¿Confesionario?

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Soy el típico y cliché chico invisible. El chico del cual ni siquiera los maestros conocen el nombre. Nadie voltea a verme y podría jurar que hasta olvidan que estoy ahí. Mi apariencia es muy común y corriente en realidad, aunque a veces mi madre opina que parezco un vampiro. De seguro lo dice por mi cabello oscuro y lo pálida que es mi piel. En fin, llevo muchos años en esta escuela, desde siempre en realidad... Pero aún recuerdo cuando Taehyung llegó a mi salón. Siempre ha sido un chico muy guapo y no tardó en volverse popular. Todos quieren estar con él, en todos los sentidos. Todos quieren ser sus amigos. Y no sólo es popular en nuestro salón, también lo es en toda la escuela. A veces siento algo de envidia, me gustaría ser igual, me gustaría estar a su nivel.

He estado enamorado de él desde siempre, pero siempre he sido un marginado y dudo que eso cambie algún día. Sin embargo, me queda un año... Un año más y luego nos iremos a la Universidad. Probablemente tomemos caminos diferentes y no lo vuelva a ver; me niego totalmente a la idea. Desearía que él sintiese lo mismo por mí o aunque sea sepa de mis sentimientos, pero no me atrevo a decírselo. Soy un maldito cobarde...

Un mes ha pasado desde que entramos a clases este año y he tomado una decisión. Evidentemente, tal vez nunca me atreva a hablarle, pero no puedo rendirme con tanta facilidad. Temo a la humillación pública, pero este es nuestro último año de todas maneras... Después ya no importará, cualquier ridiculización será olvidada apenas nos graduemos. ¡Así que qué importa! Lo haré... Comenzaré a escribirle cartas cada semana. Desde hoy comenzaré... Desde hoy comenzaré con las cartas a Taehyung.


***


Estoy echado en mi cama como todos los días después de clases. Ya terminé mis deberes y no tengo nada más por hacer. Hoy en la tarde mientras me aburría en clases tomé la decisión, pero aún me siento algo inseguro. ¿Qué debería escribir? De pronto me hallé de pie y caminando de un lado a otro en mi habitación, pensando. ¿Con qué debería comenzar? No quería espantarlo. ¿Y cómo le hago llegar la carta? Nadie debía darse cuenta, nadie debía enterarse de que era yo quien estaba detrás. Aunque a decir verdad, tengo una ventaja, soy demasiado invisible en esa escuela. La inspiración al fin llegó y me senté en la silla frente a mi escritorio. Papel y lápiz, tengo lo que necesitaba... Sólo dejé fluir los sentimientos.


06 de Abril, 2015.

Taehyung:

Hace mucho tiempo que he querido decirte muchas cosas. Probablemente estés burlándote en este momento, pero no me importa a decir verdad. ¿Quién soy? Dudo que lo sepas y tampoco importa... Por favor, te pido que no intentes averiguarlo porque lo más seguro es que te decepcionarías. No pretendo nada malo con esto, en serio. No es una broma, ni algo por el estilo. Sólo quiero ser sincero contigo y esta es la única manera que hallé. Vaya... Estoy tan nervioso ahora, imagina como estaría si te tuviera en frente.

Quizá te asustes al saber lo mucho que me gustas, pero así es... Lo siento. No sé muchas cosas de ti en realidad, pero sí las suficientes... No quiero que pienses que soy un acosador. Y bien... te haré una promesa: Cada semana te escribiré una carta e intentaré darte pistas sobre mí. Aunque no serán nada explícitas, eso te lo advierto. No pierdes nada, ¿no? Puede que te gusten mis palabras o quizá te haga pasar un rato gracioso y divertido; me gustaría que fuese la primera opción. No quiero ser una burla para ti.

No planeo que me respondas o que llegues a sentir lo mismo por mí algún día. No tengo tan altas expectativas. Soy nada a comparación tuya... Así que, veamos esto como... ¿Un confesionario?

Te quiero, Kim TaeHyung... Cómo desearía que pudieras voltearme a ver algún día. Cómo desearía que supieras que existo. Y lo sé... mis palabras y deseos se contradicen, pero quiero que sepas esto: Hay alguien que estará ahí para ti siempre, aunque sea a la distancia.

