El montón de papeles estaba sobre la mesa y ninguno de los dos podía dejar de observarlos con sorpresa. Lo que al principio había sido emoción, poco a poco se fue transformando en una angustia desenfrenada, tan desesperante que ni las lágrimas les parecían suficientes para dejar que el dolor y la felicidad que se habían fusionado salieran al exterior. Aún así, con una mirada de reojo, supieron que sentían lo mismo. Dan sonrió, antes del golpe en el rostro que lo hizo caer al suelo. Hamlet profirió un grito ahogado.
-Los... ¿Los leyeron? - preguntó Dan, su voz siendo apenas un suspiro del viento.
-¡Claro, claro que tuvimos...! ¿Cómo pudiste, hijo? Hacerle... Esto... Hacer esto a tu familia.
La mujer lloraba con los ojos al rojo vivo, y estaba tan pálida que parecía a punto de perder la consciencia. A su lado, el hombre que había golpeado a Dan tenía el rostro color rojo, colérico.
-Esta enfermo, enfermo- gritó este, inclinándose hacia Dan para golpearlo una vez más.
-¡Pare ya, por favor! Él no... fue mi culpa, yo... - Hamlet no sabía que decir ni que hacer para proteger a Dan. Este, desde el suelo, no hacia otra cosa que sonreirle.
-Todo eso que escribiste... ¿Es sobre mi? Lo mío... bueno, tu eres el centro de todo eso- Los ojos de Hamlet se llenaron de lágrimas.
-Claro, claro que es sobre ti- contestó con una débil risa- ¿sobre quien más sería, tonto?
-¡Basta!- exclamó el hombre con los ojos fuera de órbita, al instante que tomó a Hamlet por el cabello y lo lanzó con fuerza al suelo-No hay cura para ninguno de los dos, ninguno.
-¡Jacques...!
-Este no es nuestro hijo, ya no-repuso Jacques en respuesta a la suplica de su mujer-.No pueden vivir.
A lo que la mujer respondió:
-No podemos dañar al otro.
Hamlet vio el dolor en los ojos de Dan, que observaba a su madre como si no reconociera al monstruo que trataba de hacerle daño.
-Dan, dame la mano.
Mientras sus padres discutían, Dan miró a Hamlet y tomó su mano entre la suya y la estrecho con fuerza.
-No voy a dejar que mis padres te lastimen-dijo Dan débilmente-tienes que irte, si me dejas aquí, tu estarás bien.
-No, no voy a estar bien-respondio, llevándose la mano a sus labios y besándola. Ambos seguían en el suelo, las lágrimas cayendo de costado de sus rostros-No si no estoy contigo.
-A pesar de todo... - murmuro Dan arrimándose mas al cuerpo de Hamlet-No puedo creer que me eligieras a mi.
-Siempre, siempre fuiste tú en mi vida.
-Y tu en la mía.______________________________________
¡Buenos días, tardes o noches! Este es el pequeño prólogo de una pequeña historia que escribo por el puro ejercicio de no perder la costumbre de escribir. Estos dos personas que acabó de traer al mundo desde mi celular, ya tienen forma e historia en mi cabeza. Traten los bien, más de lo que yo los trató en la vida que cree para ellos. Les prometo mi mayor esfuerzo para transmitirles el amor que ambos sienten.
¡Gracias por leer!
PD: Amo cuando la gente hace comentarios, así que si les va gustando, amaría leer comentarios al respecto!
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Tiempos Prohibidos
RandomAmbos sabían de la existencia del otro, pero no lo hacían notar más de lo necesario. No estaría bien, mirarse como se miraban, sentir lo que sentían, frente a otras personas. Así que escribían, escribían cuanto no podían decir ni hacer. Hasta que l...