Capítulo 13

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Maratón 2/4

-Amigo, enserio no sé qué te pasa-. Murmuró Lucas confundido.

-¿Para qué querías que te cuente mis sentimientos por Riley?-. El chico no sabía de dónde salió su repentino enojo, y no le gustaba para nada, pero no podía controlarlo.

-Farkle, ¿qué...-.Y ahí el rubio cayó en la cuenta de lo que pasaba. -¿Estás así porque abracé a Riles?

-Wow, que inteligente eres-. Murmuró el otro sarcásticamente.

-Hey, sabes que yo no quiero nada con ella, ¿por qué reaccionas así?

-Porque ella te prefiere a ti, Lucas. Siempre te prefirió a ti. Bueno, tampoco la culpo. ¿Quién iba a querer salir con una nada, teniendo al señor perfecto? Nadie-. Exclamó Minkus, desahogandose. ¿Por qué su inseguridad había vuelto a atacar?

-Amigo, ella no me prefiere a mí. ¿A quién defendió de Billy cuando él nos atacó? ¿A ti cuando te llamó "nada", o a mí cuando me llamó "señor perfecto"? ¿A quién prefirió como su compañero cuando investigamos sobre Juana de Arco y Thomas Jefferson? ¿Con quién bailó más en el Semi-formal? Y cuando vinieron a visitarme a Texas en el verano... ¿a quién invitó a un helado? Incluso hoy, ella prefirió buscar consuelo en ti. Farkle, no dejes que tu inseguridad te ciegue. Ella siempre te prefirió a ti. Siempre fuiste a quién primero acudía, a excepción de Maya, claro.

El joven castaño se quedó en silencio. Su amigo tenía razón. Riley siempre estaba con él, sea cual sea la situación. Su maldita inseguridad lo estaba cegando de nuevo, como aquella vez cuando rechazó a sus amigos porque Billy Ross le había dicho que no merecía tener amigos como ellos, y él no quería ser una carga que los tres debieran soportar, o como cuando pidió que lo llamaran Donnie Barns, porque creía que a nadie le gustaba tal cual y como era.

-Oye, lo siento amigo-. Se disculpó avergonzado unos minutos después. -No sé por qué me puse así de golpe, por qué la inseguridad se apoderó de mí...

-Yo sí -. Afirmó el rubio. -Son celos-. Completó segundos más tarde.

-¿Celos de quién? -. Preguntó una voz femenina. Ambos giraron la cabeza para ver a Riley observándolos con las cejas alzadas.

-De... Nada, sólo estábamos discutiendo por caricaturas de nuevo-. Mintió Friar. Al parecer la chica quedó convencida, ya que sólo rodó los ojos divertida y se sentó al lado del rubio.

-¿Y tu padre? -. Preguntó Farkle, para romper el hielo.

-Está esperando un taxi. Mi madre le dijo que él debía dormir, ya que por la mañana tiene que ir al trabajo, así que está por irse a casa. Pero luego viene mamá.

-Oh, bien -. Murmuró el chico, mientras se estiraba para alcanzar una taza de café. Los otros dos lo imitaron.

Los minutos pasaron en silencio mientras se terminaban las tazas.

Al acabar, Farkle tuvo la intención de levantarse para ir a pagar lo consumido, pero su amigo lo detuvo.

-Esta vez pago yo-. Y antes de que ninguno pueda discutir, se dirigió hacia la barra.

Los dos castaños se quedaron en un extraño silencio incómodo, que era raro para los dos. Muy pocas veces no sabían de qué hablar entre sí.

Un extraño pitido los sobresaltó y una voz femenina se escuchó por todo el lugar.

-Familiares de Maya Hart, se los solicita urgente en la sala de espera. Familiares de Maya Hart se los solicita urgente en la sala de espera.

Los dos jóvenes se miraron entre sí, y luego miraron a Lucas, quien también los estaba mirando a ellos. El rubio dejó el dinero que tenía para pagar sobre la barra, y se acercó rápidamente a sus amigos.

-Debemos ir-. Dijo firmemente.

Y sin decir nada más, los tres salieron apresuradamente de la cafetería.

Presionaron el botón para llamar al elevador. Pero al parecer, estaba en uso, porque no llegaba. Así que no quedó otra que ir por las escaleras. Bajaron los tres pisos casi corriendo, y llegaron sin aliento a la sala, donde estaba la señora encargada de Maya. No había señales de Katy y Shawn.

-Señora, ¿que ocurrió con Maya?-. Preguntó Farkle, intentando sonar lo más educado posible.

-En cuanto llegue su madre lo sabrán, niños.

Y fue decir eso para que aparezca una preocupada Katy, seguida de un nervioso Shawn.

-¿Qué pasó con mi hija, señora?-. Preguntó la rubia con tono angustiado.

-No quiero que se preocupen, pero hubo que llevarla nuevamente al quirófano-. Dijo con voz tranquila la mujer. Shawn maldijo entre dientes y Katy se puso pálida. Pero los tres jóvenes no reaccionaron.

-¿Por qué? ¿Qué pasó?-. Preguntó la señora Hart, con voz débil.

-Le encontraron una quebradura en la rodilla. Primero los médicos pensaron que era sólo una fisura, pero lo hicieron unas placas y descubrieron que no era así.La operación tardará, como mucho, una hora. Y no es muy complicada. Sólo queríamos informarle sobre esto.

-Muchas gracias-. Murmuró Hunter, forzando una sonrisa, y la mujer se retiró. El hombre rodeó a la rubia con un brazo y la dirigió a uno de los sillones, intentando animarla, ya que la reciente noticia la había puesto mal. Esto dejó a los muchachos otra vez sólos.

-Bueno, debemos alegrarnos-. Dijo Friar.

-¿Por qué dices eso?-. Preguntó Riley.

-Porque, si te lo pones a pensar, es preferible que tengan que operarle una rodilla a que, por ejemplo, la operación del pulmón haya salido mal y la tengan que volver a operar ahí.

-Pensándolo así... tienes razón-. Concordó la joven Matthews. A los segundos recibió un codazo de Farkle. -¿Qué... -iba a seguir hablando pero el castaño le cubrió la boca con la mano y señaló a Katy y a Shawn, que estaban abrazados. Los dos jóvenes sonrieron. -A Maya le encantaría verlos-. Murmuró cuando el chico le descubrió la boca.

-Lo sé, ella estaría feliz-. Concordó el castaño y rodeó a la chica por la cintura. Ella se sorprendió y sonrojó, pero no se apartó, sino que recostó la cabeza en el hombro de su amigo, sintiendo un agradable cosquilleo en el estómago. Eso la desconcertó un poco, pero no le molestó. Si estaba empezando a enamorarse, estaba feliz con que sea de Farkle.

See you again - Maya Hart [a.u]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora