Su tanga azul

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El alcohol inundaba mis venas pero entre beso y beso llegamos a mi habitación, llenas de pasión y con ganas de todo.

Mis dedos pícaros empezaron a jugar con los botones de su camisa y los dientes de ella mordían mis labios haciendo que yo suelte gemidos llenos de placer.
Botón tras botón me fui deshaciendo de su camisa, para dejarla en sostén.

Mis brazos viajaron a su espalda, acariciándola y mis uñas dejando rastros de todo lo sucedido. Dejando marcas de pertenencia. Demostrando que ella solo es mía.

Se escuchaba el ruido de la lluvia cayendo en el techo, el ruido de los rayos, las ramas de los árboles moviéndose de un lado al otro a causa del fuerte viento.

Pero también escuchaba el ruido que generabamos nosotras.
Nuestros suspiros, esos pequeños gemidos largados, nuestra ropa al caer, nuestros labios al chocarse...

La pasión inundaba la habitación completa y en nuestros cuerpos, inundaba el calor.

Pero la necesidad de sentirla aun mas se hizo insoportable.

Mis cortas uñas rasguñaron su ahora libre espalda, mientras ella se encargaba de dejar marcas en mi cuello.

Un gruñido salio de mi boca y el olor a alcohol se hizo notar.

Mi garganta ardía pero aun así, la agarre de la cintura y la empuje contra la pared. Ahora yo me encargaría de quitarle lo poco de ropa que le queda.

Mis manos traviesas abandonaron su espalda para bajar hacia su pantalón de jean mientras mis labios besaban su cuello.

—Normalmente...— dice ella.— yo soy la activa.

Su voz agitada se hacía notar y eso solo me calentaba mas.

Yo le sonrió aun en el cuello, sabiendo que ella no puede verme.

—Hoy haremos que eso cambie.— le respondo, divertida.

Mis manos desabrochan sus botones y hacen un rápido movimiento para desaparecer esos pantalones con la ayuda de la maravillosa mujer que tengo delante mio.

Poco a poco voy bajando, dejando rastros de besos en cada lugar. Cada pedazo de piel que encontraba libre.

Sonrió y muerdo ligeramente el ombligo. Y sonrio aun mas al escuchar un gemido –casi grito– salir de los labios de ella.

—¿Como sabias que me gustaría eso?— me pregunta, con la voz agitada por la pasión del momento.

Decido no responderle, ya que no confiaba de mi voz en ese instante.

Mis labios siguieron bajando hasta encontrar un obstáculo. Su tanga azul.

Muerdo mi labio mientras suelto un gemido, observando todo para guardarlo para siempre en mi mente.

Lo besé, aun por encima de la tela. Y sentí como ella casi estallaba a pensar de que apenas había tocado esa área.

¿Como se pondrá si...?

Decido no quedarme con la duda y averiguarlo.

Dejo otro casto beso en la misma zona mientras mis brazos subían por sus piernas, acariciándolas suavemente.

Sonrió maliciosamente cuando estas llegan hacia la cintura de ella y me ayudan a cumplir mi cometido.

Lentamente pero sin dudarlo, empiezo a bajarla de poco a poco, con ayuda de mis manos. Y así, volviendo a acariciar sus piernas.

Ella levanta las piernas, ayudándome a deshacerme de la tanga y, antes de que vuelva a apoyar su pierna derecha en el suelo, mi mano derecha la agarra y la apoya en mi hombro derecho.

One Shot's | YellowMellow Y Tu ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora