Estaba tendida en el suelo con la espalda adolorida por el golpe al caer, podía ver como a diez metros de mí Dallas y Soneillon se enfrentaban poniendo todas sus fuerzas. Era evidente la diferencia en la experiencia que cada uno tenía. Soneillon era más metódico y sanguinaria, buscaba lastimar o incluso matar a Dallas, este en cambio peleaba para alejarlo, buscaba derrotarlo con movimientos más artísticos si pudiera expresarse de alguna manera.
-Que equivocado que estas niño, ¿No sabes quién soy? ¿Acaso crees que puedes vencerme?
-Se todo sobre ti, así como también sé que no presentas ninguna amenaza. No tienes una meta propia solo estas siguiendo las órdenes de Alastor, que bajo haz caído siguiendo las órdenes de un ángel, tu que eres un demonio.
-Tu insolencia es realmente molesta muchacho, me sentiré sumamente gratificado luego de destruirte, siempre ha sido un hobbie para mí asesinar ángeles como tú
Yo seguía observando desde el suelo toda la situación, no podía moverme ni tampoco gritar. Era como si algún tipo de hechizo hubiera caído sobre mí y me impidiera ambas cosas, estaba asustada por lo que podría pasar. Si Soneillon ganaba me llevaría al mundo de los demonios, vaya a saber para qué fines me querían en ese lugar y si Dallas ganaba no estaba segura de cómo me sentía respecto a eso, la consecuencia no presentaba ser perfecta para mí.
De algún modo que aún no logro descifrar Dallas saco una especie de cuchillo brillante y se lo clavo en el pecho a Soneillon, quien luego de dar un alarido de dolor se alejó a toda velocidad desapareciendo de mi vista, pero no sin antes dedicarle una mirada de odio a Dallas, tan dura que hubiera atravesado hasta a un camión blindado.
-Tranquila, ya todo ha terminado. Pero debemos irnos de aquí ahora mismo, estas en peligro y atentaría contra mi misión permitir que algo te ocurriera –me tomo entre sus brazos y comenzó a batir sus alas, alejándonos del suelo
-¿A dónde vamos? ¿Qué acaba de ocurrir? ¿Él morirá?
-No tengo tiempo para darte explicaciones ahora, debemos irnos lo más pronto posible. Si Soneillon te ha encontrado nada impide que el resto del ejercito de Alastor pueda hacerlo, ya deben haber averiguado de tu existencia y el poder que se esconde en tu sangre. Debemos irnos a a Freeland, ahora
-¡¿Qué?! NO, de ninguna manera, quiero ir a ver a mi madre, no quiero ir a Freeland. ¿Cómo sé que puedo confiar en ti? –comencé a moverme entre sus brazos intentando que me soltara, cosa que hubiera sido sumamente peligroso dada la altura a la que nos encontrábamos, además lo único que obtuve en respuesta a mi movimiento fue que Dallas me presionara más fuerte contra su pecho
-Freya, en este momento soy la única persona con la que estas segura, irte con tu madre sería una completa locura porque la estarías poniendo a ella y a tu padrastro en grave peligro. No estamos seguros si Alastor ya los logro ubicar y si tú vas puedes darlo por seguro –durante todo el vuelo no me miro en ningún momento- ahora disfruta del viaje, será la primera vez que veras tu tierra
-Freeland no es nada mío, aquí está mi tierra, mi familia, mis amigos toda mi historia siempre ocurrió aquí en la Tierra –deje de pelear contra él notando que sería en vano y me recosté sobre su pecho, aunque no quería demostrar algún tipo de debilidad, las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, estaba muy asustada por todo lo que había pasado y por lo que pasaría.
El viaje se extendió por una cantidad de tiempo que no puedo precisar, luego de lo que me pareció una eternidad nos acercamos a un lugar que reconocía perfectamente, el lugar con lo que había soñado durante tantas noches, que me había vuelto completamente loca al enterarme de que era real, de que era el lugar donde estaban mis antepasados, donde ellos vivieron durante todos mis años de vida, lejos de mí, sin tomarse el tiempo siquiera para conocerme.
Todo se veía igual a lo que yo había soñado, salvo por el detalle de que aún no había señales de ningún tipo de disputa entre los Ruziel y Alastor, la guerra habría terminado ya, ¿Alastor había ganado?, la oscuridad si seguía cubriendo como un manto negro por completo toda la ciudad. La felicidad que según Dallas había caracterizado a este lugar durante años no daba pista de su existencia. Cruzamos toda la ciudad desierta que se extendía frente a nosotros, y nos detuvimos frente a las puertas del castillo, donde las puertas se abrieron dándonos paso a ambos.
-¿Podrías dejarme en el suelo? Aún recuerdo como caminar –ya estaba cansada de que me llevaran como a una niña pequeña, lo aceptaba durante todo el recorrido que era necesario el contar con alas
-Oh, lo siento, pensé que aun seguías aturdida por el golpe que te diste en el claro –Dallas me dejo en el suelo junto a él- sígueme y no te alejes de mí
-¿A dónde vamos? ¿No me dijiste que todo el mundo estaba en guerra a punto de la destrucción? Y no sé qué otros hechos fatídicos que me contaste en la Tierra
-Es algo largo de explicar, pero cuando lleguemos a donde tenemos que ir recibirás todas las respuestas a las preguntas que tengas, luego te iras a la habitación que te tienen preparada y luego veremos cómo seguir desde ahí
-No te preocupes, no pensaba irme caminando a ninguna parte. Sobre todo porque este lugar me da más miedo que el hecho de que en este planeta todo el mundo está en busca de mi sangre
Caminamos por todo el castillo, atravesando habitaciones tan grandes como mi casa completa. Las paredes y el suelo estaban hechos de un reluciente mármol blanco, que a pasar de la oscuridad del exterior seguía reluciendo de una forma muy hermosa, apuesto que el estar dentro de este lugar durante los buenos tiempos, sería como estar parada dentro del paraíso
-¿Qué estamos buscando Dallas? –estaba muy inquieta, la ansiedad que sentía en ese momento aumentaba con cada habitación que cruzábamos
-Tenemos que ir a encontrarnos con Asyna, tu abuela. Debemos avisarle que ya estás aquí. Mi tarea está a punto de terminar, al menos por ahora.
Llegamos frente a una gran puerta de hierro con incrustaciones doradas en los picaportes y decorados. No me imaginaba cuanto podría salir el solo tener una pequeña parte de esa puerta en mi casa de la Tierra, pero seguramente que su valor era mucho mayor de lo que mi madre e inclusive toda la gente del pueblo junta pudiera pagar. Entramos y nos encontramos frente a una enorme biblioteca, era una habitación muy diferente a las anteriores, las paredes estaban completas del suelo al techo por estanterías con libros, el suelo era de una alfombra de color verde y justo en el centro se encontraba la mujer de mis sueños sentada frente a una fuente llena de agua.
-Madamme Grimm, ya estamos aquí.
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Freya
Fantasy¿Qué harías si descubrieras que no eres quien creías ser? ¿Cómo afectaría a tu vida el enterarte de que no eres de este mundo? ¿Qué harías si fueras la única esperanza de un planeta? La vida de Freya cambia completamente cuando se entera de que es e...