba que de tanta obsesión con las películas de terror, ahora era estúpido que quisiera salir de una película real, en la cual, él era el protagonista.

Oh y no por miedo. Sino que había leído en un horóscopo de Facebook que según su signo, si él estuviera siendo parte de una película de terror, sería el que muriera. Y Louis tenía un arma. Estaba tan jodido.

Con pasos discretos y bastantes silenciosos avanzó más hacia aquella penumbra que le atraía de una manera asquerosa y repugnante, pero tenía miedo, como si supiera que algo malo pasaría. Escuchó unos pasos cerca del comienzo de su pequeño escondite y por inercia abrió la tapa del bote oxidado que apestaba demasiado mal. Estaba seguro que, si Louis entraba al callejón, no lo creería tan astuto como para meterse a un bote que apestaba a mierda y algo más. En avanzado estado de descomposición. No quería cerrar la tapa, ya que podía morir intoxicado. Pero, era oler mal o estar en un peligro más grande.

La obscuridad lo cegaba, y el silencio y aquel olor tan espantoso. Estaba terriblemente incomodo y sentía algo terriblemente pegajoso aún por la tela de sus pantalones y justo cuando estaba dispuesto a checar que era, los pasos se acercaron.

Bote por bote, se escuchaba la tapa de varios siendo alzada y una frase que supuso, era una maldición. Se encogió más en la penumbra y decidió hacerle caso omiso a aquel olor y aquella incomodidad. Cerca. Demasiado cerca.

El bote de a lado del suyo fue destapado y oyó otra maldición, que ahora sí escucho claramente. Seguida de un gruñido.

-Jodido niño, lo encontraré tarde o temprano -escuchó que dijo Louis -Caray, ¡Esto huele como si aquí hubiesen tirado un muerto!

Aquella respuesta lo dejo confundido. ¿Así olía un muerto? No lo sabía, ni tampoco quería saberlo. Los pasos se alejaron y pudo suspirar asqueado debido a aquel aroma. Después de unos seundos abrió la tapa desesperado por aire, pero ni de loco saldría, no aún. Tanteó con su mano derecha su móvil que se encontraba en el bolsillo delantero de su pantalón y luego que lo encontró, lo sostuvo en sus manos. Pudo haber llamado a Niall, estaba decidido a llamar a Niall pero, ¿La curiosidad mato al gato, verdad? Se fue a su barra de aplicaciones y presiono la opción de "Lampara", haciendo que esta desprendiera una luz tan fuerte como cegadora. Cerró los ojos ante aquella luz y los abrió lentamente hasta que creyó que ya podría acostumbrarse. Y fue entonces donde dirigió la lampara iluminando más allá del espacio de sus piernas y se encontró con una camisa cuadrada bastante arrugada y llena de un líquido rojo que no quería suponer que fuera sangre, tanteó con cuidado la manga y se estremeció. Conocía perfectamente aquella tela y aquella textura. No, no, y no. Negó repetidas veces ante el presentimiento. Iluminó un poco más y arrugando la nariz aparto la camisa y se encontró con un pantalón totalmente roto color azul claro y una bota que supuso que estando nueva sería color café.

Desapareció, oficial. Vestía un pantalón color azul claro, botas y una camisa de cuadros blanco y negro.

Recordó las palabras de su madre y de nuevo...no. Estaba a punto de apagar la lámpara, salir corriendo y hacer como si nada hubiera pasado cuando su vista se dirigió hacia una pequeña tarjeta que se encontraba del lado que había arrojado la camisa. La agarró con la poca fuerza que tenía. Sus manos temblaban y cuando la volteó estaba manchada, casi ilegible, dejando solo dos palabras legibles que no dudo en leer. Todo el aire se le fue.

Des Styles.

Tembló. Se le fue el aire y le regreso de golpe. No,no, no. Su padre definitivamente estaba muerto y tenía las pruebas suficientes. Sollozó de rabia y de miedo. Ladeo el bote de basura tirándolo al suelo de un fuerte golpe pero, no le importo. Corrió mientras las lágrimas le caían por las mejillas con la mirada perdida en la rabia.

