Llegamos al porche de la casa y Javier tocó la puerta 3 veces, un momento después una mujer con la estatura de Javier nos abrió. No debía tener más de 20 años, usaba un vestido blanco que, he de admitir, le quedaba muy bien. Tenía cabello largo y oscuro que hacia juego perfecto con sus ojos.
Sonrió al ver a Javier y sin decir nada se lanzó hacia él y lo abrazó colgándose de su cuello, supuse que hace mucho que no se veían, Javier le correspondió el abrazo.
En ese momento sentí algo raro, celos quizá. Intente quitar esa idea de mi mente, pues entre Javier y yo nunca ha habido nada romántico, al menos no por parte mía, pero de todas formas una vez, poco tiempo después de habernos conocido, Javier me acompaño hasta mi casa tras salir del instituto, ya que era muy tarde y dijo que podía ser peligroso aunque yo no lo consideraba así.
Llegamos a la puerta de mi casa y estuvimos hablando unos minutos hasta que entonces una lluvia torrencial cayó sobre nosotros, yo estaba distraída con los ojos cerrados y la cara a la lluvia, al regresar la vista a Javier note que él me miraba de una forma muy dulce y antes de que pudiera decir nada, se inclinó hacia mí con la intención de besarme. Debió notar mi cara de sorpresa puesto que antes de hacerlo se detuvo y me dijo "Lo siento" y se fue. Los siguientes días a partir de ahí fueron realmente incomodos pero lo superamos y después de aquella vez Javier nunca ha intentado hacer nada romántico, y es la razón por la que me extraña este sentimiento.
Yo nunca había sido buena para las relaciones, no sé cómo actuar o que decir, ¿Qué clase de cosas se supone que hace una novia?, ¿Es normal preguntarse cosas así? Una sola vez en mi vida he pasado por una relación y las cosas no salieron nada bien en aquellas fatídicas dos semanas que duró. Así que por eso sé que mis sentimientos nunca estarán claros para nadie.
—Cuanto me alegra de que estés bien—le dijo sin dejarlo de abrazar.
—Supongo entonces que ya lo sabes—le respondió Javier con un matiz de tristeza en su voz.
— ¡¿Cómo no saberlo Javier?!—la voz de Vanessa sonaba muy preocupada—creí que para esta hora ya te habrían capturado.
—Pues tal parece que no—le dijo con una sonrisa.
Vanessa volteó a mirarme.
—Tú debes ser Scarlet ¿No es así? —me lo dijo con el tono que se suele utilizar para dirigirse a los niños.
—Así es, ¿Cómo es que me conoce?
—Javier no paraba de hablar de ti en los entrenamientos—hizo una pausa, agacho la cabeza y dijo en un susurro—pero ahora parece que no fue buena idea hacerlo... pero no importa, de verdad, eres prácticamente su único tema de conversación—Soltó una risita.
— ¿De veras?—dije regresando a ver a Javier cuya piel estaba adquiriendo un ligero tono rojizo muy característico de él.
— ¿Y si mejor pasamos? —interrumpió Javier—necesitamos tu ayuda Vanessa.
—Pues entonces ¿Qué estamos esperando?
La casa de Vanessa se veía aún mejor por dentro. No se sentía como una casa, era más como si estuviese en un hotel de lujo. El suelo, las paredes y el techo eran de color blanco. Del techo colgaban inmensas lámparas doradas con cristales puntiagudos en dirección al suelo. A lo lejos podía ver una escalera sin pasamanos en forma de espiral que parecía ascender hasta el infinito, únicamente la sala era del tamaño de mi casa y tenía unos sillones con formas extrañas, había uno que se semejaba a dos pipas gigantes unidas. "¿Quién podría sentarse ahí?", pensé.
—Listo Javier ¿Qué necesitas de mí exactamente? —le pregunto Vanessa mientras nos invitaba a tomar asiento en uno de los sillones que tenía un aspecto más decente.
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Sígueme...
ActionJavier y Scarlet son mejores amigos desde hace años con vidas relativamente normales, pero eso cambia cuando Scarlet se entera de que Javier no había sido del todo sincero con ella ya que le oculto una parte importante de su vida. Ahora deberán empr...