17. Akane.

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¡Agh! ¿debería comer o peinarme? - Pensó Akane mientras se dirigia a la cocina. La respuesta era obvia. Tenía mucha hambre porque se había saltado la hora de la cena por estar viendo películas la noche anterior. Mientras esperaba que su pizza se recalentara, se cambió de ropa y recogió su largo cabello ondulado en una coleta mal hecha. Miró el reloj, ¡rayos ya era tarde!, como de costumbre se había levantado tarde.

-¡Por Cronos! ¿Por qué los cinco minutos nunca son cinco minutos para mi? - Dijo Akane con la boca medio llena agarrando lo que alcanzaba de sus cosas de estudio y saltando por la puerta en un pie intentando poner su zapato faltante. El camino a la escuela era muy largo y Akane vivía en una colina, miró el camino hacia abajo y vio que el bus la había dejado.

- ¡Por Tique! ¡Otra vez! - Dijo Akane enojada, fue entonces que vio a uno de sus vecinos y consideró las dos opciones: o se iba caminando hacia el instituto o robaba/tomaba prestada la bicicleta de su vecino...Fue así que decidió dejar una nota diciendo que la devolvería.

Al llegar al instituto dejó la bicicleta afuera y entró a clase. La primera hora fue eterna, hablaba sobre las guerras y eso para Akane era casi imposible, por suerte ahora contaba con la ayuda de sus nuevas amigas. Aun así la clase y el no poder entender de lo que hablaba, la dejó con un dolor de cabeza que no soportaba y para relajarse un poco decidió ir ese descanso a la sala de audiovisuales. Esto era algo que ella solía hacer, era lo único ilegal que ella se permitía hacer porque las películas valen el riesgo.

Cuando sonó el timbre Akane le dijo a sus amigas que iría a hacer algo y entró a ver su película. En mitad de la película escuchó como alguien intentaba abrir una puerta, después de unos minutos de ruido escuchó un golpe y algo parecido a una maldición. Al principio, como era normal en ella, entro en pánico. Pensó que un maestro la había descubierto entonces cuando logró reunir la fuerza necesaria para volver a respirar caminó lentamente hacia la puerta del salón y la abrió con cuidado para encontrar, con sorpresa, a Dante. Dante era un chico de su curso, era gracioso y amable pero un poco problemático, parecía estar triste, tenía una expresión que Akane nunca había visto en su rostro; él siempre parecía muy feliz y animado por lo que pasaba a su alrededor, mientras estaba concentrada intentando pensar en qué le habría pasado al chico, este levanto la cabeza y la miró.

- Oye, sabes que esta prohibido entrar ahí sin permiso, no? - Dijo él dedicándole una sonrisa ladeada.

Akane entro en pánico otra vez - Si, lo se, también está mal forzar las puertas de la escuela. - Dijo ella a la defensiva.

Dante mostró sorpresa - Si, lo siento - Dijo mientras intentaba mantener su sonrisa - se que esta mal. - Dijo riéndose y dejando caer su sonrisa. Akane se sintió mal por unos momentos. ¿Había dicho algo que no debía? salió del aula y se sentó en el suelo junto al chico, conservando distancias. Le parecía mal esta atmósfera, pensó en preguntarle qué tenía, pero decidido preguntar algo que alivianara un poco la situación.

- Y .... por qué querías entrar ahí? - Dijo finalmente abrazando sus piernas.

- Mm solo quería distraerme un rato - Contestó él volviendo a su sonrisa - ¿Tú porque estabas allí?

- Yo también quería distraerme un rato - Contestó Akane con una sonrisa. Pero luego una duda abordó su mente - ¿Y por qué no entraste?

Dante la miró extrañado por un momento - Pues porque estaba cerrado. - Dijo burlándose del comentario incoherente de la chica.

- Ay no. No me vengas con eso. Yo casi siempre estoy en el aula de audiovisuales y sé que puedes entrar al salón de música cuando quieres, sin ningún problema. Dante se quedó callado sin saber que decir, así que Akane continuó para evitar el silencio incomodo - Pensé que los maestros siempre te daban la llave, por eso me sorprende que no puedas entrar. - Dijo ella mirando el suelo. Cuando alzó la mirada para ver a Dante pudo ver que estaba algo nervioso y lo entendió de golpe - ¡Por Cerberus! ¡No te prestan la llave! - Luego se acercó a él con un pequeño tono de insinuación en su voz - Tú las tomas. - Concluyó moviendo las cejas sugestivamente.

