Sere: No tengo ganas - dijo tirándose sobre el colchón sin sábanas ni almohadas-.
Emma: Arriba, floja.
Vi que no reaccionaba así que no la moleste más, es su problema.
Bueno la habitación era muy linda, dentro de todo era grande, demasiado como para haber mas de 500 habitaciones y eso que esto solo es el tercer piso de unos cuantos mas.
La habitación parecia estar divida en dos. La mitad mía y de Sere era muy femenina, demasiada para mi gusto, y rosa. El otro lado tenía tonos azules, me pregunto quiénes serán nuestras compañeras.
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Una vez que terminamos de desempacar me recosté en mi cama mientras pensaba que estarán haciendo papá y mamá ahora mismo. Y en eso tocan la puerta.
Sere: Abre tú.
Emma: Floja.
Abrí la puerta y me encontré con Adam y un chico que no conzco.
Emma: Mm...Hola ¿Que pasa?
Adam: Es un poco largo de explicar...
Emma: Tengo tiempo.
Adam: Somos sus compañeros de cuarto. Él es Will.
Emma y Sere: ¿QUÉ?
Will: Dormiremos aquí con ustedes -Parecía ser un chico muy agradable. Tenía el cabello castaño y ojos muy azules-.
Sere: ¿Cómo es posible? Por lo que recuerdo solo se permitía a chicas en una habitación y chicos en otras, no combinados.
Adam: No queda lugar, todos están ocupados...así que...eso.
Emma: Bueno, pasen, son bienvenidos. Sus camas son las de... - no pude seguir ya que Will se había sacado su camiseta-.
No pude seguir hablando, estaba avergonzada, sentía que mis mejillas ardían.
Sere: Emma la baba...
Emma: Callate, moco.
20:45 pm
Estudiantes, es mi deber recordarles que deben estar a las 21:00 hs en la cafetería para cenar, por lo contrario no comerán.
Se escuchó desde los pasillos. Habían altavoces por todas partes junto con cámaras por supuesto, menos en las habitaciones.
Adam: ¿Que tal si vamos bajando?
Todos estuvimos de acuerdo así que nos dirigimos hacia la cafetería que, por cierto, estaba en el primer piso.
Al entrar era una conmoción, lleno de miles de jóvenes hambrientos, sin olvidar todo el bullicio. Fuimos hasta los mostradores y creo que este fue uno de los momentos más hermosos de mi vida. Había todo tipo de comida, chatarra, saludable, para vegetarianos, carnes, postres, era un sueño. Sere eligió hamburguesas con papas fritas y una coca. Yo una botella de agua con un plato de la parte vegetariana, sí, soy vegetariana ¿Algún problema?
Los cuatro fuimos con los otros chicos y asi pasó un rato hablando y riendo. En un momento siento que alguien me toca el hombro, me encontré con una chica rubia de ojos miel, con una apariencia muy dulce.
- Hola debes ser Emma no?
Emma: Ah si... ¿Te conozco?
- Puede que si...- luego de estas palabras su piel comenzó a distorsionarse desde la cabeza hasta los pies mostrando a una chica totalmente distinta-.
No ella no, cualquier persona menos ella.
Su cabello se volvió castaño y sus ojos de color avellana.
Emma: Angela...
Angela: Si así es, ¿No te pone feliz verme? ¿Y quiénes son estos lindos chicos? -dijo mientras intentaba hacer una mueca coqueta, digo intentaba porque parecía un pato-.
Angela era la perra de mi ex escuela. Ella era la que me gritaba cosas en educación física. Si tuviera que describirla en una palabra sería zorra, estaba con miles de chicos y se creía el centro del universo.
Emma: ¿Qué necesitabas?
Angela: Pues nada solo quería saludar a mis compañeras, bien eso es todo adiós. Por cierto Serena, esas zapatos no van con lo que llevas puesto -y con esto se fue-.
Sere: Zorra.
Emma: La odio.
Olivia: La odiamos.
Después de un tiempo volvimos a nuestras habitaciones y enseguida todos caímos en un profundo sueño, fue un día muy agotador.
No siento mis piernas. Estoy aquí, en mi cama, pero no puedo moverme. Sólo siento mi respiración y puedo ver que una sombra pasea a mi alrededor, estaba atormentándome. Cada vez me sentía con menos aire, nerviosa, y llena de tensión. Siento que me toman de la mano.
Y en eso despierto, era Adam.
Adam: ¿Emma estás bien? Calma, calma -me decía mientras trataba de recomponerme- ¿Está todo bien? ¿Necesitas algo?
Emma: No, estoy, estoy bien, gracias Adam.
Adam estaba por decir algo pero sentimos un ruido, como un golpe en alguna parte de la habitación, y como instinto, lo abracé.
