#6 FBI

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- En primer lugar quiero que sepas que tanto como tú querías a Rodrigo yo lo quise-había caído completamente en mí plan.

- ¿de qué estas hablando?- fingía estar confundida

- Es que.... No sé como decírtelo... es, muy difícil, lamento haberte mentido pero no confiaba en ti tienes que entenderme.

- Como vas a mentirme si recién acabo de conocerte, lo que hemos conversado solo han sido trivialidades- parece que Félix no pudo contenerse más y estallo en lagrimas (si, los hombres también lloran y él era muy sentimental, eso le daba un toque de ternura)

- Rodrigo ya no está con nosotros, por eso ya no te pudo escribir, lo siento mucho.

- ¿qué es una broma?, debes estar mintiendo, si hace unas semanas estábamos hablando- me había metido mucho en mí actuación, sé que muchos de ustedes han de decir que mujer más fría pero que puedo hacer si no me acuerdo de Rodrigo.

- Te estoy diciendo la verdad lleva dos semanas de fallecido, ya no puedes darle una sorpresa, ya nadie puede verlo y esta siendo muy duro para nosotros.

- ¿Sabes que Rodrigo era la única persona que me quedaba en este maldito mundo?- inconscientemente empecé a llorar, no podía parar, solo caían como una oleada de agua en un día lluvioso.

- Se lo que tú estas sintiendo en este momento y es muy difícil de aceptarlo.

- Es que parecía que esto no le iba a pasar a él, se veía tan fuerte, como si fuera una persona inmortal, nunca se me paso por la mente la palabra de muerte al pensar en él.

- A nadie se le iba a pasar por la cabeza esa palabra, es la menos pensada.

- ¿cómo sucedió esto?-masculle, apunto de tartamudear.

- Bueno, creo que se porque él no quiso que tú trabajaras en este lugar- me veía con compasión se había conmovido por mí actuación aunque la verdad no sé de donde salieron las lagrimas, solo pensé en la muerte de Rodrigo y pum salieron- mira, mientras él estaba yendo a entregarle la cocaína a Sergio y no era poca ya que él es nuestro mayor cliente si es posible a veces pedía una tonelada y esa era esa ocasión.

- Espera un momento, lo mandaron a el solito a entregar tremenda mercancía-estaba temblando del miedo, pues en este momento estaba hablando con un narco, bueno suena un poco irónico porque yo misma era uno.

- No, por supuesto que no, ¿Qué nos crees?, ¿unos incivilizados?- bufó mientras buscaba un momento para poder respirar ya que estaba muy agitado.

- Pues no lose, tú dime- se que soné un poco desafiante pero me desesperaba, dentro de unos minutos iba a descubrir como sufrí ese accidente.

- Él se encontraba con la líder del grupo, Estefanía, una de las personas más fuertes que he conocido y entre ellas también estaba Rodrigo quien le enseño todo lo que sabía- mientras hablaba de mí parecía como si estuviera hablando de la reina, se le iluminaban los ojos-por eso enviamos al grupo más fuerte que teníamos.

- ¿Pero no hubiera sido mejor haber enviado a más personas?

- Por eso es que nos lamentamos, pero ellos insistieron que si podían. Mientras estaban en la operación nos comentaron por medio de las radios, (ya que siempre nos comunicamos por medio de una), que los estaban siguiendo. Anteriormente nos habíamos enterado que la policía estaba siguiendo nuestros pasos pero no le prestamos mucha importancia lo que fue otra de nuestras graves equivocaciones. - cada vez me inundaba más la rabia pues obviamente era su culpa, pero me tranquilice al recordar que yo era la líder y por supuesto que esa fue mí decisión y gran parte de mí error- inmediatamente salimos en su ayuda, sabíamos que rutas habían tomado pero cada vez tenía miedo de no llegar a tiempo y eso fue lo que paso. Supimos que les paso algo malo al perder su contacto y todos los chicos nos desesperamos, no sabíamos que hacer, aquí la única que sabía tomar buenas decisiones era Estefanía- aunque ahora ya no, pensé irónicamente- no sé si esta bien decirte esto pero quiero contártelo todo, en un momento pensamos en abandonarlos porque ya eran caso perdido- al escuchar eso la única gota de interés y valoración que tenía hacía él se terminaron, me daba ganas de matarlo como iba a abandonar a sus amigos por más que su situación sea " un caso perdido" debían hacer lo imposible, ahora descubrí que sus lagrimas no eran reales, gracias a Dios no confié en él pues si no hubiera dicho eso le hubiera mostrado mí verdadera identidad, aunque lo que más me pregunto, no pudo simplemente guardarse eso, porque tubo que ser tan sincero y contármelo, ¿acaso es bipolar o todavía estaba probándome?

- Hey sigues ahí- dijo percatándose de mí distracción.

- Todavía no puedo asimilar lo que dijiste, ¡¿cómo pudiste pensar en abandonarlos?!- grité alterada

- Discúlpame pero solo lo pensamos, nunca seríamos capaces de abandonarlos, ellos eran muy queridos para mí y los otros chicos, pues aquí somos más que un equipo de trabajo somos una familia ya que la mayoría como tú no tuvieron hogar- estaba entendiendo un poco más el escudo en el que se escondían.

- Okay, okay solo prosigue.

- No sabíamos exactamente que íbamos a hacer pero decidimos ir por ellos sin importar si teníamos que luchar y si en ello también fallecíamos-me tranquilizó un poco pero no tanto ya que sabía que mí "novio" pensó en abandonarme, eso no es normal -lo único que pensaba mientras nos dirigíamos a ayudarlos era si llegábamos a tiempo o no y como esta es la realidad que no se apiada de nadie y peor aun de nosotros paso lo que todos temíamos, esa absurda desgracia.

- ¿los del FBI les dispararon? - comente interrumpiéndolo.

- No, aunque no por eso mí odio es menos hacía ellos, pues por su culpa falleció Rodrigo- mientras hablaba su lengua se le enredaba en la boca parecía que su mente ideaba palabras más rápido y su boca no podía controlarlas- lo único que nos ayudo a encontrarlos era el GPS injertado en el automóvil, ya que este había caído por un barranco lo que provoco su muerte, por lo contrarío, la policía que perdió su pista los hubiera encontrado y no hubiéramos recuperado el cuerpo de Rodrigo, y Estefanía ya estuviera muerta, además de eso nosotros hubiéramos sido descubiertos ya que solo éramos sospechosos y si hubieran confiscado toda la mercancía ya creo que estuviéramos presos y en el peor de los casos muertos.

Al terminar su relato quedé helada, ¿la policía había sospechado y aun seguía sospechando de nosotros?

Pero todavía no sabía como había llegado a ese callejón, ¿acaso me estaba mintiendo?

En cualquier caso no podía preguntarle directamente ¿Cómo había llegado ahí. Sonaría como- oye ¿Cómo llego Estantería a ese callejón? Es muy raro que sepa esto y no la muerte de mí amigo- lo arruinaría todo.

¿Quién soy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora