Vacaciones de invierno: aburridas, frías, algunos que estudian, otros que se van de viaje a la nieve y yo, aburrida.
Julio, un mes más para mi cumpleaños, al fin 16! Podía sentir que dejaba de ser una nena, que crecía de a poco y que iba a poder hacer cosas que antes ni se me cruzaban por la cabeza; como manejar o poder ir a boliches que sean para mayores y poder usar mi documento sin ningún tipo de problema. Esa era mi cabecita en ese entonces.
Faltan dos semanas para las vacaciones y ya no soportó el colegio, el estudio, tareas, profesores y mucho menos mis compañeros.
Tan insoportables y quilomberos, mis compañeras caprichosas y getonas; constantemente haciéndose ver y mostrando que son mejores que todos los demás.
Necesito respirar, alejarme de todo eso y permanecer en mis pensamientos sin ningún tipo de inquietud o distracción.
Es primero de julio, mientras hago mis tareas y repaso un poco para el examen de historia, decido tomar un descanso y navegar por mi celular.
Bbm, whatsapp, facebook. Nada interesante, nada que me llame la atención.
Miró el inició de twitter, pensando encontrar algo que me interese; ya sean problemas o simples tweets emocionantes. Pero no consigo ver nada, sólo tweets simples, fotos de vacaciones o libros..
Pero algo me paraliza, me toma por completo y lo único que me provoca es ganas de abrirlo y marcarlo como favorito.
Era perfecto, me encantaba cada parte de él, podía ver que era una persona tan simpática y de esas que te encantaría permanecer a su lado.
La foto no la había subido él, sino uno de sus amigos al que yo conocía.
Al principio me sentí avergonzada y quería sacar el favorito y desaparecer, pero paso tan rápido que él ya había visto lo que había hecho. Y no sólo eso, sino que entró a mi perfil, vio mis fotos y decidió seguirme.
Queriendo que me trague la tierra y suplicando que no haya quedado como si quisiera entregarme por completo (aunque por dentro sí lo quería) intento olvidarlo y despejarme hablando con alguien por bbm.
A mi sorpresa me encuentro con una solicitud, ya no sabía que pensar cuando me doy cuenta que era el mismo chico que me había seguido, visto mis fotos y al que yo había faveado.
Aceptar era lo menos que podía hacer, pero él cada vez iba por más y más, y no tuvo mejor idea que hablarme.
Porqué habré puesto mi pin en mi perfil? Pensaba. Porqué lo acepte? Me sentía tan tímida y con vergüenza que ni sabía como responderle.
Mantuvimos la conversación por semanas, no sólo hablábamos por mensaje sino que nos mandábamos mensajes de voz. Todos los días las 24h, despertar y hablarle o ver su mensaje de buenos días.
Me encantaba, su voz, su forma de hablarme y como le interesaba, podía ver que le interesaba, no sólo lo creía, era así.
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Un amor inesperado
RomanceCuando deja de buscar y esperar, llega alguien que realmente le cambiará su mundo..