capitulo 1

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Al despertar me di cuenta que estaba en un callejón, miré a mí alrededor y no pude encontrar nada más que basura, sentí que me estallaba la cabeza, intenté dar unos pasos pero el punzante dolor en mi pierna no me lo permitió, empecé a desesperarme, no sabía como había llegado a ese lugar, todo mi cuerpo estaba pegajoso, y al topar mí frente sentí un líquido, y al verlo me di cuenta que era sangre.

Alrededor habían muchas casas, pero parecía una ciudad fantasma, el cielo estaba oscuro no sabía que hora era.

Tenía muchas preguntas volando en mí cabeza, y la principal ¿Quién era yo?, no recordaba absolutamente nada, ni como había conseguido tantas heridas.

Pase toda la madrugada tratando de recordar mí pasado hasta que salió el sol; caminé por horas casi arrastrándome como si así pudiera encontrar la solución pero lo único que conseguí fue más dolor.

Por lo menos la ciudad ya tenía más movimiento.

Mí estomago empezó a gruñir, metí las manos en mis bolsillos buscando algo de dinero, y me sorprendió encontrarme $4000 en ellos, ¿Cómo es que una persona lleva tanto dinero ? y ¿Cómo es que no me lo robaron mientras estaba inconsciente?

No le di tantas vueltas al asunto y entré a un restaurante pidiendo lo que me ofrecieron, de repente vi a unos policías entrando y preguntando a la camarera por una chica, no se si escuche bien el nombre, creo que dijo Estefanía.

Por impulso me escondí en el baño y esperé hasta que se fueran aunque no sabía lo que pasaba, parecía como si siempre estuviera huyendo y que lo más profundo de mí subconsciente lo recordara.

Al salir del baño la recepcionista me quedaba viendo como si tratara de descifrar algo, inmediatamente tome el sándwich que estaba en mí mesa y salí casi corriendo.

Me llamo la atención un papel que habían pegado en la puerta de vidrio del restaurante, a lo que me acerque observe algo que me paralizó por unos segundos y después reaccione, en el papel decía la más buscada Estefanía y más abajo estaba la foto de la chica de más o menos unos 27 años, se me hacía familiar y al mirarme en el reflejo de la puerta me di cuenta que esa chica era yo.

Tenía ganas de hablar con la policía y preguntarles ¿Quién era yo? Pero eso sería una tontería, lo único que ganaría sería ir a prisión sin saber que había hecho, sintiéndome inocente.

En esos momentos en que la adrenalina fluía por mis venas, empecé a correr nuevamente, no me importaba el dolor de mis huesos fracturados, lo único que quería era huir de ese lugar, no reconocía a la bestia que me estaba siguiendo pero sabía que estaba ahí.

De repente el sonido de mí teléfono me detuvo, no sabía que responder.

— ¿Haló?—parecía más una pregunta que un saludo.

— ¿Estefanía? Oh por Dios estás viva— definitivamente ese era mí nombre "Estefanía" y por el identificador de llamadas él debía ser Félix.

— Si...tranquilízate Félix— trataba de calmarlo pero yo estaba más inquieta que él ya que estuve al borde de la muerte y lo peor es que ni siquiera lo recuerdo.

— ¿Dónde estás? — en ese momento no supe que decir, por lo visto tenía amigos muy peligrosos incluso yo era peligrosa por lo que no quería que nadie se enterara de mí perdida de memoria.

Siguiéndole la corriente observe en un letrero— "Avenida California"

— Bien estaré ahí en un instante mientras tanto escóndete y cuando me veas sales.

Asentí y le colgué. ¿Cómo iba a saber quién era la persona que me llamo?

Busque en las fotos de mí celular, < que suerte que este no tenía clave> y encontré lo que buscaba, fotos de mis amigos, parecían chicos normales pero su mirada reflejaba la frialdad y el vacío de sus vidas, di una evaluación rápida y concluí que eran la pandilla de la que yo formaba parte, tenía la esperanza de que al ver sus fotos iba a recordar algo, pero nada.

Cuando creí que ya me había grabado los rostros en especial el de los hombres porque quería identificar a Félix me escondí.

