Capítulo 7

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—¡Tío Shawn!—. Exclamó Riley levantándose del sofá y abrazando al hombre.

—Hola Riley—. Saludó, correspondiendo al abrazo de su sobrina. —Hola Farkle. ¿Niño real?—. Preguntó soltando a la castaña y mirando al hijo de Minkus.

—Niño real, señor Hunter—. Respondió este con una pequeña sonrisa.

—Hubiera jurado que eras un clon—. Bromeó el señor. —Y tú debes ser Huckleberry—. Añadió mirando al rubio.

—En efecto, señor—. Dijo este forzando una sonrisa, ya que oír el apodo por el que Maya lo llamaba le hizo sentir un vacío dentro de él. —¿Así que usted es el famoso Shawn? Me alegro de conocerlo al fin.

—Bueno, yo también me alegro de conocerte. He oído mucho sobre ti. Maya siempre se queja de que no logra molestarte con tus apodos—. Se apresuró a añadir al darse cuenta que había metido la pata. —Como sea, ¿pueden por favor decirme por qué Maya está en el hospital?—. Pidió el mayor. Los jóvenes se miraron entre sí: ninguno quería decirle.

—Tío Shawn, papá está en la cafetería con Katy. Ellos te explicarán mejor que nosotros. Te acompaño hasta allí—. Se ofreció Riley. El hombre asintió y se dirigió junto con la chica a los ascensores.

—Con que "he oído mucho acerca de ti" ¿eh?—. Dijo Farkle para molestar a su amigo.

—Cállate, señor Riley Matthews—. Contestó inteligentemente el rubio. El otro chico se sonrojó.

—¿Qué?

—Vamos Farkle, sé que aún te gusta Riley. Sé que ella es la razón por la que terminaste con Smakle.

—Eso no fu...—. El castaño intento negar eso, pero fue interrumpido.

—Amigo, puedes mentirle a los demás, pero yo soy tu mejor amigo. Debes confiar en mí—. Dijo el rubio con algo de súplica en la voz. El otro suspiró.

—Tienes razón. Debo confiar en ti—. Inspiró hondo y siguió. —¿Qué quieres saber?

—¿Smackle y tú terminaron... por Riley?

***

—¿Shawn?—. Cory sacudió la mano frente al rostro de su amigo. Luego de contarle lo que había ocurrido, se había quedado mirando fijamente a... a la nada, la verdad. No pestañaba ni se movía. Parecía una estatua. —¡SHAAAAAWNNNNIIIIEEE!—. Exclamó, provocando que los empleados de la cafetería los miraran.

—¡Tio Shaaaaawwwwnn!—. Gritó también Riley, mientras tomaba al hombre por los hombros y lo sacudía. Esto lo hizo reaccionar. Pestañó un par de veces antes de hablar.

—Así que... ¿Maya está grave?—. El señor Matthews, la hija de este y Katy asintieron. —¿Por culpa de Kermit?

—Técnicamente... sí—. Respondió la joven castaña.

—¡¿Dónde está ese maldito imbécil?!—. Bramó, sobresaltando a todos. La mirada de furia en sus ojos daba miedo. Riley nunca lo había visto así. —Lo siento, sólo que esto...—. Se disculpó algo avergonzado.

—Él... él se fue—. Murmuró Katy, algo asustada por el reciente grito del hombre. —En este momento debe estar en pleno camino hacia su casa, volviendo con su familia.

—¿Él tiene otra familia?—. Pregunto Shawn, con un tono de voz más tranquilo.

—¿Maya no te lo dijo?—. Preguntó la madre de esta con el ceño fruncido.

—En verdad, no solemos hablar de él. Una vez intenté hacerlo, pero vi cómo le dolía contarme sobre eso, así que simplemente me prometí no volver a mencionarle el tema—. Contó el hombre. La mirada de este volvía a ser la misma que todos conocían, aunque se notaba la preocupación que sentía por la chica. —Como sea... Katy, ¿te molestaría tener una charla conmigo... a solas?

—N-no, Shawn, no me molestaría—. Dijo la señora rubia. Su voz delataba sus nervios.

