Capítulo 6: Se derrumban los pilares

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Al pasar los 20 dias del viaje, que si cabe mencionar fue genial, Katherine volvía a casa, con una corazonada triste en el alma. Al llegar se encontró con un médico saliendo por la puerta, quien le hizo una cara de preocupación y salió apurado. Katherine se preocupó en cuánto vio llegar a su padre a recibirla el solo. Katherine soltó las maletas y Nathan la agarro por la espalda en un medio abrazo y la llevó a la cocina, le dio un té y se sentó en frente de ella y le dijo: "Kath, el abuelo no está bien" y de inmediato a ella se le llenaron los ojos de lágrimas y le dijo : "continúa, padre" y Nathan siguió: "No sabemos si podrá afrontar esta enfermedad, por lo tanto se le aproxima lo que resta de este mes y el próximo de vida, a menos que sea fuerte y dure un año, enfrentando el invierno". Katherine salió llorando y corriendo hacia la habitación del abuelo. En cuánto llegó lo vio, recostado en su cama, con un tono pálido en su cara, un libro en su mesa de luz, Bethoveen sonando en el cuarto y el dormido en una plácida siesta.
Para buenas, y como lo dijo el médico, el abuelo enfrentó la enfermedad todo el invierno y Katherine no se despegó de su lado, pasaban todas las tardes como cuando ella era pequeña, solo que adentro y ella le leía a el. Pasó así el año y llegó verano, ya Katherine corría las cortinas de la habitación del abuelo y el podía observar la preciosa vista de la fuente y las flores del jardín, con el sonido de los pájaros y la reconfortante sonrisa de su nieta. Katherine era una chica muy bonita, medía 1,67, tenía el cabello largo y ondulado, ojos verdes con pestañas larguísimas, labios perfectos y holluelos en la sonrisa blanca y perfecta que tenía. Su abuelo vivía por la sonrisa de su nieta, y por su interés literario, por supuesto.
Llegó enero y faltaba una semana para el cumpleaños de Katherine, ella llegaba del colegio y estaba dejando sus bolsos en el sofá, cuándo aparece su padre triste y con lágrimas en la cara. Katherine no sabía que pasaba pero se dio una idea, agarro a su padre y este la miró y le dijo "princesita, el abuelo murió". Katherine no podía creerlo, así que llorando entró a la habitación y su abuelo ya no estaba ahí, pero si su libro preferido con una nota color celeste. Katherine abrió la nota y se leía en ella: "Querida nieta, hoy no amanecí muy bien y tu ya te fuiste al colegio, como niña buena, y yo ya no creo poder seguir enfrentando esta emfermedad, lamento escribir esto pero quizás te deje sola, o no tanto, con tu padre, pero te dejo lo más valioso que tengo, mis libros, espero que sepas hacer uso de ellos y seas una mujer buena, te ama por siempre, el abuelo" Katherine dejó caer la nota al suelo, se puso en posición fetal y lloró toda una tarde.

La Caída De La PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora