Piel y huesos

Empatía

-Y espero que te lo comas todo, porque te serví poquísimo.
Sus labios estaban unidos en una linea fina representando autoridad.
Hice una mueca que fue un intento de sonrisa, miré el plato y a pesar de que se veía delicioso, mi estómago se hizo un nudo.
Empecé a comer, de verdad que traté, pero cuando estas tanto tiempo sin consumir nada más que té, por más que intentes, dos bocados y ya no tenes más hambre.
Me acerqué el tenedor tres veces a la boca y me sentía llena, como si hubiera comido los fideos de todos los que estaban en la mesa. Dejé el tenedor disimuladamente al lado del plato, respiré hondo, esperé unos minutos y traté de comer un poco más. Lo tragué con esfuerzo y se me llenaron los ojos de lágrimas. De verdad que traté. Ese último bocado fue porque no quería generar más problemas, porque sabía lo que iba a pasar, ese bocado que hizo que me doliera la panza por el resto del día, no fue suficiente. Crucé los cubiertos sobre el plato y la reacción fue instantánea.
- No comiste nada, ¡te dije que te lo comieras todo!
Su voz era reproche y dolor.
- Eso es porque la dejás tomar agua antes de comer. Ya te dije, sacale esa botella de agua que lleva a todos lados y vas a ver como va a comer.
De verdad que eso no va a servir, es como querer tapar el sol con el pulgar.
- Estoy tan cansada de discutir con vos, ya no se que más querés.
Un poco de empatía no vendría mal.
- ¡Decí algo querés!
Y aunque no tenía fuerzas para pelear, respondí.
- ¡¿Comí un montón no te das cuenta?! Me siento llena, me duele la panza, ¡no puedo comer todo eso!
Quiero desaparecer.
- ¿No se dan cuenta que hice un esfuerzo enorme por comer y no puedo? No es que no quiera, pero no puedo más.
No puedo más, me quiero morir.
Y así un almuerzo más arruinado por mi culpa, una pelea que parece no tener fin, un día más en el que hago lo que puedo, y no es suficiente.