-¡Louis! -gritó el nombre del chico del cual se encontraba huyendo -¡Louis, por favor!

Corría fuerte con la esperanza de encontrarlo y que este se lo llevara lejos. No importaba si lo golpeaba, solo quería estar a salvo, y no tener ese miedo de nuevo y no sentirse tan aterrado. Recorría varias cuadras hasta que visualizó una pequeña figuras unas cuadras más abajo.

- ¡Louis, tengo miedo! ¡No me dejes, Louis! -gritó hacía la dirección de aquella figura que volteó a verlo, y corrió más fuerte. El sujeto había parado su caminar mientras mantenía los puños a los costados de su cadera, y si era Louis.

-¡Louis! -soltó aliviado de verlo, acelerando la velocidad.

-¡Maldito hijo de puta! - gritó el ojiazul- ¡Sabía que debí haberte matado! ¡Te arrepentirás!

Sus amenazas no le importaron, no ahora, no tenía miedo de él. Sin esperarlo, sin darse cuenta, de un movimiento automático se lanzó a los brazos de Louis sollozando en su hombro fuertemente, expulsando el dolor.

-¡¿Qué mierda te sucede?! -le reprochó el castaño apartándolo mientras le daba una mierada de odio -apestas como la mierda, imbécil.

Se encogió en sus brazos mientras nuevas lágrimas le caían por sus mejillas. Sentía la cara pegajosa y el sabor a sal cada vez que hablaba en sus labios.

-Esta muerto -dijo llorando- ví lo suficiente para saber que mi papá realmente está muerto.

Louis arrugó el ceño. Harry pensó que diría algo estúpido por que, a Louis no le importaba Harry para nada. Ahí viendo los ojos de Louis en la obscuridad observó la bonita vista del mar en sus peores días, sacudiéndose en las rocas, lástimandolas y alejándose ante el tacto. Una belleza trágica.

-¿Qué fue lo que viste? - preguntó Louis aún con mueca de confundido.

El rizado suspiró, antes de dar su respuesta.

-Su tarjeta y la ropa que se puso el último día. -sollozó otra vez.

Louis rodó los ojos.

-Harry quiero que me muestres, ¿vale? -preguntó amablemente.

El rizado negó.No quería volver a ver eso. No de nuevo.

-No puedo Louis, tengo miedo, yo...

-Harry -interrumpió -quiero que me muestres, trataré de investigar algo, tal vez no sea así, vamos.

Asintió. Guió al castaño por donde había estado en aquel callejón, captando la mirada de Louis en él.

-¿Te ocultaste aquí? -le preguntó confundido.

Asintió. -En el bote que huele a mierda y a alguien muerto.

El castaño rió mientras asentía.

-Con razón - susurró -idiota.

Avanzaron más pasos hasta llegar a aquel bote. Se dio la vuelta, no quería ver nada. No supo lo que Louis hacía. No escuchó ruidos y no se volteo para comprobar nada. Luego de unos minutos escuchó un audible "vamos" y un jalón en su brazo lo guiaba de nuevo al auto en el que venían anteriormente. Tragó saliva cuando escuchó los seguros del auto ponerse.

-¿Me llevarás a casa? -preguntó demasiado tímido, casi sabiendo la respuesta.

-No -dijo Louis- te irás conmigo que no me tienes tan contento.

Tragó saliva mientras miraba por la ventana aún con los ojos llorosos y las mejillas pegajosas. Dios, de seguro se veía horrible y tal vez daba lastima. Apestaba demasiado y anhelaba un baño antes que Louis lo golpeara o le hiciera lo que fuese para que pidiera perdón. Se durmió en el viaje con un solo pensamiento estúpido.

Otra vez huyendo de él, pero todo lo que le gustaba era el peligro.

One night |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora