La noche acabo en negro,
Negro como la botella.
Pero mis labios aún eran blancos,
Del color de la pureza.
Los tuyos por el contrario,
Buscaban amor en cualquiera.
Que triste que caiga la noche,
Qué triste que no estés a mi vera.
Cuando la luz aún no era roja,
Mi pena lloraba estrellas.
Tu pelo brillaba oscuro,
Del color de la marea.
Pobre de mi, pobre de mí,
Sin ti tirado en las escaleras.
Que triste hablar con la luna,
Que triste estar tirada en la acera.
Una pequeña luz,
Brillaba entre la maleza.
Era de color esperanza,
No negro como mi pena,
Quizás fuera la felicidad,
Que escapaba de mi tristeza.
Que triste es no ser suficiente.
Que triste es no ser perfecta.
