Capítulo 13.

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Un mes, exactamente un mes a pasado desde aquella carrera a la que fui, mentiría si digo que no me gustó, sentir la adrenalina al estar en ese auto con Amanda fue lo mejor, mi noche de cumpleaños fue genial y ahora soy una mejor conductora ya que he estado practicando porque quiero ser parte de ese mundo, un poco loco pero divertido.

Al día siguiente que desperté me encontré con el mejor regalo que pude haber imaginado por parte de mi madre, era un Audi r8 blanco y que mejor que ese hermoso bebé para ser usado en las carreras.

Con Ethan no ha pasado nada relevante seguimos siendo los mismos y mis sentimientos hacia el no han cambiado en nada, quizás ahora son mas fuertes pero nada que no pueda controlar.

Me encuentro en el sofá leyendo Sinsajo estoy súper envisiada con el libro o mejor dicho con Peeta, mi futuro esposo padre de mis cien hijos, cada vez que estoy con Amanda sale enojada ya que solo hablo de el y me dice cosas como « es solo un personaje literario no sabe que existes » o « deja que Peeta se casé conmigo Ethan te quiere más » y otras cosas parecidas.

Estoy esperando a mi madre que dijo que pronto llegaría y tendríamos la charla que en este mes no hemos tenido, me mata la curiosidad de saber porque ese brillo en sus ojos y porque esa sonrisa que trae ahora cada vez que llega del trabajo, no es que no me gusté verla así, es todo lo contrario, se ve muy feliz y me gusta que este de esa manera.

El reloj marca las seis y media y mi mamá debe de estar por llegar.

[ diez minutos después ]

Tin ton tin ton tin ton

Escucho el timbre y me paro del sofá para ver quien esta tocando el timbre, ya que soy la única persona en la casa.

- Mamii - chillo como una cría y la abrazo.

Al separarme noto que a su lado se encuentra un señor que no había visto en mi vida, lo miro y hago un asentamiento con la cabeza en forma de saludo.

- Pequeña - dice mi madre con una sonrisa y ese brillo especial en los ojos.

Noto que los dos me miran y al momento se que es porque no los he invitado a pasar, me disculpo con la mirada, pongo una sonrisa inocente y me hago a un lado para que puedan entrar.

- Adelante - digo con el tono mas formal que puedo.

El señor asiente y mi madre camina delante de nosotros guiándonos hasta la sala donde se sientan ellos dos en el sofá mas grande y yo en el sofá individual que esta frente a a ellos.

La incomodidad se nota a kilómetros de distancia y aunque trato de pasarla por alto no puedo y decido comenzar a hablar.

- Y bueno... - digo alargando la palabra - a que se debe esto - pregunto tratando de sonar casual.

Miro al señor y luego a mi madre, ellos se miran y el asiente, los noto un poco nerviosos lo que hace que yo comience a sentir nerviosismo.

- Bueno pequeña recuerdas de lo que hace aproximadamente un mes y medio debíamos hablar - dice más afirmando que con tono de pregunta.

- Si mamá - hago una pausa algo incomoda con lo siguiente que diré - con todo el respeto ¿tiene que estar el señor..? - dudo unos segundos como llamarlo ya que mi madre se olvido de presentarnos, al captar mi silencio y mi duda decide hablar.

Cuando no quería enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora