El camino hasta aquel lugar que Scarlet se negaba a decirme cual era fue muy interesante, hablamos de muchas cosas y nada relacionado con todo lo que había ocurrido, por un momento casi sentí que las cosas habían vuelto a la normalidad. Pero no, no era así.
Scarlet me había dicho que tendríamos que viajar por cuatro horas, estuve en aquel lugar en un poco más de tres.
—Scarlet, ¿me podrías decir a dónde vamos? —inquirí.
—Tu solo conduce Javier, yo sé a dónde nos dirigimos.
Scarlet observaba atentamente por la ventana con tal de que no nos pasemos del lugar que buscaba.
— ¿Por qué no me lo quieres decir?
—No lo sé—rio—siento que ya han hecho mucho por mí en este día, quiero sentirme autosuficiente y útil.
—Pero has sido muy útil para mi Scarlet.
—Entonces silencio y sigue conduciendo.
Seguía conduciendo por aquella vía rodeada de árboles alrededor, no tenía ni idea de lo que Scarlet realmente buscaba, pero a lo lejos se podía apreciar un letrero y un camino que se internaba hacia el bosque.
—Scarlet...
— ¿Qué sucede Javier? —preguntó sin apartar su vista de la ventana.
—Veo algo a lo lejos.
Scarlet entrecerró los ojos para poder ver mejor el letrero y sonrió.
— ¡Ahí es!—exclamó—Venga, entra por aquel camino.
Me acerqué y pude leer el letrero: Jet privado de alquiler.
—Esto fue muy ingenioso Scarlet, yo tenía pensado comprar pasajes de autobús—dije riendo.
Entramos por el sendero hasta que llegamos a una pista de avión de un kilómetro aproximadamente que terminaba en un barranco.
—Espera aquí, volveré en unos minutos, rentaré el jet e iremos a comer algo antes del vuelo, ¿Si?
—Está bien Javier, espero.
Bajé del auto y entré a la estación donde se encontraba un hombre de espaldas tras la ventanilla sentado y observando una vieja televisión.
—Buenas tardes—dije fuerte para que volteara.
— ¿Qué? Si, buenas tardes—parecía que el hombre estaba a punto de quedarse dormido.
—Desearía rentar su jet.
— ¿Qué tan lejos quiere ir?
— ¿Qué tan lejos puede viajar?
—Pues tengo el modelo Charter Turbohélice, y puede viajar como máximo unas dos mil millas.
Hice rápidamente cálculos en mi cabeza y esa distancia era más que suficiente para poder salir del país
—¿Cuánto?
—Mil quinientos dólares por cada hora de viaje, mire, yo sé que es un poco caro pero...
—Lo quiero—interrumpí— ¿En cuánto tiempo lo tendrá listo para viajar?
—Si quiere puede viajar hoy mismo
—Perfecto
—Pero tendrá que esperar una hora para llamar a mi copiloto y preparar el jet.
—Entonces ¿usted es el piloto?
—Así es, Robert Parker para servirle.
Me estrechó la mano.
—De acuerdo Robert, iré a comer algo y estaré de vuelta en una hora.
—No hay ningún problema.
Volví al auto y Scarlet esperaba con un notable matiz de emoción.
— ¿Vamos a viajar? —preguntó sonriendo.
—Vamos a viajar—afirmé también con una sonrisa.
Scarlet sonriendo cerró los ojos y recostó su cabeza en el asiento como señal de alivio.
—Tenemos una hora para comer algo antes de que nuestro vuelo esté listo.
—Cuando revisé el mapa decía que había una cafetería a quince minutos de aquí.
—Eso suena perfecto, vamos.
Fuimos a la cafetería y ordenamos algo rápido para no perder mucho tiempo, Scarlet no podía dejar de hablar, primero denotaba una gran emoción por el viaje y luego se sentía terrible porque no sabría cómo explicárselo a su madre, de esa forma se mantuvo alternando sentimientos mientras yo la observaba atentamente con una sonrisa en los labios.
Volvimos a la pista de aterrizaje, y estacioné en el auto. El jet ya se encontraba en la pista y tenía la entrada abierta.
—Scarlet por favor podrías bajar las maletas del auto, yo iré a ver si nuestro vuelo ya está listo
—Ahora lo hago Javier.
Nos bajamos del auto y me dirigí a la estación, pero no había rastro de Robert.
— ¡Robert!—llamé.
—¿Quién es Robert? —me preguntó Scarlet que ya había venido con nuestras maletas.
—Pues es....
— ¿Qué sucede Javier?
No pude decir nada, me quedé petrificado viendo el rastro de sangre que había tras la ventanilla de atención.
Me acerque lentamente a la ventanilla y ahí estaba Robert tirado en el piso con tres disparos certeros en su pecho.
— ¡Maldición! —dije.
Scarlet se acercó lentamente con temor y al ver el cuerpo de Robert tirado en el piso quiso gritar pero le cubrí la boca antes de que pudiera hacerlo.
— ¿Él es Robert? —dijo apartando la vista de aquella escena.
—Así es... nuestro piloto.
— ¡¿Qué?! Javier... esto es malo, esto es muy malo. ¿Ahora como viajaremos?
Tomé a Scarlet por los hombros y la mire fijamente.
— ¡Scarlet! ¿Es que acaso no lo ves? No estamos solos aquí.
Y aquella voz que no había oído desde hace muchos años pero que todavía me resultaba familiar, respondió.
—Así es, no lo están.
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Sígueme...
AcciónJavier y Scarlet son mejores amigos desde hace años con vidas relativamente normales, pero eso cambia cuando Scarlet se entera de que Javier no había sido del todo sincero con ella ya que le oculto una parte importante de su vida. Ahora deberán empr...