Como lo prometió en unos minutos llego, no fue muy difícil localizarlo, ya que estaba agitado y parecía que había estado llorando.

Tenía dos argollas en las cejas y un expansor en la oreja, era más o menos de mí edad, robusto de tez pálida y con unas facciones toscas.

Salí del escondite y le hice una señal con mis manos y enseguida vino corriendo a abrazarme, no sabía como responderle.

— Pensé que te habíamos perdido al igual que Rodrigo—mientras me decía eso yo estaba paralizada, trataba de formular un plan de inmediato como en las películas pero no me funciono, ¡pienso muy lento!— lo hayamos hace unas horas junto a los escombros de tú auto.

Él se separo al ver mí frialdad y me veía como si estuviera analizándome, tenía miedo de que me descubriera, pero rompió el silencio con otra pregunta que no sabía responder.

— ¿Qué te pasa? — no lo sabía, en ese momento no tenía sentimientos, más bien no los recordaba.

— Nada, solo estoy agitada por el accidente, ¡tienes que entenderme!, ¡la policía me está buscando!              —estaba apunto de llorar.

— Tranquila yo te voy a proteger, eso le prometí a tú hermano— ¿tenía un hermano?

— ¿Qué le paso a rodrigo? — creo que necesitaba preguntar eso, caso contrarío sería muy raro no preguntar por él pues creo que habíamos tenido un accidente en carro.

 — Rodrigo murió, ¡él se nos fue Estefanía!—  ¿quién era rodrigo? ¿acaso era mí hermano?—  creo que mis lagrimas estaban apunto de caer, pero no podía permitirlo ¿y si mí personalidad era la de una persona fría?  

  —  necesito recuperarme—  fue lo único que avance a decir, ya era mucha información por hoy, se parecía como si de repente una bomba hubiese estallado en mí cara. — por favor llévame a mí casa—por lo menos tenía que saber donde vivía.

— Si, sube al auto— ¿Por qué chicos de una banda tenían autos tan caros?

Mientras me llevaba a casa, yo no dejaba de ver el camino, me lo quería grabar por si lo necesitaba otra vez.

— ¿Estás bien? ¿te duele algo?

— No—seguía sin apartar mí mirada de la ventana, contestando al azar

— ¿Cómo vas a estar bien si estas sangrando?

— Cierto lo olvide—eso me pasaba por no prestar atención— creo que me fracture la pierna y unas costillas.

— Entonces debemos ir al doctor—me dijo

— ¿Sabes que soy "la más buscada"?, mí cara está plasmada en cada pared. Yo misma me las arreglare, además casi ni me duele.

No podía dejar que me lleve a un hospital, me descubrirían de inmediato.

— pero si es el doctor de "la pandilla"

Que rayos acababa de decir, ¿tenemos nuestro propio doctor?

— Bueno le llamamos doctor, solo sabe lo superficial de medicina, no tiene ningún consultorio ni siquiera un título, solo cura a heridos en "combate", ¿no te acuerdas?

Cogió su celular y lo llamó, no pude hacer nada para pararlo, además necesitaba a alguien que examine mis fracturas y él no sabe lo suficiente como para identificar mí perdida de memoria.

— Doc. necesito que vengas de inmediato a la casa de Estefanía, trae yeso y desinfectante porque se trata de fracturas.

¡Cierto la casa! ¿Cómo iba a abrirla?

Disimuladamente busque en mí bolsillo y halle las llaves por un momento me sentí aliviada pero después recordé ¿Qué puerta tenía que abrir?

Y para el colmo llegamos, casi no me daba tiempo para idear un plan, observe el vecindario pero me encontré con algo diferente a lo que me imaginaba, estaba limpio y sus casas eran muy grandes ¡aquí podía vivir el presidente! Y para entrar ahí habían guardias, todos pensarían que este lugar es muy seguro pero por lo que mis amigos y yo estábamos ahí, mis vecinos supuestamente protegidos debían estar en más peligro que la gente que duerme en la calle.

Para mí suerte todas las casas tenían garaje por lo que no tendría ningún inconveniente para abrir la puerta.

Al llegar, él me ayudo a bajar y entramos a la casa, era de dos pisos y no menos lujosa que las otras del vecindario.

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