Por fin llegaron, tanto tiempo esperando y llegaron.
Es el primer día de vacaciones y ya quiero empezar a hacer todo lo que tenía pensado hacer: dormir y leer sin que nadie me moleste.
Mi mejor amiga tiene mucho que estudiar, me encantaría ayudarla, pero lo que más quería era alejarme del colegio.
Se me cruzan tantas cosas por la cabeza, todo lo que está por venir: mi cumpleaños y Disney; es realmente emocionante.
Y no sólo lo que está por venir, sino lo que estoy viviendo...
No paramos de hablar en ningún momento, ya es una linda costumbre el estar aferrada al celular por el simple hecho de conversar con él.
Pienso en verlo, me encantaría conocerlo personalmente, ver cómo se expresa y oír salir su voz desde sus labios, pero me mato la cabeza pensando en que pensará al verme, que reacción tendrá. No quiero perderlo por más que no sea mío, no quiero que me vea desagradable y no quería saber más nada de mi.
Para mi suerte no hablamos mucho sobre un encuentro, eso me tranquiliza como también me altera al pensar que no le interesó del todo.
Sacó esos pensamientos de mi cabeza e intento concentrarme en que estoy de vacaciones y tengo que relajarme.
Lo consigo bastante bien, pero comienzo a aburrirme de estar tiradas y no ver las caras de mis amigos, sólo las cuatros paredes de mi habitación.
Organizó algo con mis amigas pero ninguna puede, muchas de ellas estudian para los exámenes previos y otras están disfrutando del hermoso viaje a Disney.
Intento convencer a una de mis amigas para hacer algo aunque sea a la noche, noche de sushi y películas, eso sonaba bastante bien para mis oídos.
Su nombre era Regina, comenzamos a ser amigas en primer año del secundario cuando entró en mi colegio. Al comienzo no teníamos mucha relación pero terminamos siendo muy buenas amigas, más de lo que hubiese imaginado.
Quedamos en vernos en mi casa, saboreamos el delicioso sushi de langostinos y salmón, y disfrutamos de una buena película de terror; aparte de nuestras eternas y milagrosas charlas que todo lo sanaban.
Amaba las juntadas así, llenas de risas y sinceridad, mucho más cuando eran juntadas de las 6 y nos quedábamos horas hablando y llorando sobre nuestros problemas e intentábamos animarnos unas a las otras.
Regina me escuchaba, siempre lo hacia muy bien; y era hora de contarle sobre mi amor inesperado por internet, sé que sonaría raro y estaba segura que ella no creería que sea buena idea. Probablemente juegue con mis sentimientos y termine sufriendo sin haberle visto si quiera el rostro, pero consigo el valor y le cuento, detalle por detalle.
Su emoción fue mayor a la que esperaba, le encantaba el hecho de que haya conocido a alguien y pueda estar bien con él, quería que lo viera a toda costa y que dejara esos malos pensamientos de lado por un minuto, y lo consiguió bastante bien.
Decidí proponerle que nos encontremos, sea para un helado o una simple juntadas de "amigos", pero sabía que no podría ir sola y menos él.
Ella se dispuso a acompañarme y a quedarse con su amigo para que nosotros podamos hablar (en ese tiempo estaba de novia o manteniendo una relación, no lo recuerdo bien)
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Un amor inesperado
RomanceCuando deja de buscar y esperar, llega alguien que realmente le cambiará su mundo..