- Claro que no - Dijo Dante nervioso y un poco sonrojado por la cercania de la chica extraña - Están en la sala de los maestros. Siempre están ahi. - Dijo intentando mirar a otro lado, era pésimo actuando en situaciones de presión.

- Si siempre están ahí entonces.... - Dijo Akane perdiéndose en sus pensamientos - No, no pueden estar siempre ahí, a menos que tengas una copia o... - La cara de Dante lo delata y Akane estalla en risas de victoria. - ¡Ja! ¡Lo sabía! entonces tienes una copia. - Dijo señalándolo incriminatoriamente.

Dante comenzó a reír por la emoción que generaba esta chica - Mira ... Akane, cierto? - Preguntó él recordando el rostro familiar de la chica de su curso.

- Esa soy yo - Dijo ella sonriendo - Y tu eres Dante, si no estoy mal.

- No estas mal. En ninguna de las dos cosas. - Dijo él entre risas - Me llamo Dante y tengo una copia de las llaves, pero es un secreto, nadie sabe, solo tú y mis amigos.

Akane lo mira confundida - ¡Pero entonces todo el mundo sabe! ¡Tu grupo de amigos es gigante! - Dijo ella. Notó cómo la cara del chico caía otra vez en la misma tristeza.

- Mm no, no es. - Dijo él enterrando su cabeza entre sus manos. Akane se sintió mal, ahora si era seguro, había dicho algo que no debía, pensó en como hacerlo sentir mejor, pero sabía que se le habían acabado las bromas, entonces fue seria.

- Oye Dante, ¿éstas bien? - Preguntó ella sintiéndose algo nerviosa, no quería parecer metida.

- Perfectamente bien. - Dijo Dante fingiendo una gran sonrisa y Akane se sintió enojada. Si estaba triste no tenía porque actuar como lo contrario, se levanto y lo miró desde arriba.

- ¿Sabes qué? Creo que te voy a acusar con los maestros. - Dijo antes de salir corriendo.

- ¿Qué? ¡No! ¡Akane! - Dijo Dante levantándose para perseguirla. La persecución fue divertida y para cuando llegaron al final del recorrido ambos estaban riendo alegremente.

- Listo. - Dijo ella. - Llegamos.

- ¿Qué? - Preguntó él confundido.

- No te iba a acusar, idiota. Solo te queria entregar esto - Dijo ella abriendo su casillero y sacando una bandeja llena de cupcakes - Toma uno - Dijo ella amablemente.

- Estoy muy confundido - Confesó Dan entre risas, tomando uno de los coloridos cupcakes.

- Mi familia tiene una cafetería - Comenzó a explicar la chica morena - Ayer estuve practicando mis habilidades como pastelera - Dijo guiñando el ojo - ya sabes, haciendo recetas nuevas para el negocio y todo eso. Y estos me sobraron, así que los traje para repartirlos entre mis amigos.

- ¿Me consideras tu amigo? - Dijo Dante entre emocionado y divertido.

- Considero que necesitas uno - Dijo ella entregándole otro cupcake - Si quieres, yo puedo serlo. - Dijo amablemente. Dante se quedo paralizado. Y ella recordó algo.

- ¡Oh por Zeus! Debo darles de estos cupcakes a mis amigos, deberías comer con nosotros alguna vez. - Dijo ella despidiéndose de Dante sintiendo alegría por haber conocido a otro potencial amigo.

- Si, debería. - Dijo Dante sonriéndole al cupcake.

***

¡Hola! regresamos!!! ;) cada vez los capítulos están siendo mas largos, oh si :'). Cuéntanos ¿cómo fue tu semana? 


Este capitulo me recuerda a la escena Eugene y Rapunzel (imagen adjunta) *-*

-Straw


Glosario:

Cronos: dios del tiempo.

Tique: diosa del destino y la fortuna.

Cerberus: perro mitológico de tres cabezas el cual cuida las puertas del inframundo.


 

L.O.T.O.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora