Capítulo 4

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  Preparo café moca en la máquina, mientras esperaba que la aparatito estuviera listo empezó hacer la limpieza de su departamento que en ese instante no se había dado cuenta que lo tenía bastante abandonado, con música de fondo terminó de ordenar el pequeño salón y comedor, limpió el baño, lavo la poca loza que había, no tuvo que hacer su dormitorio, ya que no paso la noche allí, escucho el característico sonido del artefacto de café y supo que ya estaba listo, tomo una taza y se sirvió su buena dosis de moca.

Comienzo a beber y me encamino de nuevo a la habitación que he dejado como un cuarto para sus trabajos de pinturas, además que en esta morada tiene excelente vista y llegan los rayos de sol a primera hora de la mañana que es fantástico apreciar. Un suspiro de cansancio hace que me dé cuenta que no he dormido nada y lo cansada que estoy, siento la alfombra bajo mis pies, ya que estoy descalza. Comienzo a observar lo que llevo de mi pintura le queda muy poco y ajustar los detalles y tener todo en orden, suena como si no fuera tan complicado, pero en realidad sí lo es.

Vuelvo a tomar café y dejo la taza en la mesita en la cual están los pinceles y la paleta, me divago entre mis pensamientos y lo que me dijo Ann, ayer nos juntamos aquí en casa y hablamos por horas le conté desde que nos topamos en la clase del profesor de Ética hasta la hora del almuerzo, según ella que la chica quería marcar territorio o siempre ha andado coladita por Dylan y él no la pesca, pero en ese momento le dije que si fuera así Dylan hubiera dicho algo, pero tampoco confirmó que era su novia, tal vez solo quiera ser mi amigo o creyó que debía almorzar conmigo en modo de disculpa por lo ocurrido en la mañana, de cualquier forma no debería preocuparme tanto por un chico que capaz no volviera a ver o si lo veía con suerte un saludo amistoso y nada más, luego que terminaron de hablar de Dylan ambas comenzaron a hablar a donde se iban estas vacaciones de invierno, según Ann iría con sus padres a un lugar llamado Aspen, pero aún no están seguros, su amiga le hizo la misma pregunta a ella y Jane tan solo respondió que se quedaría en la ciudad para asegurarse que sus padres arreglaran los papeles del divorcio y recorrer más la ciudad, puesto que había lugares que le gustaban mucho y quería reflejarlos en su cuaderno y además quería acompañar a Andrew para que se despejara de lo sucedido con su abuelo, estuvieron hablando hasta muy tarde y Ann tenía que marcharse antes que perdiera el bus, con tantas tazas que bebió que el sueño se le espantó, habrá dormido alguna media hora, luego le venían ideas a la mente que no podían esperar y trabajaba arduamente en su pintura. Para ser un domingo en la ciudad, se veía que la gente estaba agitada como si fuera un lunes por la tarde, autos tocando la bocina, lo bueno era que el clima había sonreído y estaba despejado con un sol radiante.

Sin retrasarse más, tomo pincel y paleta en mano para finalizar su obra, porque sino estaría a última hora haciendo los últimos detalles y tendría que acostarse tarde y lo más seguro era que se quedara dormida y volviera a llegar tarde a clases. Busco los colores correctos para seguir el patrón de la pintura, todos tenían que colocarle nombres a sus pinturas por obligación, ya teniendo el óleo listo el título a su trabajo no importaba tanto, ya que se le daba bien poder resumir su obra en una o dos palabras cada vez que realizaban proyectos de gran calidad.

Ya a las cuatro de la tarde terminaba de lavar los pinceles y su paleta, también tomo en cuenta que necesitaba una ducha urgente, pero primero tenía que limpiar el desastre provocado en el cuarto de sus obras, su rostro tenía muchas salpicaduras de pintura, era como si un arco iris se había estrellado en su cara, con ese pensamiento en la cabeza se dio cuenta que estaba sonriendo como una niña pequeña.

Al terminar su ducha se dio cuenta que se baño con la ventana abierta, siempre se le pasaba ese detalle y su madre la regañaba por ser tan descuidada y porque le podría dar unos dolores insoportables en la espalda, Jane no le daba importancia, ya que nunca le había ocurrido nada, por más que su madre la retaba aún lo seguía haciendo, su madre era mujer muy desafiante, testaruda, ya que su trabajo lo requería para salvar a sus clientes o a veces para condenar a un imputado, pero siempre era llevadas a sus ideas y ella tenía la última palabra, a lo mejor eso fue lo que Carter su padre vio en ella una mujer que no se dejaba dominar por nada ni por nadie. Cuando estaba toda la familia reunida ambos comenzaban a comentar sus anécdotas de adolescentes descarriados y como se conocieron aunque esa historia se la sabia de memoria de al revés al derecho, pero ahora ya no sería lo mismo que los años anteriores, Jane intentó hablar con ambos para poder disolver el divorcio, pero ambos son tan tozudos que ninguno de los dos daba su brazo a torcer, pero si Carter se estaba arrepintiendo de su decisión eso cambiaría el asunto y volverían a estar juntos como una familia que eran.

Sin PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora