Una charla incómoda

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Para mi sorpresa Jacobo me esperaba a la salida del salón  con ojitos de cachorro culpable.

- ¿Me pensaste mucho? Yo si te pensé
- Ya veo. Quieres que te perdone pero no quieres cambiar tu actitud
- ¿De qué hablas?
- Después de lo que te dije te fuiste a jugar fútbol de nuevo ¿Crees que voy a estar feliz?
- Vale, tú no entiendes. Después de que hablamos fui a la cancha de  fútbol a hablar con el equipo, fui a proponerles un horario de entrenamiento para poder tener tiempo con mi novia
- ¿Un horario?
- Sí, mira la idea es que los lunes y los miércoles sólo vamos a entrenar en la mañana, los martes y los viernes nos dedicamos a jugar fútbol después de almuerzo, y los viernes ya sabes que todos tenemos entrenamientos en nuestros deportes.
- Entonces ya no vas a tener excusas para dejarme plantada
- Perdona bonita. Te prometo que este año no va a ser igual, voy a dedicarte todo lo que pueda de mi tiempo
- ¿Ah si?
- Claro que sí, por ejemplo estaba pensando que hoy podemos llegar a tu casa a comer algo y luego vamos a mi casa a jugar FIFA en el Xbox
- ¡Bonita manera de darme tiempo! -pero antes de que dijera algo Jake empezó  a reír- Además  tú sabes que yo soy mucho mejor en FIFA que tú. Jugando con Boca Juniors nadie me puede ganar.

Aunque me gustaba el fútbol yo sabía darle prioridad a otras cosas en mi vida, y quería que mi novio entendiera eso, que su vida entera no podía ser sólo un partido de fútbol. Hay tantas cosas valiosas en la vida que uno tiene que vivirlas, ver todo el paisaje y no enfocarse sólo en lo que te ponen en los pies...en el caso de Jacobo eso era literalmente.

Diario de una LolitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora