--¿Por qué?- Mi voz salió en un susurro.
-Porque así se llama a persona que me la dio.
-Niña, debes de tener mucho frio, porque no te vas a casa.
Levante mis ojos para tomarme con unos cafés que me miraban con ternura.
-No puedo.
-¿Por qué?
-Mis padres quieren deshacerse de Copo de nieve.- Aquel chico se fijó en el gato que tenía entre mis brazos cubierto por un abrigo.
-Y les desobedeciste.-Asentí un poco avergonzada.
-Copo y yo nos las arreglaremos solas.
-¿Qué edad tienes?
-Ocho.
-Estas muy chiquita para andar sola en la calle, en especial en un parque y de noche, y aumentándole eso está lloviendo.
-Yo puedo cuidarme sola, ya soy grande.
-Y no lo dudo, pero creo que deberías regresar a casa, tus padres deben estar muy preocupados buscándote ¿Quieres que tus papis se preocupen?-Negué.-¿Quieres que estén tristes?-Negué de nuevo.-Bueno, entonces, vamos que deben de estar muy preocupados.
-Pero no quiero que echan a copo de la casa.- Él me miro, después miro al gato.
-¿Por qué lo quieres tanto?
-Es lo único que me queda de neblina, su mamá, ella fue la mascota de mi abuela y ella ahora está en el cielo.
-Déjame cogerla un ratito.- le di al pequeño gatito.- ¿Cuánto tiempo tiene de vida?
-Tres semanas.
-Está muy chiquita para tenerla en esta lluvia.-Mis ojos se me llenaron de lágrimas.
-¿Se puede morir?- Él me miro y se sonrió.
-No, pero es mejor que vayamos a casa. Te prometo cuidar bien de Copo.
Lo mire y las lágrimas desaparecieron de inmediato de mi rostro y a cambio una sonrisa se asomó en mis labios
-Gracias.
-De nada. Te acompaño a tu casa y así sabré a donde lo tengo que traer para que te visite.
-¡Sí!
Me extendió la mano para que lo guiara a mi casa.
-¿Cómo te llamas?
-Batian, y ¿Tu?
-Elena.
-Bonito nombre.
-Gracias, el tuyo también es lindo.- Mis mejillas se sintieron calientes por la pequeña confesión.
-Te propondré algo Elena, que te parece si a Copo lo llamamos Elena, así nunca se me olvidara tu nombre.
-Bueno.- Mis mejillas se pusieron más calientes si se podía.
Vi el jardín de mi casa. Todas las luces estaban encendidas.
-Mira, yo vivo ahí.
-Ven te vamos a dejar con tu mamá.
Nos acercamos y Batian toco la puerta. Mi mamá abrió.
-Elena por Dios nos tenías muy preocupados ¿Dónde estabas?
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Lazos del Destino
ParanormalEl destino siempre actúa de maneras misteriosas y los lazos que nos unen en algún momento nos harán encontrar de formas que ni nos imaginamos. Elena transitaba por el mundo siendo la sombra de sí misma, tras la partida de su padre, ella se hundió...