Deseo que tengas un feliz día y haberte sacado aunque sea una sonrisa. Seguiré escribiéndote cartas. Nos vemos en clases.

Con mucho cariño,
J.



Y fue todo. Doblé la hoja y la metí dentro de un sobre blanco. No me dio miedo poner mi inicial al final de la carta. Nadie sabía mi nombre en ese salón, además de que hay muchos allí con nombres que empiezan con esa letra, no corría ningún peligro y de seguro yo sería su última opción.

Vi la hora, 01:25 AM. Mierda, era tarde... Decidí ir a la cama y dormir. Estaba nervioso, pero ya no había vuelta atrás, debía hacerlo. Ya no quería ser tan cobarde...


***


Llevo mi uniforme arrugado como todos los días. Mi cabello está desarreglado y sigo igual de pálido que siempre. No destacaba y estaba feliz por eso. Estábamos en la primera clase de aquel día, pero mi mente yacía en otra parte. ¿Cómo le haría llegar la carta? De pronto una idea vino a mi mente y metí el sobre dentro de mi chaqueta para que nadie la viera mientras me acercaba a la maestra. Por suerte, no se negó a que fuera al baño. Claramente no tenía ganas en realidad, era una excusa. Pero ahora estaba frente al casillero de Taehyung y sentía que me temblaban las piernas, al igual que las manos. Sentí miedo de que alguien estuviera observándome. ¿Y si luego le decían que fui yo? Miré a todos lados, cauteloso; estaba solo. Era el momento... Lo hice. Metí el sobre dentro de su casillero y luego caminé rápidamente de regreso al salón mientras mi corazón parecía querer estallar, pero me había tardado mucho y no había tiempo de calmarme. Aunque sólo esperaba ansioso poder ver su expresión mientras me leía, también me aterrorizaba la idea. ¿Y si se reía? Diablos... Odio esto.

La clase pasó muy rápido luego de eso y todos salieron al receso después de ordenar sus cosas, yo hice lo mismo. Iba a paso lento, un par de metros tras Taehyung. Llevaba mis cuadernos en los brazos y mi estuche ya que debía guardarlos en mi casillero, pues había dejado allí la mochila esta mañana; una torpeza de mi parte. De pronto me detuve, había llegado a mi casillero e hice todo de una forma muy lenta ya que cinco casilleros a la derecha estaba Taehyung con esa sonrisa rectangular tan característica en él. De pronto su semblante cambió al ver algo diferente, se agachó para recoger el sobre que había caído y algo oculto fue que comenzó a leer. Mientras tanto yo me ponía mis audífonos, seleccionaba alguna canción y buscaba mi colación en la mochila como hacía cada día; todo muy lentamente para poder espiarlo. En su rostro nada se reflejaba, era una hoja en blanco y me sorprendió. Él no era así. Por primera vez le vi sin expresión alguna, neutral.

El alivio regresó a mí cuando lo vi sonreír. Esperen... Está... ¿Acaso está sonriendo? Dios... Estoy feliz. No parecía burlarse, sólo... sólo sonrió. Cerré la puerta de mi casillero cuando él se fue y comencé a comer mientras caminaba hacia el patio. Me sentía contento, pero temía hacerme ilusiones. De todas maneras estaba satisfecho, era más de lo que tenía antes.

Yo sólo iba sonriendo como imbécil por los pasillos, perdido en mis pensamientos como siempre, pero algo me hizo despertar. Sentí miedo y me paralicé. Y de pronto todo mi cuerpo comenzó a estremecerse al reconocer esa voz profunda, mi boca se abrió al notar con quien había chocado. Más bien, no habíamos chocado. Ambos estábamos ahí, tirados en el suelo. Yo iba distraído y él de seguro había estado haciendo alguna niñería en el pasillo; mala mezcla. Pero ahí estaba, en el suelo y Taehyung quejándose sobre mi cuerpo. Ya no supe nada más, todo se puso negro de forma repentina.

Me había desmayado.

cartas a taehyung › taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora