Capítulo 68

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Jill's POV.

Me separé de Carl dándole un último beso en la frente, por más que quisiera responderle, sus palabras me habían dejado sin habla.
Y es que no soy de esas personas que se toman las cosas a la ligera, además, Carl se habia mostrado frío con la mayoría del grupo. Excepto conmigo, claro está.
Y me siento más que feliz al respecto de ser yo quien lo haga sentir bien, soy consciente que jamás podría suplantar a Lori, ni siquiera intento hacerlo, pero me llena el corazón de felicidad poder sacarle unas sonrisas a este pequeño.

Caminé hacia afuera de la Iglesia, quería salir de las miradas de todos, un poco de silencio no me vendría para nada mal.

-Eso ha sido increíble.-sentí que Carol se sentaba a mi lado, mordi mi labio. Que yo recordara, no habíamos hablado desde su regreso.

Me giré hacia ella y me aclaré la garganta.

-Lo sé...yo..Carol, quiero que sepas esto, no me siento orgullosa de lo que le has hecho a Tiff, Karen y David. Sabes muy bien que ellos tenían tanto derecho a vivir como lo tenemos nosotros, lo que hiciste estuvo realmente mal, no importan tus buenas intenciones en esto...sólo quiero decirte que a pesar de no estar de acuerdo con lo que ocurrió, lo pasado es pisado y Tiffany está en un mejor lugar ahora.- sentí como Carol me abrazó con fuerza, mojando el hombro de mi blusa. Suspiré y acaricié su espalda.- Admito que te he extrañado mucho, canosa.- Carol rió para luego separarse de mi y tocar su cabello.

-Pero a que no me imaginas de otro color, eh. Realmente esté me queda fabuloso.

-Es cierto, tienes razón, ni siquiera quiero saber de que color era cuando eras niña.

-¿Quieres decir que me imaginas como una niña de cabello gris? -rió mientras se paraba de su lugar.

-Ajá.- sonreí hacia ella.

-Bien...creo que alguien quiere hablar contigo.- y dicho esto, se esfumó como si de un fantasma se tratara.

Rick apareció frente a mis ojos, con una mirada nerviosa.

-No me esperaba aquello.

-Realmente yo tampoco.- sonreí.

-¿Tu....estas bien con eso?

Me giré a mirarlo-¿Y por qué no debería estarlo? Es un chico al que adoro con todas mis fuerzas, si mi hijo hubiera sobrevivido, me encantaría que fuera como el. Tienes una gran suerte de tenerlo, que más quisiera yo ser su madre de verdad.- sonreí amargada.

-Yo...¿Me estás coqueteando? -Rick me lanzó una mirada divertida, haciéndome estallar en carcajadas al darme cuenta de lo que había dicho.

-¿Qué? ¡Ya quisieras vaquero! Lo que digo es que, amaría que Carl fuera mi hijo, sin que tu fueras el padre, claro está.

-Bueno, en ese caso, siempre puedes ser su madre del corazón.- sonrió tiernamente y juro que si no existiera ese tal Daryl Dixon al cual amo con mi vida, este hombre de tierna sonrisa me enamoraria.

-Si, supongo que si. ¿No es problema para ti?

-Por supuesto que no, me refiero a que, el te ama, todos te amamos Jill. Eres una parte importante de nosotros. No me sorprende que Carl te adopte como su madre. Es sólo un niño y ha pasado más que cualquier otro en su corta vida.

Asenti con la cabeza, si lo poníamos así, Carl había pasado cosas espantosas, madurando de golpe.

-¿Está todo bien por aquí? -mi Dixon apareció de la nada, con un semblante serio.

Reprimi una risa y Rick se levantó.

-Bien, entendí la indirecta. Ya me voy, ya me voy. -y asi, se fue.

-Sólo estábamos hablando, celoso Dixon.- sonreí mientras lo abrazaba.

-Lo sé, sólo quería pasar un poco más de tiempo con mi chica.

-¿Crees que Glenn tarde más días en volver?- suspiré tristemente, lo extrañaba más que a nada en estos momentos.

-Yo creo que ya deben estar por lle--

Una luz nos cegó por completo, haciéndome parpadear varias veces y retroceder un poco.
La luz se apagó, al igual que el motor del camión.

Glenn y Maggie bajaron con caras largas, mientras que Abraham sólo bajó y se metió a la Iglesia sin siquiera saludar. Algo pasaba, algo olía mal, a parte de mi.

-¿Están bien? ¿Que pasó?

Y así fue como nos contaron todo, detalle por detalle de lo que había pasado en Washington. Todo había sido una mentira, una absurda mentira por parte de Eugene.

Daryl hizo el intento de golpear a Eugene cuando este pasó por nuestro lado, siendo recibido únicamente por Tara, y por mi, aunque no se lo demostré. No podía enojarme con el.

¿Quien podría? El sólo había tomado la unica oportunidad de sobrevivir, mintiendo, pero lo había hecho. A parte, que si no fuera por el, no nos habríamos reunido con Maggie.
Rosita nos contó que fue la idea de Eugene avisarles que estábamos en el túnel, nos había salvado la vida y estaba eternamente agradecida.

-¿Y Beth? - preguntó mi dulce cuñada mientras miraba hacia todos lados, todo el grupo estaba a su alrededor, todos menos Bob y Beth, y si entraba hacia la Iglesia, podría ver los cuerpos aun frescos de Gareth y compañía.

Tragué saliva, había sido mi culpa y me odiaria por siempre.

-Yo...- comencé, pero fui apartada hacia atrás por Daryl, quien dio un paso al frente y comenzó a contar lo que había pasado, desde la muerte de Beth, hasta lo de hace unos minutos.

- comencé, pero fui apartada hacia atrás por Daryl, quien dio un paso al frente y comenzó a contar lo que había pasado, desde la muerte de Beth, hasta lo de hace unos minutos

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Pude ver como mi amiga caía al suelo de rodillas, llorando y gritando. Mientras Glenn la sujetaba por los hombros e intentaba calmarla, quise caminar hacia ella, aunque me ganara una cachetada. Pero no pude, mis ojos comenzaron a ver borroso y luego, todo fue negro.

Hola pequeñas, bueno, sé que el capítulo está espantoso y no dice mucho a detalles. Lo que pasa es que estoy enferma de CONJUNTIVITIS Y estoy escribiendo esto sólo con el ojo derecho, y esforzando la vista bastante.

Se me ha ocurrido la idea de poner en cada capítulo algunos de sus comentarios, así que si alguna vez comentaste en mi novela, no cabe duda que estarás allí de aquí a los siguientes capítulos.

YA CASI LLEGAMOS AL FINAL DE LA HISTORIA, EN FIN, LAS ADORO

Faith - (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora