Frente a frente III

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El sentir sus labios sobre los míos fue de lo más tierno, sentía que me cuidaba, que se preocupaba por mi, que realmente le importaba.
Hacia un mes que nos conocíamos, pero yo si lo quería.
Por más que todos me dijeran que no era el correcto, que no pasaría ni un minuto sin que él estuviera con otra, yo sentía que era el indicado, que era algo distinto, en toda su totalidad.
Esa noche no pude dormir pensando en todo lo que había pasado, nuestras charlas ya eran distintas, por fin nos conocíamos. Nos habíamos visto y sabíamos como éramos el uno y el otro.
Contarles a mis amigas nuestro final encuentro y todo lo que pasó fue de lo más lindo, todo lo veían tierno (excepto el collar de bolsa que por supuesto era mi secreto)
A la mañana siguiente, se me había ocurrido la mejor de las ideas, algo que siempre había visto en películas y creía que era perfecto hacerlo: juntada con amiga y nuestros novios.
Aunque no era mi novio, yo sabía que en algún momento llegaría a hacerlo.
Regina invitaría a su novio y yo le diría a mi amor, una juntada de cuatro en mi casa con películas y comida; sonaba bastante bien.
Ella aceptó, y él también. Qué emoción! Lo volvería a ver, esta vez en mi casa, con mis padres presentes. Me atacan los nervios.
Regina ya había llegado, teníamos que esperar que nos avisaran donde estaban para buscarlos en la parada de colectivo, por suerte quedaba a unas pocas cuadras.
Era fascinante, los nervios no sólo me consumían ami sino que a Regina también. Con su novio no se ven muy seguido, viven muy lejos el uno del otro y Regina no le gusta el moverse en colectivo.
Es muy nena de mamá, yo también lo era en esos momentos, siempre quiere que su mamá la lleve y traiga a donde vaya. No le gusta el hecho de juntarse a solas con su novio, es muy tímida y dependiente de los demás. Ya se lo he dicho, si no cambia se cansará y se irá, pero a ella no le preocupa mucho esa idea. Pareciera que no tuviera mínimo interés en su novio, en que todo le va bien; si están juntos, si se pelean, si terminan o lo que fuese. Es muy triste, debería aprovechar de que al fin alguien la quiere y apoya tanto como lo hace Joaquín (su novio de hace unos pocos meses y del que tanto estamos hablando).
Los chicos llegaron, teníamos que salir a buscarlos y yo todavía no estaba lista, no me había secado el pelo y tampoco vestido; nos habíamos colgado hablando de todo lo que podríamos hacer o de lo nerviosas que estábamos.
Habrán pasado unos 10minutos y por fin estoy lista.
Volviendo a casa nos dimos cuenta de la poca paciencia que tienen los hombres, los dos enojados por el tiempo que nos demoramos, nosotras intentando de que desenojen. Ese fue todo el camino de regreso, pero me gustó rogarle.
Ya era de noche, no podía creer que haya conocido a mis papás, que haya entrado tan confiado a saludarlos.
Nos pasamos la tarde en el living, viendo tele o jugando al just dance (juego de baile), por supuesto que ellos no quisieron pero con Regina nos turnábamos y bailábamos a más no parar.
Le hacia mimos en la cabeza, el acostado en mis piernas y yo sentada, era tan tierno.
No quería soltarlo, me encantaba que estuviera conmigo, quería que se quedará para siempre.
Pero la tarde llegó a su fin, se fueron a la parada los dos juntos y yo me quedé con Regina hablando de lo mucho que los extrañábamos..

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2016 ⏰

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