—Bien—. Dijo Hunter sonriendo. —¿Cory,Riley...?

—Oh, sí, nosotros volvemos con los chicos—. Dijo la joven al entender que su tío quería que ellos se fueran de allí. —Vamos papá—. Tomó del brazo a su padre y salieron juntos de la cafetería.

—¿Y bien?—. Preguntó Katy, nerviosa, una vez que la puerta de entrada al sitio se cerró.

—¿Por qué dejaste que se reuniera con él? Si tú sabes bien como terminó la última vez.

—¿Me estas reprochando algo acaso?—. Preguntó la señora Hart, con voz enfadada, alzando una ceja.

—No, Katy, no. Lo siento, no quería que sonara eso—. Se disculpó sinceramente el señor Hunter. —Es sólo que, bueno... no creí que quisieras que Maya vuelva a verlo.

—Accedí por ella, Shawn. Cuando Kermit le envió el primer mensaje, ella no quería verlo. Pero luego, cuando vio que seguía insistiendo, me pidió permiso para aceptar su propuesta. Yo la dejé hacerlo, porque vi la esperanza en sus ojos. La esperanza de que por fin su padre se preocupe por ella. Pero luego, él me llamó a mí: quería llevarse a Maya una semana con él. Me negué a eso. No sabía que podía pasar. Así que luego de un tiempo, logramos acordar que el que vendría por unos días era él.

—Entiendo... ¿Y Maya como se sentía con eso?

—Ella intentaba fingir que no le importaba, pero es mi hija, la conozco demasiado bien, y sabía que se alegraba de que por fin fuera Kermit quién intentara hablar con ella. Veía un brillo de felicidad en sus ojos, y las pequeñas sonrisas que se le formaban cada vez que miraba el calendario y notaba que la fecha se acercaba. Y también vi como todo eso desaparecía cuando él le dijo que se marchaba esta misma noche. Vi como ese brillo de felicidad en sus ojos era reemplazado por el brillo de unas lágrimas de tristeza y decepción, cómo las esperanzas dentro de ella se rompían como papeles en trituradora, cómo su felicidad se transformaba en enojo... Y me sentí tan culpable, Shawn. No pude evitar pensar que todo eso era por mi culpa, por dejarla acercarse tanto a alguien que sabía que podía lastimarla. Fui una estúpida—. Terminó de hablar, y algo dentro de ella se quebró, y por primera vez en toda la noche, comenzó a llorar, arrojándose inconscientemente a Shawn, que la rodeó torpemente con sus brazos, acariciándole la espalda y el cabello a la rubia, intentando calmarla.

—Shh, Katy, shh. No es tu culpa, ¿sí? Todo es culpa de Kermit. A ver, mírame—. La señora levantó la cabeza del pecho del hombre y se apartó un poco para mirarlo a los ojos. —Lo único que querías era que tu hija fuera feliz. Tú no obligaste a ese hombre que se fuera hace 9 años, como tampoco lo obligaste a irse ahora. Él tomó sus propias decisiones sin pensar en Maya, ni en ti. Y no se dio cuenta de las hermosas mujeres que perdió—. Hunter colocó una mano en la mejilla de la mujer y con el pulgar secó las lágrimas que pasaban por ahí. —No te culpes por nada de lo que pasó y vuelve a colocar en tu rostro esa hermosa sonrisa que tienes—. Ante ese comentario, ella inevitablemente sonrió. —Bien hecho, y ahora concentrémonos en Maya. Necesitamos estar bien para ella.

Katy asintió, y se separó un poco del hombre.

—Gracias, Shawn—. Murmuró con timidez.

—¿Por qué?—. Preguntó este.

—Por consolarme, por estar aquí... por todo—. Shawn sonrió, e, impulsivamente, beso delicadamente los labios de Katy Hart.




n/a: Peeeerdoooooon!! Lamento haber tardado tanto en actualizar. Resulta que tenía planeado este capitulo para el maratón , pero no logro acabar el capítulo 9. Entonces, como me sentía culpable por no publicar decidí hacer maratón de los caps 8 y 9 cuando logre acabar de escribir este último.

See you again - Maya Hart [a.u]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora